Voces de la resistencia universitaria en Xela, a seis meses de rechazo contra el fraude en la USAC

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Créditos: Nelson Chen
Tiempo de lectura: 13 minutos

 

El 21 de mayo, estudiantes de distintas unidades académicas tomaron la sede del Centro Universitario de Occidente (CUNOC), de la cabecera departamental de Quetzaltenango, para desconocer la elección de Walter Mazariegos, quien asumió la rectoría en un proceso fraudulento, a puerta cerrada y bloqueando la participación de otros candidatos. 

Han pasado seis meses y las demandas del sector estudiantil siguen siendo las mismas; exigen nuevas elecciones y piden al director de ese centro universitario desconocer la autoridad de Mazariegos. 

 Texto y fotos por Shirlie Rodríguez

Al pasar por la avenida Las Américas y la calle Rodolfo Robles, en la zona 3 de Xela, se observa, desde 1970, el edificio del Centro Universitario de Occidente (CUNOC), uno de los centros regionales más grandes y antiguos del país, después del campus central. Ahora, en las paredes exteriores que rodean el edificio, los mensajes y consignas alusivos a la resistencia de los estudiantes contra el fraude electoral en la elección a rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), es notoria.

Mantas, carteles y mensajes en contra de la elección de Walter Mazariegos es lo primero que salta a la vista. “La universidad es pública”, “la educación no se vende, se defiende”, “exigimos nuevas elecciones” y “no al fraude USAC”, son algunas de las consignas que levantan las y los estudiantes para demostrar, desde que tomaron el complejo, el pasado 21 de mayo, su descontento con el actual rector.

Ese día, según relatan los integrantes de la resistencia, un grupo de estudiantes de distintas unidades académicas decidió unirse a las exigencias a nivel nacional para demandar que repita el proceso de elecciones a la rectoría de la USAC y, fue así como llegaron hasta la sede del CUNOC, para manifestarse en contra de la designación de Walter Mazariegos, por parte del Consejo Electoral.

Han pasado seis meses desde que inició la movilización de estudiantes hombres y mujeres, cuando quienes integran el Frente Estudiantil por la Resistencia decidieron dar un espacio a Prensa Comunitaria para contar cómo ha transcurrido el tiempo dentro del edificio, qué sacrificios tomaron para mantener su postura y exigir nuevas elecciones. También los logros que han obtenido con el paso de los días.

En la puerta principal hay un grupo de personas que quitan los candados que la aseguran, la primera en recibirnos, con movimientos rápidos de su cola y acercándose para que le acaricien el lomo, es “la Jefa”, una perra mestiza color negro con manchas café que vive en el CUNOC y que ahora se convirtió en la cuidadora de los estudiantes que pasan días y noches en el lugar. Los estudiantes la alimentan con concentrado cuando tienen y cuando no le comparten de la misma comida que les queda, pero ella se mantiene fuerte y enérgica para el resguardo del lugar. Cuando se encuentra con personas desconocidas, ladra y de esa manera alerta a quienes están de guardia.

Al ingresar se observan las instalaciones vacías y cómo la maleza ha crecido en el lugar. El primer edificio que se observa es el de la facultad de Humanidades, está cerrado con candado, y a un costado hay nuevos murales y, en uno de ellos destaca la consigna de representa esta toma: “No más represión”.

El área de los edificios administrativos también se mantiene vacía y allí se encuentran algunos vehículos que pertenecen a la institución, los estudiantes los muestran para indicar que están intactos, solamente cubiertos de una capa de polvo, porque desde hace varios meses no son utilizados. También hay un microbús estacionado.

Atanasio, Rosa, Caos y Entropía, quienes prefirieron identificarse con seudónimos por cuestiones de seguridad, fueron los designados para contar estos más de 180 días de resistencia. La reunión se hace en la parte exterior, en las bancas de concreto de la Plaza de los Mártires, también conocido por los estudiantes como “los peladeros”.

Mientras relatan cómo surgió la idea de la toma del edificio en Xela, otra perrita llamada Pétalo, también mestiza, negra y con manchas café en su cara. Es más tímida que la Jefa, pero también vigila y se une a la conversación como testiga.

