Población Poqomam de Palín exige cancelación del proyecto IKAL

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Créditos: Alcaldía Indígena de Palín. Autoridades Indígenas y población Poqamam en Palín, Escuintla exigen la cancelación de licencia para el proyecto industrial Ikal.
Tiempo de lectura: 8 minutos

 

Cientos de pobladores maya Poqomam de Palín, Escuintla, salieron a las calles el 17 de julio y, por segunda vez, exigieron a la municipalidad que cancele la licencia de explotación del proyecto Ikal, propiedad de Inversiones Napier S.A., que construirá un complejo de viviendas y centros comerciales-industriales. Los comunitarios están en contra de Ikal porque antes de que comenzara a dinamitar el cerro El Chilar, la empresa dueña del proyecto y la comuna, hicieron todo en secreto y no consultaron a la población del lugar.

Por Diego Petzey

“Señores de la empresa Ikal están destruyendo el cerro, reiteramos que aquí no aceptamos la destrucción de las tierras comunales, al proyecto Ikal le decimos fuera, estas tierras son colectivas no son propiedad de una persona”, fue la declaración de Alida Vicente, de la Alcaldía Indígena de Palín, en Escuintla, el 17 de julio. Durante la manifestación otras organizaciones de la sociedad civil expresaron su descontento y rechazo hacia las decisiones realizadas por la municipalidad sin haber consultado, previamente a la población.

Las acciones de rechazo al proyecto iniciaron a finales de mayo de este año. En ese momento, la organización Coordinadora de la Sociedad Civil Organizada de Palín, lideró una manifestación para exigir al Concejo Municipal el cumplimiento del acuerdo que aprobaron, por unanimidad, en la sesión del 11 de mayo pasado, en el que acordaron convocar a los representantes del proyecto Ikal a una reunión en el escenario de la ceiba de Palín, donde explicarían a la población el propósito del proyecto. Sin embargo, el Concejo no convocó la reunión.

Autoridades indígenas y comunitarias del pueblo poqomam de Palín, Escuintla realizaron una manifestación el domingo pasado exigiendo la cancelación de una licencia industrial que se realiza en una de las ladres del cerro El Chilar. Créditos: Alcaldía Indígena de Palín.
Durante la manifestación fueron desplegados decenas de agentes de la Policía Nacional Civil y elementos de la policía municipal de tránsito. Créditos: Alcaldía Indígena de Palín.

El día de la segunda manifestación, agentes de la Policía Nacional Civil, de la Policía Municipal, e incluso, de la Policía de Tránsito, acudieron a vigilar la protesta. No se reportaron desalojos o el uso de violencia, pero sí fue interpretado por quienes manifestaban como una clara exteriorización de la defensa de los intereses privados sobre los públicos.

Han violado el derecho de consulta a los pueblos indígenas  

El 10 de abril de 1996, Guatemala ratificó el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional de Trabajo (OIT). Con esto, el Estado guatemalteco se comprometió a garantizar los derechos de la población de origen maya, respetar los valores tradicionales de los pueblos indígenas y a consultar con ellos todas las decisiones que afectarían su desarrollo económico o social. El Convenio exige también a los gobiernos a que respeten los derechos de los pueblos indígenas sobre las tierras que, ancestralmente, ocupan.

Por eso, para Vicente la decisión de otorgar la licencia al proyecto Ikal por parte de las autoridades del gobierno es una clara violación al convenio, pues allí se establece que para este tipo de proyectos se debe realizar una consulta libre, previa, informada y de buena fe a las comunidades indígenas, para que sean ellas mismas las que decidan si están de acuerdo o no con proyectos extractivos en su territorio.

A decir de Vicente, el lunes 11 de junio de este año, una persona de la empresa Ikal se comunicó con ella solicitándole una reunión para presentarle el proyecto. Vicente rechazó la invitación. En su lugar, pidió a la empresa que brindara la información a toda la población, en una reunión pública y no solamente a ella o a las autoridades del territorio.

