Créditos: Congreso de la Republica.
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Por Paolina Albani

El Procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, terminará su mandato de cinco años en menos de dos semanas. Sin embargo, en sus últimos días la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, integrada por una mayoría de diputados de la derecha conservadora que han buscado removerlo del cargo antes de tiempo, ha insistido en citarlo para hacerle preguntas sobre los informes de desempeño de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) y del proceso de transición de mandato. Algo que Rodas catalogó como un “show político” y “linchamiento”.

Esta vez, el procurador tuvo un pulso político con el diputado Álvaro Arzú, del partido Unionista, que acabó en la amenaza de denuncia por “mala gestión”, una denuncia de la cual, según Arzú, ya no podría protegerse cuando pierda el derecho de antejuicio y la inmunidad.

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La citación del 9 de agosto, que fue la penúltima citación de Rodas como funcionario, fue agendada a las 10 de la mañana. Transcurrió una hora de espera, en la que una docena de diputados se fueron integrando. Una minoría participó de la sesión a distancia.

Los diputados hicieron preguntas a Rodas sobre donaciones, contrataciones y duplicaciones de plazas, inventarios, entre otras. El procurador contestó que dicha información estaba en el informe que les había entregado, pero los diputados insistieron en que debía contestar.

Foto: Paolina Albani.

Durante varios minutos, la citación se enfrascó en reclamos pues el diputado Manuel Conde, del PAN, gritó a Rodas al decirle “mejor ni hubiera venido”, después de que el PDH dijera que las respuestas a las preguntas de los comisionados estaban en el informe presentado.

En el turno de Arzú, el parlamentario afirmó que la PDH, bajo el mandato de Rodas, se autorecetó un incremento de presupuesto que consiguió a través de un amparo concedido por la Corte de Constitucionalidad (CC), con lo que el Congreso se vio obligado a otorgarle Q20 millones más para su presupuesto.

Un hecho que el diputado calificó como “delito”. “Fue un momento oscuro para la CC y la para PDH”, aseguró Arzú, y luego señaló que la Procuraduría fue la única institución que no fue auditada por la Contraloría General de Cuentas, durante la pandemia.

Rodas les recordó que el aumento se debió a pagos no realizados por el Congreso el año anterior, y que no fue “un favor” del Legislativo, sino una orden de la CC. Como consecuencia, Aníbal Rojas, de Viva, solicitó al director financiero de la PDH un nuevo informe para desglosar en qué gastaron esos Q20 millones.

En el intercambio, Arzú y Rodas se interrumpieron y esto dio paso al siguiente diálogo:

Arzú: “Primero estoy hablando yo”.

Rodas: “Hable pues…”.

Arzú: “No le estoy pidiendo permiso para hablar”.

Rodas: “Yo tampoco”.

Más adelante, Arzú también cuestionó si Rodas pediría indemnización por su desempeño como procurador. A lo que contestó que tenía que pensarlo y que no veía nada de malo en hacerlo, pues sus predecesores también lo cobraron.

“No me sueñe”, le dijo el PDH a Arzú, quien le respondió: “usted no es un sueño, es una pesadilla”.

A la citación se integró un diputado que no pertenece a la comisión. Se trató de Julio Lainfiesta, a quien Antonio Arenales Forno, presidente de la comisión, le cedió la palabra un par de ocasiones para cuestionar a Rodas sobre la supuesta duplicidad de funciones en la contratación de personal administrativo dentro de la PDH.

Foto: Paolina Albani.

Lainfiesta, junto a su hermano Rodrigo, fueron  señalados por la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de corrupción por el desvío de Q17 millones de la construcción de la cárcel de Fraijanes.

Al finalizar la citación, Rodas dijo que la insistencia de la comisión es un show político, un linchamiento, y que hay temas más importantes para abordar.

“Estos son los padres de la patria. A veces, es mejor ser huérfano antes de tener este tipo de diputados que, en lugar de preocuparse en problemas trascendentales como la pobreza y desnutrición, cuestionan hasta el paso de una mosca”, indicó.

Una transición en camino

En las cortas intervenciones de los diputados de izquierda, César Arévalo y Sonia Gutiérrez Raguay, de Semilla y de Winaq, pidieron a los comisionados que dejaran a Rodas y a Córdova ponerse de acuerdo para la transición de mando, y que dejaran de hacer preguntas sobre cosas que estaban descritas en los informes ya entregados por la PDH.

“Paren el show”, dijo la diputada antes de abandonar la sala.

En la citación, el procurador electo, Alejandro Córdova, confirmó que ya se reunió con Rodas y que la próxima semana los directores de la PDH le presentarán el estado de las direcciones y de las auxiliaturas.

Al respecto, Rodas dijo que Córdova deberá probar si es un funcionario independiente o no, y que espera que “no se deje mangonear”, pues hay mucho interés en las plazas de la PDH.

“Espero que no vean a la PDH como un botín político, como se ha hecho antes”, concluyó Rodas. Afuera, un grupo de salubristas lo recibió con emoción y le dedicaron una porra.

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