Ixcán: adolescente fallece mientras buscaba alimento para su familia

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Créditos: Joel Pérez
Tiempo de lectura: 4 minutos

 

Miqueas Caal Xol, de 13 años, quería apoyar a su familia para que tuviera alimento en la casa, sin imaginar que la muerte lo esperaba en la boca de una montaña. El hecho ocurrió en la aldea Santa Marta Copón, en el municipio de Ixcán de Quiché, este 22 de junio.

Por Joel Pérez 

Miqueas Caal Xol, junto a un grupo de amigos subieron la montaña en busca de hierba mora (también conocido como macuy), una planta comestible que abunda entre los sembradillos de milpa. Ese día salió de su casa sin avisar a su familia; desafortunadamente, delante de sus dos amigos cayó en una cueva y más tarde perdió la vida. El hecho se registró el miércoles 22 de junio en una comunidad de Ixcán.

Según relatan los amigos de Miqueas, salieron en busca de hierba para llevarle algo de comida a su familia, como parte de los principios que le habían inculcado sus padres desde pequeño.

Caal Xol vivía con su madre y padre en una vivienda muy modesta, en la aldea Santa Marta Copón; una de las comunidades más lejanas de Ixcán. Para llegar a ese lugar se debe caminar a pie por unas tres horas, ya que la aldea no cuenta con acceso a carretera.

Foto: Joel Pérez.

Por falta de terreno propio, don Alberto Caal Choc, padre de Miqueas, tiene rentado con pobladores de la comunidad maya Q’eqchi’ de El Mirador Copón, de ese mismo municipio, un espacio de terreno donde cultiva la milpa, pero este se encuentra a más de dos horas a pie, cuesta arriba, entre los cerros de la región, según indica.

Miqueas viajó a ese lugar, al llegar, entre los sembradillos de milpa, a eso de las 10:30 de la mañana, el niño de 13 años no se percató de una cueva, cayó ante la mirada de sus dos amigos, quienes lo acompañaban. Esa hondonada es conocida por los pobladores como siguán. “Como que se lo había tragado la tierra”, relataron los vecinos de Santa Marta Copón.

Al notar lo sucedido, los amigos de Miqueas emprendieron marcha atrás, para avisar a la aldea lo que había sucedido. Fue entonces, cuando la familia supo dónde estaba su hijo, porque según dicen, él no había informado su salida.

Algunos pobladores de la comunidad explicaron que un siguán es el nombre que reciben, en el área Q’eqchi’, los agujeros u hondonadas creadas naturalmente entre los cerros, algunos los llaman “respiraderos de la tierra o un drenaje natural de las aguas fluviales”.

Después de varias horas recataron el cuerpo de Miqueas

El accidente que cobró la vida de Miqueas conmovió a la aldea. Algunas personas lamentaron su muerte y otras con temor, porque no podían creer lo que había ocurrido. Fue así  que se organizaron y se fueron hasta la montaña, luego intentaron bajar con lazo. Pero la falta de conocimiento del lugar hizo que las personas no descendieran.

Según quienes estuvieron en el lugar, hasta las 13 horas, aún se escuchaban los gritos de auxilio del menor desde el fondo de la cueva.

Mientras tanto, con el paso de las horas, la información, llegó a otras comunidades vecinas y más personas llegaron al lugar, pero nadie se animaba a descender, porque el agujero tiene más de 100 metros de profundidad. Por lo tanto, decidieron pedir auxilio al equipo de rescate de la compañía de Bomberos Voluntarios de Ixcán, quienes con todas las dificultades de personal, lograron reunir al equipo de voluntarios y emprendieron el viaje hasta el lugar.

Foto: Joel Pérez.

No obstante, el acceso vehicular fue otra dificultad con la que tuvieron que enfrentarse, debido a que la carretera llega solo hasta la aldea de Santa Elena Copón. De allí se debe caminar un aproximado de 3 horas hasta la comunidad Santa Marta y la señal de telefonía para comunicarse también es baja.

Mientras los bomberos viajaban, dos jóvenes de la región tuvieron la valentía de bajar y con ayuda de lazos lograron descender y encontraron al adolescente sin vida.

Fue hasta las 5:30 de la tarde, que volvió a su casa, entre llantos de familiares y amigos, porque el destino simplemente no le permitió regresar con vida, como sus padres lo esperaban.

Varios escenarios explican la muerte de Miqueas y uno de ellos se asocia al alto costo de la canasta básica en el país. Esta situación ha provocado que en regiones más lejanas, las poblaciones optan por retomar sus propias costumbres de buscar alimentos entre sus huertos, parcelas o montañas. Pero a veces la suerte no los favorece y terminan en tragedia como la historia de Miqueas Caal, quien únicamente quería apoyar a su familia.

Esta historia no es única, otro hecho se registró ese mismo día en el municipio de Comitancillo, San Marcos donde Celso Anderson, “Celsito”, como es conocido en su comunidad, salió por la mañana con sus tres pequeñas hermanas, a cazar pájaros para almorzar, pero al encontrar hongos en el bosque, los cortaron, cocinaron e hicieron un recado, sin saber que eran venenosos, de la especie conocida en Mam como Q’antzu Kan. Las tres hermanas perdieron la vida después.

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