El CSU le teme al retorno de las clases presenciales para evitar el rechazo al fraude

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Créditos: Universidad de San Carlos de Guatemala. Foto Nelton Rivera
Tiempo de lectura: 6 minutos

 

El 14 de mayo, el Consejo Superior Universitario (CSU) avaló en un acto ilegal a Walter Mazariegos como el nuevo rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac). Estas autoridades se resisten al retorno de las clases y actividades presenciales, varios estudiantes, docentes y trabajadores universitarios consultados han asegurado que esta decisión atenta contra la calidad educativa.

Pues para proteger la designación de Mazariegos, este y una mayoría del CSU, habrían orquestado prolongar la suspensión de las clases presenciales, dejando en el limbo varios cursos y exámenes parciales del primer semestre de 2022. Todo para evitar que el claustro de profesores y estudiantes se organizaran en contra del consejo que apoya el fraude, la designación y que exigieran un nuevo proceso de elecciones.

Por Paolina Albani

A finales del 2021, el CSU aprobó que la primera parte de 2022 solo impartiría clases virtuales, pero en fechas recientes, el consejo ha postergado decidir si debe volver a la presencialidad, alegando que todo se debe a evitar los contagios por COVID-19.

Fuentes consultadas consideran que el propósito de continuar la enseñanza virtual sería para evitar que los miembros que respaldan a Mazariegos dentro del CSU sean cuestionados (y quizá encerrados en la Rectoría), por las decisiones que han tomado últimamente, como permitir que Mazariegos fuera elegido por el Cuerpo Electoral Universitario como el nuevo rector de la universidad.

Incluso, algunos creen que la alerta de bomba el 23 de mayo dentro del Centro Universitario Metropolitano (CUM), en la zona 11, pudo ser una estrategia de grupos a favor de Mazariegos para que el claustro de profesores y estudiantes de Medicina no pudiesen organizarse y seguir exigiendo que se llevara a cabo un nuevo proceso de elecciones.

“La dispersión estudiantil afecta la organización y quita el impulso de mantener a los estudiantes más activos en la lucha”, dijo a Prensa Comunitaria Plutarco de León, estudiante de Filosofía en la Facultad de Humanidades.

Estas acciones también tendrían una afectación en la calidad educativa de la Usac, argumentaron las fuentes. Sobre todo, ahora que Mazariegos fue elegido como rector.

En este proceso de elección, la facultad -de Humanidades- ha tenido modificaciones para consolidar su poder -el de Mazariegos-, para no perder el control sobre la unidad académica.

En el caso del Departamento de Filosofía, que pertenece a Humanidades, los estudiantes se han pronunciado en contra de Mazariegos y su postulación a la rectoría.

“Sabemos que hay amenazas y represalias en contra del departamento -de Filosofía- por su postura. Amenazan con no dejarlos contratar más gente, con el despido de los auxiliares. Además de acciones penales y administrativas.

Humanidades está sometida casi en absoluto. Los profesores están contratados como interinos y los titulares solo tienen cátedras de una hora… Cuando esto sucede, tienen un control sobre ellos”, manifestó De León.

“Juegan con la necesidad de educación”, agregó.

Al grupo estudiantil de esta facultad “se le utiliza en las votaciones”. “Los coordinadores piden a los profesores que envíen a los estudiantes en tal día y fecha, y que les digan por quién votar”, indicó.

Antes de las votaciones, una estudiante llamó a De León para decirle que el catedrático de un curso los coaccionó para llegar el día de la elección (14 de mayo), al Parque de la Industria para votar a favor de Mazariegos. De lo contrario reprobarían el curso. “Me asusta perder mi semestre”, recuerda que le dijo.

“A los estudiantes los mantienen en situación precaria. La educación es malísima. Los procesos de evaluación son de lo más precario…”, comentó el estudiante.

Y no es la única denuncia en contra de la administración de Mazariegos. De León y una trabajadora de Humanidades, quien prefirió no ser nombrada por seguridad, mencionaron que han sido forzados a participar en talleres, actividades varias y hasta, entrega de premios, para “dispersar la atención de los estudiantes” y convencerlos de apoyarlo pues “les han vendido la idea de que con él prácticamente les regalarán el título”.

La virtualidad como medio de protección

Una fuente cercana al CSU, que pidió omitir su nombre, dijo que “adelantaron las elecciones para primer semestre de 2022, porque las clases serían virtuales. Les favorecía la idea era no tener al estudiantado en las clases y en las votaciones”.