Según cuenta “Atanasio”, el primero que habla, la “chispa” de organizarse surgió por la forma violenta en que Mazariegos fue electo. Entre conocidos, estudiantes de recién ingreso, y otros que llevan más años, catedráticos, egresados y personas externas a la universidad, decidieron tomar medidas de hecho, recuerda el estudiante. La comunicación fue a través de mensajes, llamadas y conversaciones en persona. Se prepararon con insumos básicos para llegar al edificio como agua y suéteres. Con el apoyo de estas redes de personas conocidas, dijo, un grupo de estudiantes decidió ingresar al edificio con cadenas y candados para tumbar el fraude.

“Luchamos por mantener la autonomía (Universitaria) y empezamos con la rectoría. Esto es solo una muestra de los fraudes electorales que hay en la falsa democracia cada cuatro años. Es la muestra más grande de mentiras en las que vive el país al estar sufragando un voto, pero cada cuatro años colocarán a un títere en beneficio de las élites”, resaltó.

La elección de Walter Mazariegos se realizó en medio de protestas de estudiantes y profesores por la falta de transparencia. En un acto que tuvo lugar el 14 de mayo en el Parque de la Industria, ubicado en la zona 9 capitalina, no permitieron el ingreso de Jordán Rodas, Carlos Valladares y Erwin Calgua, que eran los otros candidatos, para llevar a cabo el proceso electoral y con 72 votos fue electo. Innova Usac fue la planilla que promovió a Mazariegos, durante la elección solo se encontraban dentro del recinto sus afines.

El proceso electoral estaba previsto para el 27 de abril, pero ya existían denuncias de ilegalidades, porque no se acreditaron siete de los 34 cuerpos electorales a las planillas Avante y SOS USAC. Desde ese momento, los estudiantes decidieron tomar las instalaciones del Museo de la Universidad de San Carlos (MUSAC), para evitar el fraude y así continuaron, con otros edificios de la universidad.

“Rosa”, otra de las estudiantes que se unió a la resistencia, dice que el movimiento actual le recuerda al que hicieron como comunidad educativa, en 2019, cuando tomaron las instalaciones universitarias en distintos puntos del país. Las medidas, añadió, fueron realizadas porque el exrector Murphy Paiz buscaba la privatización de la USAC.

Para los estudiantes entrevistados estos procesos poco transparentes evidencian que Mazariegos daría continuidad a ese plan y, por lo tanto, las medidas implementadas detienen los objetivos que llevarían a perder la autonomía universitaria y la educación pública superior.

La movilización de los estudiantes, en 2019, fue lo que provocó que se detuvieran los planes de privatización, y, ahora Mazariegos, dijo Rosa, está en las mismas condiciones porque no lo reconocen como autoridad; actualmente distintos sectores mantienen una postura en contra del fraude y por lo tanto la oposición que genera la comunidad estudiantil es clave.

La estudiante mencionó que con estas acciones de impunidad se demuestra que en la universidad hay corrupción y que está cooptada, como las entidades del Estado. El objetivo inicial y, que mantiene la resistencia del CUNOC, es que se realicen nuevamente las elecciones, además piden tener incidencia como centro departamental ante el Consejo Superior Universitario (CSU) y ser parte de las decisiones que toman.

Semanas después de que inició la toma en el CUNOC, los estudiantes que tuvieron esta iniciativa decidieron crear el Frente Estudiantil en Resistencia, que incluyó a las unidades académicas de Humanidades, Arquitectura, Ingeniería, Derecho, Enfermería, Ciencia y Tecnología, Odontología y Medicina, con la finalidad de mantener la articulación y coordinar los siguientes pasos que tomarían, principalmente generar el diálogo con las autoridades universitarias locales.

Ese mismo día, el director del CUNOC, César Milián, llegó con la finalidad de tener una conversación con los estudiantes, para conocer sus requerimientos y demandas. El 23 de mayo los estudiantes pidieron al Consejo Directivo que se pronunciara en contra de la elección de Mazariegos. A la siguiente noche se reunieron nuevamente y después de varias horas, el pronunciamiento del Consejo fue tomado como débil y sin decir nada en contra de las elecciones.

