Créditos: Francisco Simón.
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“Estamos en ese horizonte. La única forma de enfrentar esta situación es unirnos como pueblos, sin división alguna y alzar la voz”. Anastasia Mejía.

Por Luis Ovalle

En el contexto del Día Internacional del y la Periodista, este 8 de septiembre, Anastasia Mejía, periodista comunitaria  de Joyabaj, Quiché, dijo a Prensa Comunitaria que la libertad de expresión en Guatemala está en peligro, porque el Estado no ofrece garantías mínimas para el ejercicio periodístico y, por el contrario, muestra un alarmante retroceso hacia épocas en las que se asesinaba y desaparecía, por decir la verdad.

Cada 8 de septiembre, desde hace 64 años, se conmemora el Día Internacional del (y la) Periodista, como un tributo a Julius Fucik, escritor y periodistas checoslovaco, ejecutado por los nazis en 1943. La fecha está destinada a resaltar la importancia de la profesión del periodismo en su labor de buscar la verdad y en defensa de la libertad de expresión.

Anastasia Mejía, quien estuvo en prisión preventiva durante cinco meses, por haber dado cobertura al incendio de la municipalidad de Joyabaj, dijo que en la actualidad estamos expuestos a que la grave situación de ataques y limitación a la libertad de expresión siga o que incluso empeore “no nos va a quedar más que, a algunos, quedarnos callados y a otros exponernos ante cualquier atentado”. Ese es el escenario que vivimos. Ojalá hubiese alguna forma para detener la situación que vivimos, pero no se ve claro, en un corto plazo.

Héctor Antonio Coloj, del Observatorio de los Periodistas, coincidió con Anastasia, en cuanto a la gravedad del momento que se vive en Guatemala para la prensa independiente. En su criterio, el Estado implementa diversas argucias para limitar la labor de las y los periodistas, en cuanto al acceso a declaraciones de funcionarios e información pública, por el contrario, las campañas difamatorias se han intensificado, así como el acoso y la criminalización. Esto, sin embargo, lo han padecido desde hace muchos años los pueblos indígenas, los comunicadores sociales, los periodistas indígenas y comunitarios.

Coloj fue más allá, al señalar que, desafortunadamente estas problemáticas no son exclusivas de Guatemala; las compartimos con otros países de la región, donde ya se experimentan dictaduras o se encaminan hacia una. Nicaragua es el ejemplo más visible, pero también lo vemos en El Salvador, donde muchos periodistas han tenido que salir al exilio, ante la posibilidad de ser criminalizados.

“En Guatemala se está consolidando una dictadura y es muy probable que en los próximos meses, en el contexto electoral haya nuevos casos de criminalización e incluso asesinatos o atentados contra periodistas”, dijo.

¿Podemos hacer algo al respecto?

“Estamos en ese horizonte. Para mí, la única forma de enfrentar esta situación es unirnos como pueblos, sin división alguna y alzar la voz”,  indicó Anastasia.

La periodista, quien en 2021 recibió el Premio Internacional a la Libertad de Expresión, que otorga el Comité de Protección a Periodistas (CPJ), dijo a Prensa Comunitaria que en las elecciones que se avecinan “debemos apoyar a las hermanas y hermanos que se postulen, apoyar a los equipos que realmente nos representen” y sentenció:  Si no damos esta lucha, si no confiamos en nuestras hermanas y hermanos que se atreven a participar, esto no va a cambiar, al contrario, se va a poner peor”.

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“En nuestras manos está, a nivel de pueblos, que cambiemos a estas personas que han estado matando, que han estado criminalizando, que han estado destruyendo nuestros territorios”, dijo, pero además consideró urgente hacer conciencia a las juventudes, a los pueblos, para que no se presten a ser utilizados por los políticos corruptos”.

Para el representante del Observatorio de los Periodistas, aún es posible evitar la caída libre de la democracia guatemalteca. Sin embargo, fue más pesimista, al señalar que en las condiciones en que se encuentra el país se percibe muy difícil. “Existen ejemplos en los cuales la manifestación ciudadana, la conglomeración de distintos sectores de la sociedad civil, de estudiantes, sindicalistas, defensores de justicia, ha permitido que haya cambios en la administración pública y que se proyecten cambios en el Estado para la defensa de los derechos humanos”.

Un ejemplo reciente es Colombia y Chile, donde luego de prolongadas manifestaciones ciudadanas, debido a los atropellos, a las violaciones cometidas por el Estado, permitieron que se dieran cambios en el gobierno y en las mismas legislaturas. Aquí en Guatemala, con las instituciones públicas cooptadas, no se puede esperar que haya algún cambio o algún interés genuino por la defensa de las y los periodistas, por la libertad de expresión, concluyó.

Julius Fucik

Nació el 23 de enero de 1903, en PragaBerlín, en el seno de una familia obrera.

Estudió filosofía en le Universidad de Pilsen. En 1921 ingresó en el Partido Comunista y por esas misma fecha se inició como crítico literario y teatral.

Luego fue redactor de las publicaciones comunistas Rude Pravo y Tvorba en las que insertó reportajes sobre temas sociales y culturales.

A comienzos de los años treinta realizó varios viajes a la Unión Soviética. Fruto de esos viajes es su obra documental En la tierra donde el mañana ya es ayer.

Cuando el ejército hitleriano ocupó Checoslovaquia continuó publicando con seudónimo, recuperando las figuras clave de la cultura progresista checoslovaca.

En febrero de 1941 pasó a ser miembro del Comité Central del Partido Comunista en la clandestinidad, encargándose de las publicaciones ilegales.

Prisión

Fue tomado prisionero por los nazis en 1942, mientras participaba en la resistencia contra la ocupación nazi (el fascismoalemán).

Mientras estuvo prisionero escribió “Reportaje al pie de la Horca”, el cual pudo sacar gracias a un guardia cárcel vinculado a la resistencia, para entregárselas a su esposa.

Julius Fucik hizo de la cárcel su trinchera para seguir combatiendo hasta el último momento.

“Allí, durante el interrogatorio […] no ha quedado más que el simple sujeto y su atributo; el fiel resiste, el traidor traiciona, el burgués desespera, el héroe combate”.

Y Julius combatió y venció. Antes de ser ejecutado escribió:

“Hombres, os he amado. ¡Estad alerta!”

Reportaje al pie de la horca

En su libro: Reportaje al pie de la horca, describió los tormentos por los que pasó en cada interrogatorio. Pero, a pesar de inimaginables torturas, Julius derrotó a sus enemigos: no les dijo una sola palabra.

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