Esta semana, la Facultad de Medicina que se encuentra fuera del campus central en el Centro Universitario Metropolitano (CUM), en la zona 11, fue cerrada y las pocas clases presenciales que estaban habilitadas, para laboratorios y exámenes parciales, fueron suspendidas debido a una falsa alarma de bomba. La amenaza pudo ser una estrategia de dispersión más.

“La amenaza de bomba fue para asustar a la gente. Para que no se organicen. Medicina estaba planeando su asamblea pública, pero tuvieron que hacerla de forma virtual esta semana”, agregó la fuente anónima.

El fin de la asamblea o vista pública era para interpelar a los consejeros de medicina que los representan ante el CSU y para exigirles que se comprometieran a no apoyar el resultado de las elecciones que daba la victoria a Mazariegos.

Algo que varias unidades académicas hicieron para comprometer a los consejeros a rechazar la elección que tachan de fraudulenta.

En un comunicado, las autoridades de la Facultad de Medicina refirieron que la suspensión de clases sería de la semana del 23 al 27 de mayo, pero fuentes internas indicaron que todavía está bajo análisis si la cancelación de cursos presenciales se prologaría para la segunda mitad del año. Varias personas indicaron que ese sería el objetivo del nuevo rector y del CSU.

 

Esto afectaría especialmente, a los estudiantes de 3 años de medicina en adelante, quienes requieren hacer laboratorios y prácticas presenciales en hospitales.

“Ellos -el CSU- no quieren sesionar de manera presencial. Saben que los van a encerrar. Todo lo van a querer hacer virtual. Incluso, la elección -del 14 de mayo- la querían hacer virtual”, dijo un representante del consejo que omitió su nombre.

Dos sesiones atrás, algunos consejeros tocaron el tema de reanudar las clases presenciales, pero Oliva indicó que la decisión, a finales de 2021, fue de mantener todo el año académico de manera virtual. Los consejeros lo desmintieron y este prefirió postergar la conversación para una sesión futura.

“Habría más presión para el CSU, tener sesiones presenciales. Tienen miedo porque implicaría que nos reunamos y que nos encierren. En la presencialidad no son secretas las votaciones, sino levantando la mano”, recordó la fuente.

Antes de que finalizara la semana de suspensión de las clases en el CUM, el CSU, de manera opaca, rechazó dar trámite a los 10 recursos de revisión y reposición que eran la única barrera legal que impedía que Mazariegos fuera elegido como rector.

El 25 de mayo pasado, el rector en funciones, Pablo Oliva, leyó un informe del Cuerpo Electoral Universitario en el que validó el resultado de las votaciones. Esto, pese a la oposición de un tercio de los consejeros quienes durante dos horas exigieron al CSU que presentara la documentación y las pruebas en las que el Cuerpo Electoral se basó para tomar esa decisión. Pero un apabullante apoyo de los consejeros hacia Mazariegos impidió la examinación.

 Un lejano regreso a la presencialidad

El 22 de junio, Gustavo Taracena Gil, secretario general de la Universidad confirmó a las Unidades Ejecutoras de la Universidad, que según el punto séptimo, inciso 7.1 del Acta No. 21-2022 de sesión del CSU, las clases para el segundo semestre de 2022 continúan en forma virtual, y solo con previa autorización de las unidades académicas se podrán realizar exámenes parcial, finales y de recuperación de manera presencia, por lo que los docentes continuarán trabajando en modalidad virtual en todas las unidades y centros universitarios.

El retorno gradual a la presencialidad se dará según un “protocolo” autorizado en cuatro fases, sin establecer fechas específicas de un retorno total a las aulas. En las primeras fases solo están autorizados a la presencialidad algunos trabajadores administrativos, laboratorios docentes significativos, prácticas docentes, Ejercicio Profesional Supervisado, laboratorios de investigación, exámenes privados y públicos. Además, de acuerdo con la instrucción de Taracena las elecciones que la Universidad realicen siguen contemplándose en forma presencial.

El acta, además dice que, para efectos de la repitencia, aprobar que, durante el año 2022, las asignaturas no se tomen en cuenta como “cursadas”, en caso de ser reprobadas, de no llegar a la zona o asistencia mínima, o por abandono”.

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