Si Biden fuera Trump

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Créditos: Edgar Gutiérrez.
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Edgar Gutiérrez

¿Cómo entender el ataque de Giammattei al presidente Biden?

Giammattei enfrenta un enemigo gigante, según él: la administración Biden. En lo que va del año ha denunciado sin evidencias que Washington alienta un levantamiento indígena para subvertir la integridad del Estado, y que pretende derrocarlo.

En su narrativa, Giammattei es Zelenski resistiendo a Putin. Se queja amargamente que nadie lo comprende. Por razones de política interna en EE.UU. lo escucha una marginal audiencia ultraconservadora, la única a la que sus cabilderos pueden acceder.

Quizá el año próximo el senador Marco Rubio recupere influencia en política latinoamericana, pero será tarde. El proceso electoral en Guatemala estará en pleno hervor y ciertas sanciones consumadas.

Mientras, Giammattei seguirá haciendo puntos, como la semana pasada en su segunda visita en seis meses a Washington. Son viajes reactivos. En diciembre pasado improvisó tras ser maginado de la convocatoria a la Cumbre de la Democracia. Esta vez pidió una reunión en el Consejo Permanente de la OEA para quejarse del informe de la CIDH, que lo encasilló con Venezuela, Cuba y Nicaragua en materia de violaciones de los derechos humanos.

En una entrevista con el Breitbart News (reproducida el 4 de julio) repitió el guion de diciembre. (Este es un sitio web de extrema derecha, donde trabajan muchos fans de Trump; ha sido denunciado por supuestos contenidos misóginos, xenófobos y racistas, y publicar presuntas noticias falsas y teorías conspirativas.) Insistió que él es el último alido de EE.UU. en Centroamérica y hace el trabajo sucio de decomisar drogas, capturar y extraditar presuntos narcos.
“Me echan la culpa a mí”, empezó diciendo, pero los consumidores de drogas y las ganancias se quedan en EE.UU. Luego desbordó su fallida ironía: los aviones con droga ilícita salen de Venezuela, ¿por qué Washington no hace algo? “¡Ah! porque están negociando el petróleo”.

¿Por qué Giammattei busca de manera pertinaz el pleito con el gobierno de EE.UU.? ¿Qué puede ganar? No va a impedir el reclamo por su incumplimiento de los tratados internacionales de respetar la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho. Tampoco bloqueará las sanciones.

En Latinoamérica operan gobiernos conservadores y ninguno le ha declarado la guerra retórica a los demócratas. En la zona que va desde México hasta Colombia, principalmente, no conviene una mala relación. De EE.UU. vienen las remesas y el comercio que hacen flotar las economías.

Si Biden fuera Trump le habría ordenado a su vocero advertirle a Giammattei: respete la democracia o cargo impuestos a sus exportaciones y remesas.
Giammattei está confiado que este es un escenario improbable, por eso sigue hurgando. Todo se resume a blindar su salida, queriendo ganar aliados trumpistas, y reclamando que las sanciones sobre él y su primer círculo -que vendrían, si acaso, por efectuar el verdadero trabajo sucio de corrupción y lavado- es una venganza política.

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