En esa reunión ante los medios de comunicación, Milián dijo que apoyaba a Mazariegos. Luego de varios intentos, en junio, el Consejo y Milián suspendieron las reuniones que tenían con la resistencia y desde entonces no han vuelto a dialogar.

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“Si queremos lograr algo tenemos que sacrificarnos” 

“Caos”, un estudiante que ingresó en 2019, dice que desconocía el significado profundo de ser sancarlista y, con el fraude empezó a informarse sobre el papel de la USAC en la historia de Guatemala. Por “conciencia propia” se involucró en el movimiento de resistencia, porque, dijo, no quería quedarse con los brazos cruzados y él, junto a más compañeros, comprendieron que se estaba tomando un papel protagónico.

“Me di cuenta de toda la putrefacción que existía en la universidad. Mientras más se informa uno más se da cuenta de muchas cosas y que todo está relacionado con el tema político y repercute en la universidad y a nosotros los estudiantes”, dijo.

Durante estos meses, Caos se ha mantenido alejado de familiares y amistades, porque su decisión, a pesar de provocarle estrés, se reencauza en la lucha. “¿De verdad vale la pena? ¿Se logrará algo con esto? ¿Estoy haciendo las cosas bien?”, fueron algunas de las preguntas que se hizo, pero sus compañeros le recuerdan su propósito y dice que es el costo que deben pagar para lograr algo más grande en el país.

En las instalaciones del CUNOC tienen colchonetas que fueron donadas por otros estudiantes y en estas duermen. Las mantas o frazadas las han donado otras personas y algunas las llevaron desde sus casas, algunas veces se vuelven insuficientes, por el frío que hay en el lugar. Relatan que la mala alimentación que tienen empeora el estrés y el cansancio, no cuentan con suficientes alimentos y la mayoría de estos no son balanceados. Algunos días solo tienen sopas instantáneas para comer. Al inicio del movimiento, recuerdan, se acercaron personas particulares y también organizaciones para apoyarles con alimentos, pero ha disminuido a consecuencia del alto costo de los productos de la canasta básica.

Atanasio interviene de nuevo y dice que algunos de los compañeros y compañeras perdieron sus trabajos por las largas jornadas que estuvieron en la universidad, otros hacen un esfuerzo doble, porque después de la jornada laboral colaboran en los turnos de madrugada en el CUNOC. Dice que se alejaron de sus círculos familiares y evitan compartir información con ellos para no ponerlos en riesgo.

“Si queremos lograr algo tenemos que sacrificarnos. Dejé de trabajar. En cuanto a lo psicológico estamos con el estrés de que algo pueda pasar o estar encerrados. No tenemos la alimentación óptima y eso afecta físicamente”, detalla “Entropía”, quien lleva seis meses en resistencia.

La forma en que se abastecen de alimentos e insumos es diversa. Algunos de sus compañeros hacen aportes semanales o mensuales, también colectivos les entregan comida, pero también solicitan dinero cuando hacen los piquetes informativos frente al campus universitario. A pesar de que notan la resistencia de muchas personas, es una de las maneras que les queda para obtener algunos pocos recursos.

Atanasio cuenta que los piquetes informativos son momentos en los que toman un carril vehicular, frente al centro universitario y por un periodo corto de tiempo reparten volantes, usan megáfonos e informan a quienes transitan por el área sobre las acciones que están realizando.

“Yo soy egresada de la universidad, pero desconocía realmente lo que pasaba ahora. Vi en las noticias que estaban manifestando y ahora con estos afiches que me entregaron, pude entender y comprender la lucha que mantienen”, dijo Aura Castro, egresada de la Escuela de Enfermería de ese centro universitario, durante la entrega de uno de los piquetes informativos.

Recuperan la organización estudiantil

El balance que hacen los integrantes del Frente para este periodo de tiempo es positivo. Recalcan que a pesar de la falta de diálogo con las autoridades del CUNOC, uno de los logros principales fue la recuperación de las asociaciones de Ciencia y Tecnología, Pedagogía, Ingeniería y además se creó la Coordinadora General de Estudiantes, que tiene representantes de las diferentes carreras.

Esta última tiene dos objetivos principales: llevar a las divisiones la información sobre la resistencia y así articular más respaldo al movimiento; y buscar ser los representantes estudiantiles ante el Consejo Directivo del CUNOC.

