Profesor pide al CSU no imponer al director de la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas

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Créditos: Cortesía
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El 11 de julio se reunió el Consejo Superior Universitario CSU, en esa sesión realizaron nuevos nombramientos, en el que se concretó que Herbert Estuardo Díaz Tobar, licenciado en Medicina y totalmente ajeno a la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas (ECFM), es quien por decisión de Walter Mazariegos Biolis, dirigirá dicha Escuela. Mazariegos nuevamente usurpa el puesto de Rector y preside el CSU en sus sesiones, colocando a gente de su confianza. Por esta razón, uno de los profesores de la ECFM, Enrique Pazos Ávalos, envió una carta abierta al CSU.

Carta abierta al Consejo Superior Universitario de la USAC

Mi nombre es Enrique Pazos Avalos. Soy profesor titular con registro de personal 980331. Como ustedes sabrán, significa que fui contratado en la USAC en el año 1998. Fui auxiliar de cátedra en el Departamento de Física de la Facultad de Ingeniería. Soy licenciado en física aplicada egresado de dicha facultad. Participé en el concurso de oposición en donde había más de cincuenta personas concursando por cuatro plazas del Departamento de Matemática de la Facultad de Ingeniería. Yo gané una de esas plazas. Otros dos estimados colegas ganaron las otras plazas y la última quedó desierta. Así me convertí en profesor titular. Posteriormente pedí permiso para estudiar una maestría en física (Universidad de Texas, EEUU), un doctorado en física (Universidad de Maryland, EEUU) y también realicé una estancia postdoctoral (Georgia Institute of Technology, EEUU). Al término de mis estudios, regresé a mi puesto de profesor titular en la Facultad de Ingeniería en el año 2011.

Conozco personalmente a algunos de ustedes, miembros del Consejo Superior Universitario. Algunos nos conocemos desde hace tiempo, a otros desde tiempos más recientes. Ser miembro del Consejo Superior Universitario es un honor al cual yo no aspiro. En primer lugar porque desde 2015 soy profesor de la Escuela No Facultativa de Ciencias Físicas y Matemáticas, la cual es una de muchas unidades académicas que no tiene representación en el Consejo Superior Universitario. Por otra parte, aún si lo anterior no fuera impedimento, no tengo la vena política para lanzarme a participar en elecciones para un puesto como tal. Yo siempre he sido un nerd, alguien que es feliz entre libros y computadoras, alguien que quiere aportar a la USAC a través de su trabajo en enseñanza, investigación y divulgación.

Habiendo dicho lo anterior, vengo ante ustedes a tratar de tocar su fibra más sancarlista. Mi unidad académica, la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas, se encuentra en la encrucijada de verse dirijida por un profesional que es ajeno a las ciencias físicas y matemáticas. Quiero apelar a su más alto sentido de pertenencia a la Universidad de San Carlos, con el propósito de que consideren en su mente y en su corazón lo que es justo y correcto, lo que antepone las necesidades de muchos antes de las necesidades de pocos o de uno solo. La Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas es una unidad académica pequeña en número de personas; pero grande en producción científica, en calidad de enseñanza y en proyección social. Con apenas siete años de existencia, los investigadores hemos publicado artículos científicos en revistas internacionales de primer nivel (ver aquí). Sostenemos una serie de seminarios y conferencias que alcanzó su edición número cien en 2018. Realizamos actividades de extensión con impacto en la sociedad. Todo esto es para decir: respeten y den continuidad a nuestra forma de investigar, enseñar y divulgar.

Nosotros somos la unidad académica de las ciencias exactas por excelencia: la matemática y la física. En las universidades del primer mundo estas ciencias son la base fundamental e imprescindible de todo desarrollo tecnológico y emprendimiento científico-tecnológico. Si ustedes, miembros del Consejo Superior Universitario, nos lo permiten, podemos ser una unidad académica insignia en ciencia y tecnología que ayude a catapultar a la USAC hacia grandes alturas. Me refiero a los famosos rankings de universidades, en donde una de las métricas importantes es la cantidad y calidad de artículos científicos publicados. Nosotros cumplimos con ambos estándares de calidad, pues nuestros profesores cuentan con grados de maestría y doctorado otorgados por universidades internacionales, lo cual se ve traducido en un mejor posicionamiento de nuestra casa de estudios a nivel global. Lo que es más, si fuéramos favorecidos con mayor presupuesto, podríamos ampliar nuestra influencia a otras unidades académicas que necesiten de soporte y empuje en temas de la física, la matemática y áreas afines, tal como la enseñanza de la astronomía, ciencias computacionales y análisis de grandes cantidades de datos.

Con todo lo anterior, lo que vengo a solicitarles, miembros del Consejo Superior Universitario, es que la dirección de nuestra unidad académica quede en manos de cualquiera de los actuales profesores de la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas. Les solicito, nuevamente, que vean hacia el futuro, un futuro en donde la USAC es una universidad líder en Guatemala, Centroamérica y el mundo.

Todo lo que nuestra Escuela necesita en este momento es continuar con un mando apegado al rigor, disciplina y tradición de nuestras ciencias exactas, con el criterio de apoyar e incentivar nuestros aportes al conocimiento y a la enseñanza en nuestra comunidad universitaria.

