Abelino Coy, emprendedor ixcaneco, busca reconstruir su vida tejiendo cortes

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Créditos: Joel Pérez.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Joel Pérez

Abelino Coy, es un joven de la aldea San Felipe del municipio de Ixcán, Quiché, quien busca destacarse como un emprendedor artesanal y comerciante, elaborando cortes, principalmente, y otros textiles, a base de telar. Una práctica que no es muy común del lugar donde es originario.

Con 26 años, ya es padre de familia y ha encontrado en los textiles una solución para la subsistencia de su familia. Abelino admitió que, por azares del destino, no tuvo la oportunidad de continuar con sus estudios de nivel medio, así que tuvo que buscar un trabajo alternativo.

Siendo niño, se dedicó a la agricultura, una actividad que le enseñó su padre. Sus fuertes y morenas manos, saben de la siembra de maíz. En comunidades como la suya, la siembra de granos es la principal fuente de subsistencia.

La oportunidad de elaborar cortes a base de telares artesanales, llegó a su vida tras pasar cuatro años en prisión. En 2013, Abelino fue acusado de un delito, que no quizo mencionar durante la entrevista, pero afirmó que el hecho que produjo fue sin ninguna mala intención.

Foto: Joel Pérez.

“En la cárcel te dan la oportunidad de cambiar. Si tú la tomas aprendes, si no, sigues por mal camino”, expresó.

Durante el tiempo que estuvo privado de su libertad, tambien aprendió a hacer manualidades con cuero como cinchos, morrales y otras cosas más. Lo que más llamó su atención fue la elaboracion de cortes a base de telar.

Después de salir de la cárcel, volvió a sembrar la tierra, pero las tormentas de los últimos años acabaron, casi por completo, con sus esperanzas de continuar viviendo como un agricultor.

Así, se lanzó a  la elaboracion de cortes. En ese momento, su mayor problema fue la falta de recursos económicos para conseguir los materiales. Uno de sus hermanos le prestó el dinero que necesitaba. Con eso, Abelino logró comprar una máquina de telar artesanal en Quetzaltenango.

Foto: Joel Pérez.

“En Ixcán no había, pero en otro departamento sí. Cuando la traje vi el asombro de la comunidad”, recordó.

“Mi familia y yo hemos pasado por momentos difíciles y con este trabajo, que es digno, espero tener la aceptacion de la poblacion para así poder conseguir con el sustento diario”, manifestó.

Mientras conversábamos, Abelino elaboraba un corte para el que todavía no tenía comprador, como lo es la mayor parte de su producción, pero sabe que lo conseguirá.

Comentó que sabe bien que la labor de los cortes no es una práctica poco común, ya que en Quiché, Sololá, Quetzaltenango, San Juan Sacatepéquez, y otros, son famosos por elaborar esta artesanía.

Así que cree que puede ser la primera persona en Ixcán que cuente con la tecnología para elaborar cortes y esa perspectiva lo emocionó.

Los textiles que confecciona suelen medir entre 7 y 8 varas de largo.  Y para poder elaborar un corte tarda 4 días de trabajo, trabajando tiempo completo. Hasta ahora, es un oficio que no le ha defraudado.

Los tejidos en la historia

Según récords históricos, la técnica empleada en la creación de tejidos habría surgido en el periodo clásico (250-900 D.C.). Los mayas tenían métodos para crear sus propias vestimentas y se cree fue ahí que se empezó a usar el telar.

Foto: Joel Pérez.

Luego, en la época colonial, después de la Conquista en Guatemala, hubo un choque de culturas. No obstante, para los tejedores fue un descubrimiento las figuras geométricas. Esta variedad hizo que los diseños de los huipiles y cortes no solo se acompañaran de rombos o cuadrados. Al contrario, se creó una fusión con los animales, que eran parte de las creencias mayas.

Hoy en día, existen dos técnicas para telar.  El telar de cintura y el telar de pie, también llamado telar de pedales. Este último utiliza una estructura de madera que suele ser más compleja que la del telar de cintura. Esto debido a que tiene la apariencia de una máquina y se cree que este mecanismo fue impulsado por artesanos españoles.

Su modo de uso tiende a ser más complicado por la armazón del telar, ya que posee varillas colgantes que se conectan a los pedales con los que se impulsa el tejido. Es así que el movimiento  de las barras entrelazan los hilos que crean bellos textiles.

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