Comerciantes de la terminal viven el día a día y la cuarentena, por ahora, no es una opción
Tiempo de lectura: 3 minutos Por David Toro “La paz de Dios esté en sus corazones, no hay ningún virus que pueda atacar Guatemala”, repetía un predicador entre los camiones de verdura y puestos de venta en la terminal, el gran centro de abasto de la ciudad. Sus vendedores comienzan a preocuparse porque los primeros efectos de la crisis provocada