Créditos: NoNosCallarán
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El arresto de Jose Rubén Zamora, el allanamiento de su casa y de las instalaciones de elPeriódico y la retención de sus trabajadores durante horas son los últimos clavos en el ataúd en el que yace la democracia guatemalteca.

No debe de haber ningún espacio para la duda: estas son acciones de un gobierno autoritario a través de uno de sus instrumentos políticos más perversos, el Ministerio Público de Consuelo Porras.

Ella y Rafael Curruchiche, el fiscal al que ha puesto a perseguir a las voces críticas del gobierno de Alejandro Giammattei y las élites que lo apoyan, son los autores materiales de esto. El presidente y los empresarios que desmantelaron las libertades democráticas que apenas se habían empezado a construir son los responsables intelectuales y morales.

También tienen culpa en esto los esbirros que han encontrado en la persecución política y la represión a esas voces críticas su razón de ser, como Ricardo Méndez Ruiz y la Fundación contra el Terrorismo, quienes ya ayer mismo se congratularon por la detención de Zamora.

La intención única de todos estos actores es generar terror para acallar la disidencia, la crítica y la supervisión ciudadana y de la prensa, para imponer la corrupción e impunidad. Es lo que hacen los tiranos. Porque en eso se ha convertido Guatemala, en una tiranía que utiliza las instrucciones del Estado para acumular poder y matar la libertad.

Los grandes pensadores, desde los griegos hasta los franceses, lo dejaron claro: no hay democracia sin prensa independiente. Arrestar a un periodista e invadir un periódico es matar la democracia.

Y no nos equivoquemos, estos asesinos de democracias no se van a detener. La experiencia de países vecinos, cuyas regresiones autoritarias son tan similares a las de Guatemala, deben de darnos la pauta. A los arrestos siguen los asesinatos de periodistas.

Lo último que nosotros, periodistas de Prensa Comunitaria, vamos a hacer es dejar entrar al miedo. Vamos a seguir. No nos van a callar. Queremos demasiado a Guatemala, a sus gentes y a sus pueblos para callar ante los tiranos y los esbirros.

A nuestros colegas de elPeriódico y a Jose Rubén Zamora expresamos toda nuestra solidaridad y cariño. Ahí estaremos, cubriendo está atrocidad y escribiéndola para que quede claro ante el mundo que a Guatemala la gobiernan los tiranos. De la memoria histórica debemos de aprender, de la terquedad de los pueblos que resisten frente a los constantes ataques que este sistema y quienes ostentan el poder económico y criminal se han empecinado por atropellar constantemente.

Al resto de colegas. Ánimo. Nuestras voces deben de seguir siendo luz en esta oscuridad.

A la comunidad internacional. Este no es el momento de tibiezas. Si no quieren ver más periodistas presos en Guatemala, si no quieren ver periodistas muertos, condenen, presionen al gobierno de Guatemala. Exijan la libertad inmediata de Jose Rubén Zamora y el cese de la persecución de periodistas.

A Consuelo Porras. A Rafael Curruchiche. A Alejandro Giammattei. A todos sus cómplices. ¡NO NOS CALLARAN!

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