Integrantes del Frente dicen que los encargados de cada carrera no utilizan capucha, a diferencia de ellos, y esto los pone en mayor evidencia y riesgo, principalmente ante represalias académicas. “Se creó ante la falta de una representación genuina ante el Consejo, porque los que están actualmente no los apoyan e incluso no se han presentado a los diálogos que pidieron”, indicó Entropía.

De las 21 carreras que ofrece el CUNOC, 16 están articuladas en esta coordinadora y respaldan la resistencia.

Otro logro que resaltan es la unidad que crearon con otros movimientos sociales y que sumaron sus luchas para pronunciarse con mayor fuerza. Como el Frente contra la Corrupción y el Fraude en la USAC. El 20 de octubre, durante la en conmemoración de Día de la Revolución, realizaron una marcha desde el parque hasta la sede del CUNOC. Participaron integrantes de 14 organizaciones de sociedad civil que confluyen en la misma.

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Pilar Bagur, integrante del Colectivo Ciudadano de Quetzaltenango, dijo que están orgullosos de la resistencia que mantienen los estudiantes en el CUNOC y por eso se sumaron a exigir en conjunto la defensa de la educación superior pública en el país.

“Es importante que las resistencias se unifiquen en el país, para enfrentar este monstruo de la corrupción. Somos más los indignados y no hay que vivir solo el día a día. Hay que tomar una posición”, declaró Bagur.

En este frente se encuentran colectivos y agrupaciones de mujeres, jóvenes, sindicalistas, pueblos indígenas y trabajadores del sector público, así como catedráticos de la universidad que apoyan el movimiento.

Erick Salguero, el nombre con el que identificaremos por seguridad a un integrante de los colectivos, mencionó que mantiene el respaldo a este movimiento, porque vieron en ellos lo que hace falta en la sociedad quetzalteca. Pasar de la indignación a las acciones que evidencien que hay un problema y que se requiere de las acciones de las autoridades para dar paso a una solución. Con esto, dijo, se tiene un mayor impacto en los mensajes y discursos, para lograr cambios.

De la Unión de Trabajadores de Quetzaltenango (UTQ) también se unió al frente uno de sus representantes, de quien también omitiremos su nombre por seguridad, quien dijo que buscan crear una plataforma con mayor impacto. Desde que notaron la resistencia de los estudiantes sabían que debían unir esfuerzos y crear algo en colectivo, así amplificar sus peticiones, demandas y también crear conciencia en la población.

El catedrático Percy Aguilar sostiene que la resistencia en este centro universitario se ha mantenido por la conciencia que se ha desarrollado en la comunidad educativa. “Se fortalece la lucha porque no se quedaron solo con las acciones de hecho, que es la toma del edificio, sino que además cubren otros aspectos desde la academia, realizando conversatorios, abordando el tema histórico de la universidad y la importancia de mantener la autonomía y la resistencia está apoyada por otros sectores”, dijo.

El 6 de junio, un grupo de catedráticos llegó a presentar su respaldo a los estudiantes que tomaron el campus. Junto a la acción de calle, se unieron con un paro académico. Luego, el 29 de julio el catedrático Héctor Rodas denunció que lo destituyeron por no estar sometido a los criterios de las autoridades del Centro. El profesional, hermano de Jordán Rodas -Procurador de los Derechos Humanos y aspirante a la rectoría por SOSUsac- era el encargado de las cátedras de literatura y filosofía.

Para el profesor Aguilar, el panorama para el próximo año en la Universidad de San Carlos puede ser crítico, porque además, confluye con el proceso electoral general que puede traer más atención de la ciudadanía y la rectoría se mantendrá en la postura de que nada está pasando y continuaría con su show político.

Que las autoridades del CUNOC no retomaran el diálogo, añade Aguilar, y solo se quedaran con la respuesta de que no pueden hacer nada a nivel nacional, evidencia la falta de voluntad del director César Milián.

“Las elecciones generales vienen a demostrar que estamos en un sistema corrupto y cooptado. Las nuevas autoridades que serán electas tendrán como títere a Walter Mazariegos y mantendrá su postura cerrada al diálogo con los estudiantes, pero no vamos a dejar la resistencia”, dijo Edwin Aguilar, estudiante del CUNOC.

