Alta Verapaz: una comunidad Q’eqchi’ de Panzós bajo riesgo por las lluvias

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Créditos: Juan Bautista.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Cada invierno la comunidad Cacahuilá, en Panzós, Alta Verapaz, sufre de deslaves y destrucción de caminos, aunque han buscado y solicitado la ayuda de las autoridades, estas no han atendido sus llamados; hace diez días, debido a las lluvias constantes, algunas viviendas fueron destruidas en su totalidad.

Por Juan Bautista

Más de 20 familias de la comunidad de Cacahuilá se quedaron sin vivienda por el deslizamiento de tierra de un cerro, provocado por las copiosas lluvias de este invierno, causando la destrucción de viviendas, de materiales de trabajo y afectando la tranquilidad de las familias.

Cacahuilá se encuentra a 54 kilómetros de El Estor, salida a Cobán; la población es de origen maya Q’eqchi’; vive en el lugar un aproximado de 400 familias, según información del alcalde auxiliar, José Choc.

Durante la visita que hizo Prensa Comunitaria al lugar, el alcalde auxiliar, dijo que los deslizamientos en tiempo de invierno son constantes, las familias tienen que prepararse para poder salir de sus casas, “cuando los relámpagos o truenos son fuertes, las familias se preparan para salir porque son los que provocan los derrumbes sobre las viviendas”, informó.

Foto: Juan Bautista.

Hace 10 días, señaló, un total de 20 viviendas fueron destruidas por un derrumbe; “Pedimos al alcalde municipal Ernesto Rodríguez que viniera a ver los daños, pero solo mandó al personal de la municipalidad a fotografiar y hasta ahora no hemos escuchado si nos ayudará o no, como la gente no tiene donde vivir, la comunidad empezó a hacer colecta de materiales para reconstruir las viviendas que fueron dañadas”, relató Choc.

La comunidad ha solicitado la construcción de un albergue, para que las familias tengan un lugar seguro durante el invierno, pero su petición no ha sido atendida. Además del peligro de los deslaves, la comunidad se queda incomunicada por el daño que sufre el camino, sin embargo, la misma comunidad hace aportes económicos y de trabajo para repararlos y atender las emergencias que provoca la temporada de lluvia.

Antonio Jub, vecino del lugar, dijo que debido a las emergencias provocadas por la intensa lluvia, también se ha visto afectada la salud de algunos hombres y mujeres de la comunidad. “Hemos pasado crisis nerviosa por la pérdida de nuestras viviendas, nosotros no podemos salir de nuestra comunidad e ir a ocupar otro lugar, porque las autoridades nos señalarían de delincuentes o invasores, es demasiada la necesidad que se vive acá, no podemos cultivar porque sería una pérdida y el gobernador y el alcalde no les importa lo que nos pasa”, indicó.

Sobre la reparación de los caminos, agregó que anualmente tienen que reunir alrededor de Q15 000 para mantenerlo en buenas condiciones en invierno, especialmente por las emergencias, como cuando algunas personas sufren fracturas o necesitan ser trasladadas al centro de salud que queda a unos 40 minutos de la comunidad.

“Ya son cuatro veces que pierdo mi casa”

Martín Juc, un comunitario afectado, contó que con las recientes lluvias perdió su casa y 30 láminas por cuarta ocasión. “Ahora solo espero que mis hijos me puedan apoyar para hacer mi casita, porque soy una persona de edad avanzada, ya no estoy en posibilidad de trabajar duro, espero también que las autoridades gubernamentales puedan hacer algo por nuestra comunidad”, agregó.

Foto: Juan Bautista.

La comunidad es solidaria y se apoyan entre todos; algunas de las familias que perdieron sus viviendas son recibidas por otras, otros hacen el esfuerzo por juntar los materiales que aún puedan servir para reconstruir una casa y así estar al lado de sus hijos.

Finalmente, dos pilotos de tuk-tuk que fueron entrevistados expresaron su preocupación por la situación en esta comunidad. “Nosotros nos arriesgamos para ir a dejar a las personas hasta donde está la escuela, solo ahí podemos llegar por el mal estado de la carretera, en ocasiones las personas nos presionan para colaborar para el arreglo de sus carreteras, eso también nos afecta a nosotros porque solo trabajamos y no somos los dueños de los vehículos”, comentaron.

 

 

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