Las palabras que hoy dirijo a ustedes, miembros del Consejo Superior Universitario, van más allá de la coyuntura presente; más allá de nuestra realidad inmediata. Nosotros, ustedes y yo, somos profesores titulares, tenemos garantizado nuestro trabajo y nuestra jubilación. Sin embargo, la universidad de San Carlos nos ha dado algo más que trabajo y seguridad laboral. La USAC es una plataforma de superación. Lo digo desde mi propia realidad. Mis padres apenas terminaron la primaria. Mi madre es ama de casa, mi padre fue operario de máquinas y dueño de su propio negocio (no tan fructífero al final… sí, pasamos problemas económicos) mientras la vida le dio licencia. Sin embargo, mis padres procuraron para mí y mis hermanos que nunca nos faltara nada para poder estudiar. A ellos les debo lo que yo soy. Una licenciatura en física de la USAC en la década de 1990 fue suficiente para mí a fin de poder ingresar a universidades de alto nivel en EEUU. Hoy, nuestros estudiantes egresados van a estudiar al extranjero a universidades de Italia, España, Argentina, México, Brasil, EEUU, Rusia, Australia, etc. sin deficiencia alguna. Como profesores de la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas, deseamos enormemente poder abrir plazas para que estos estudiantes puedan regresar a trabajar algún día, si así lo desean. Porque al final de cuentas, todos somos aves de paso. Nosotros, como actuales profesores, formamos a nuestros estudiantes para que un día nos superen y ocupen el lugar que hoy tenemos.

La USAC me ha dado a mí no solo la oportunidad de la movilidad social, sino la oportunidad de conocer e interactuar con profesores que ahora, orgullosamente puedo llamar mis colegas. Asimismo, he tenido alumnos con quienes hoy comparto un café y también somos compañeros y colegas profesores. Creo firmemente que de esto se trata la academia: de darle la oportunidad al más capaz, al más competente y de darle todos los recursos para que pueda desarrollar su máximo potencial. Esa es la misión de toda universidad y sueño con el día que sea la tradición establecida en la Universidad de San Carlos. Nosotros nunca sabremos si nuestros hijos, sobrinos o nietos van a ser alumnos de estos estudiantes a quienes hoy estamos formando. Todos quisiéramos que ellos tuvieran la mejor calidad de educación a cargo de los mejores profesores. Quisiera pensar que yo he sido uno de esos profesores y que he dejado mi mejor esfuerzo en transmitir lo que he aprendido para que futuras generaciones alcancen logros superiores a los míos.

La Ley Orgánica de la Universidad de San Carlos de Guatemala dice en su artículo número dos, sobre la finalidad de la USAC:

Su fin fundamental es elevar el nivel espiritual de los habitantes de la República, conservando, promoviendo y difundiendo la cultura y el saber científico.

Esto no solo se logra dando clases, haciendo conferencias o publicando libros. También se logra con el ejemplo, con el actuar apegado a lo que es justo y correcto. La sociedad mira hacia la USAC como una fuente de esperanza. Nuestro actuar de los últimos meses logra cualquier cosa menos elevar el espíritu del pueblo de Guatemala. Sin embargo, nunca es tarde para corregir el rumbo.

Algo que nosotros, físicos y matemáticos, conocemos muy bien es el famoso “efecto mariposa”, que dice que el aleteo de una mariposa en el Golfo de México puede provocar un huracán en las costas de Brasil. Análogamente, si hoy hacemos bien las cosas pequeñas (como nombrar a un director), mañana podemos tener réditos que nunca esperamos, pero hacerlas mal también tiene consecuencias que pueden ser catastróficas.

Así es, todo depende del futuro que querramos para nuestra USAC. Si nos importa más nuestro beneficio inmediato, estamos condenando el futuro de nuestro hijos, nietos y miles de jóvenes talentosos. Si queremos dejarles un futuro brillante, la decisión es simple: ustedes saben en su mente y corazón, miembros del Consejo Superior Universitario, lo que es correcto. Ustedes son profesionales que han hecho todo lo necesario para estar en el puesto que están. Sabemos que la realidad imperante en nuestro entorno nos acorrala a las decisiones fáciles antes de las decisiones correctas. Yo vengo ante ustedes a solicitarles, con toda la honestidad y transparencia que mi carrera de profesor e investigador me confieren, que piensen en el futuro y en el legado que van a dejar. Porque como les he manifestado, nuestro presente ya está resuelto como profesores titulares. Pero el futuro es de nuestros hijos, de los hijos de esta nación. Dejémosles a ellos al menos la misma oportunidad que nosotros tuvimos, y mejor si todavía más. Hagamos que ellos brillen más que nosotros. Hagamos que nuestras acciones presentes sean el efecto mariposa correcto que genere un huracán de excelencia en la Universidad de San Carlos.

¿Será que nombrar a un físico o matemático como director de la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas es el aleteo de una mariposa que nos lleve a un huracán de excelencia? Hoy, no lo sabemos con certeza porque el futuro es caótico. Sin embargo, es una decisión pequeña para lo mucho que la Universidad de San Carlos puede ganar.

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