“Todas las decisiones las debe de tomar la población y no solo un grupo de persona. Según la empresa, han hablado con la Junta Directiva de El Chilar, que es elegida por la población cada dos años debido a que las tierras son comunales.  Por esto, muchos comunitarios están en desacuerdo con el proyecto, porque no se les ha informado nada”, indicó Vicente.

Una mujer maya poqomam sostiene un cartel con la insignia “Proyecto Ikal, fuera de Palin” durante la manifestación realizada el pasado domingo frente a la municipalidad de la localidad. Créditos: Alcaldía Indígena de Palín.

De acuerdo a la Alcaldía Indígena, la empresa, cuya identidad se desconoce, desde hace tiempo, habría iniciado una estrategia de cooptación a varios actores comunitarios, para legitimar al proyecto y decir que “han sostenido reuniones” con algunas personas de Palín. Por su parte, la municipalidad también habría cooptado a algunos líderes de las comunidades y les habría ofrecido proyectos de obra gris o puestos en la municipalidad. Pero ninguno de estos extremos ha sido comprobado por Prensa Comunitaria.

Ikal, otro proyecto millonario que prefirió no realizar consulta comunitaria

Según fuentes comunitarias consultadas, entre 2008 y 2016, la empresa dueña de Ikal construyó una calzada privada que une directamente a la Autopista Privada de Palín con la finca El Farol. En 2018, la compañía consiguió un permiso para la construcción de un proyecto habitacional en esa misma finca.

Dos años después, en 2020, decidieron agregar a la construcción complejos comerciales e industriales, además de las casas. Para este nuevo proyecto, habrían solicitado permiso al Gobierno, pero este extremo no pudo ser verificado. Mientras tanto, el Instituto Nacional de Bosques (INAB) habría concedido el cambio de uso de suelo y el movimiento de tierras de 13 hectáreas, en mayo de 2021, y el Ministerio de Energía y Minas habría autorizado los Estudios de Impacto Ambiental.

La molestia de la población Maya Poqomam tiene que ver con el secretismo con que el proyecto se ha ido desarrollando a lo largo de los años, y que, de manera reciente, se ha visibilizado la explotación del cerro sagrado El Chilar.

El 12 de julio, los representantes de Ikal dieron una conferencia de prensa en Amatitlán. Allí, informaron a los medios de comunicación que el desarrollo del proyecto inició en el 2008 y aseguraron que han cumplido con todos los requisitos establecidos por las instituciones gubernamentales, por lo que el proyecto actual ha sido autorizado y respaldado por las mismas instituciones.

Claudia Meneses, del proyecto Ikal, dijo en la conferencia, de 2021, que consideraron realizar una consulta al pueblo Poqomam de Palín, sin embargo, optaron por presentarlo, únicamente, a la junta directiva de las comunidades El Farol y El Chilar, que se ubican a la altura de la Autopista Privada de Palín. Y desde entonces, han mantenido comunicación con ellos.  Según Meneses, la municipalidad les recomendó abordar a otros actores de la población, pero no específicó quiénes y cuál fue el resultado de ese acercamiento.

Meneses concluyó su intervención diciendo que, ahora que los trabajos de explotación ya iniciaron, buscarán acercamiento con las comunidades de El Farol y El Chilar, con el acompañamiento de la Comisión Presidencial del Diálogo. Con ello confirmaron que el proceso se ha realizado en desorden y que buscaron la aprobación comunitaria de manera tardía.

Marlyn Calderón, gerente del proyecto Ikal, quien ha estado vinculada al proyecto desde 2008, anunció que fue hasta principios de julio de este año que comenzaron el proceso de información al público y, que, la primera acción que realizaron fue la presentación del plan ante la Comisión Presidencial de Diálogo, la Procuraduría de Derechos Humanos, el Ministerio de Cultura y Deportes, el Instituto Nacional de Bosques, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, al Consejo Nacional de Áreas Protegidas y el Ministerio de Energía y Minas.