El Consejo Directivo se negó constantemente a pronunciarse en contra del fraude y el director en conjunto con José Edmundo Maldonado, secretario administrativo del Centro apoyaron la candidatura de Mazariegos desde Quetzaltenango. 

La unidad en las resistencias es clave 

El antropólogo, investigador y el primer alcalde indígena de la ciudad de Quetzaltenango, Rigoberto Quemé, dice que la resistencia de los estudiantes del CUNOC es digna y valiosa, porque están planteando una universidad libre y democrática para el acceso a toda la población y no clientelar que esté abordada por la corrupción, pero es fundamental que se unan las resistencias para ser más fuertes.

“La sociedad civil debe ser autocrítica. Algunos sectores se han alineado al poder por ejemplo cuando avalan a gobernadores nombrados por el gobierno. Esta sociedad civil no es la que debe apoyar al movimiento estudiantil, sino que tiene que ser legítima, más participativa y más popular”, explicó Quemé.

El antropólogo refiere que las luchas deben ser articuladas y respaldarse para generar un bloque más fuerte, porque del lado de los corruptos les conviene que el país se mantenga como un Estado fallido y para eso cuentan con redes de colaboración.

El pacto de corruptos, que incluye a redes de corrupción en la Universidad, el Ministerio Público y el Gobierno, están fortalecidos y el futuro es pesimista, agrega que la lucha y resistencia es digna, pero falta la articulación de las luchas.

“Si no se acuerpan las luchas estudiantiles y que esto nos afecta a todos por no tener una educación de calidad, vamos a mantener un futuro difícil por la falta de acceso a condiciones educativas y de empleo”, concluyó.

El Frente Estudiantil por la Resistencia mantiene la postura de no dejar el edificio hasta que Mazariegos renuncie, pero están conscientes de la necesidad de algunos estudiantes de realizar actividades prácticas y en las instalaciones.

La articulación es a nivel nacional y por lo tanto están en análisis de lo que sucederá el próximo año. Además, esperan todavía el diálogo con las autoridades. Han tomado como burla de parte de la autoridad local, la comisión que enviaron para abordar el tema, pero no fue productiva, señalan los estudiantes.

“No es que no puedan, sino que no quieren hacerlo y es porque están aliados con Walter Mazariegos. No se pronuncian porque están de acuerdo y dejan por un lado los intereses de los estudiantes”, resaltó Rosa, la estudiante que se unió a la resistencia.

Los integrantes del movimiento hacen el llamado a que la comunidad universitaria ejerza presión al Consejo Directivo, porque son ellos quienes tienen el poder de decidir y de atender la petición de renuncia de Mazariegos, evitar la privatización y tener representación como centro universitario ante el CSU.

Las rondas de vigilancia son constantes. Pétalo y La Jefa marcan el paso para el recorrido, conocen la ruta que toman para identificar que los alrededores al CUNOC estén controlados. Durante estos seis meses de resistencia también han reportado agresiones. Les han lanzado bombas molotov, algunos estudiantes han recibido amenazas de personal administrativo y los patrullajes constantes de la Policía Nacional Civil ha sido una constante.

El 14 de junio, el secretario administrativo del centro José Maldonado declaró que por buena voluntad no habían retirado a los estudiantes del lugar, también refirió que estaban provocando problemas para más estudiantes. Esto fue tomado por los estudiantes como una amenaza.

Semanas después, el 24 de junio, dos guardias de seguridad que se mantenían en el edificio fueron expulsados por poner en riesgo a los estudiantes. Ingerían bebidas alcohólicas y portaban armas de aire comprimido.

El 5 de agosto reportaron que desconocidos lanzaron bombas incendiarias dentro del edificio, los estudiantes se percataron que un grupo de personas se encontraban alrededor del centro y lograron controlar el fuego para evitar que este se propagara.

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Las rejas se cierran, los candados son asegurados y la manifestación en contra del fraude se mantiene; esperan a que las autoridades locales atiendan sus peticiones, que la población tome conciencia del tema y así se una defender la privatización de la educación superior y mantener la autonomía de la USAC.

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