En la reunión también participó Antonio Rodríguez y Luis Fernando Del Cid, concejal segundo y director de Catastro y Urbanismo de la municipalidad de Palín. Sin embargo, esta reunión se realizó dos meses después de haber empezado a funcionar el proyecto en 2022. La Alcaldía Indígena ha mencionado que esto sucedió así para simular la legalidad del proyecto y el aval de la municipalidad.

Marlyn Calderón, gerente del proyecto parque industrial Ikal afirma que los acercamientos que están teniendo con autoridades gubernamentales y con algunos líderes de las comunidades son parte de un plan y estrategia de la empresa con actores claves del pueblo Poqomam. Créditos: fotograma.

Según la gerente de Ikal, en las diferentes etapas del proyecto han tenido acercamientos con diversas autoridades municipales y juntas directivas de las comunidades afectadas. Lo cierto es que Calderón solo proporcionó datos de reuniones, recientes, con la junta directiva de El Farol y El Chilar, con el fin de presentarles el proyecto. Y eso fue en 2021 y 2022.

Calderón insistió en el aval de las autoridades como “prueba de la legalidad de Ikal” y puso como ejemplo que, la administración municipal pasada, bajo el mando del exalcalde José López, les otorgó una licencia municipal, por 10 años, para la construcción de un condominio en El Farol.

Por último, afirmó que las juntas directivas de las comunidades aceptaron la realización del proyecto y, a cambio, les habrían ofrecido la construcción y legalización de un paso de servidumbre, uno que atraviesa la finca en cuestión y llega hasta la comunidad El Chilar. Asimismo, indicó que, en 2022, la empresa pagó más de Q8 millones para que la municipalidad autorizara el movimiento de tierras.

Ikal construida por una red de empresas privadas

Un documento interno denominado “Plan Maestro” del proyecto industrial Ikal, refiere que el proyecto que se desarrolla en El Farol, cuenta con una dimensión de 200 manzanas. Colinda al Norte con Palín y el río Michatoya, y al Sur con la finca El Chilar. El documento habría sido elaborado y finalizado en 2018, 10 años después de que la empresa iniciara el proyecto de la calzada que se cree funcionará como el ingreso privado a un complejo de casas y zona comercial-industrial.

Prensa Comunitaria tuvo acceso a información que indica que el Instituto Nacional de Bosques autorizó el cambio de uso de suelo a la empresa Inversiones Napier S.A., propiedad del arquitecto Peter Cornelius Giesemann Sieveking, un área de 13.70 hectáreas, para la construcción del proyecto Ikal. Por esto, la empresa habría pagado mas de Q260 mil por obtener la licencia forestal. El área aprobada es el equivalente a 13 estadios de futbol alineados uno tras otro.

Vista del área que el proyecto Ikal está trabajando en una de las laderas del cerro el Chilar, según el Inab el área total del proyecto es de más de quinche hectáreas. Créditos: GoogleMaps.

Según representantes del proyecto Ikal, actualmente, tienen 12 subcontratos con diferentes empresas para la ejecución de los trabajos. De ellas sobresale la Constructora Nacional, S.A. (CONASA), quien en 2017 fue señalada e investigada por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) en el caso denominado “Construcción y Corrupción”. Ese mismo año, dos exgerentes generales de CONASA, Álvaro Mayorga Girón y Juan Argueta Tejada, aceptaron ante la exjueza Erika Aifán, quien en ese entonces estaba a cargo del Juzgado de Mayor Riesgo D, haber pagado sobornos por más de Q36 millones a una red de corrupción liderada por el exministro de comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, con el fin de obtener contratos millonarios durante el Gobierno de Otto Pérez Molina.

El vínculo del proyecto industrial Ikal con CONASA podría ser a través de la gerente actual del proyecto Ikal, ya que, en 2020, una persona del mismo nombre, Marlyn Calderón, brindó declaraciones a diferentes medios de comunicación a nombre de esa empresa, por la construcción del libramiento de Chimaltenango. En ese momento, afirmó que era arquitecta de dicha empresa. Sin embargo, Prensa Comunitaria no logró confirmar que se trate de la misma persona.

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