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Un vocero del gobierno Biden dijo a Prensa Comunitaria que Washington no dejará de expresar su preocupación sobre la corrupción y la impunidad en Guatemala.

Por Héctor Silva Ávalos

El gobierno de los Estados Unidos desestimó las declaraciones del presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, quien en una entrevista reciente con un tanque de pensamiento de ultraderecha acusó a la administración Biden de intentar desestabilizar a Guatemala, de querer derrocarlo y de fomentar la sedición en comunidades indígenas, entre otras cosas.

Prensa Comunitaria contactó al Departamento de Estado para obtener reacciones a los comentarios del presidente guatemalteco. A través de un correo electrónico, un vocero de la diplomacia estadounidense dijo que “las acusaciones de que Estados Unidos busca desestabilizar a Guatemala son inexactas, contraproducentes, y no reflejan la fuerte cooperación que existe entre nuestros países”.

La administración del presidente demócrata Joe Biden también defendió, a través del vocero, sus posturas respecto a los retrocesos democráticos en Guatemala. Esos reclamos son, dijo, parte de una preocupación más amplia de la comunidad internacional.

“Nos unimos a un grupo amplio de actores internacionales que han expresado preocupaciones por la regresión democrática en Guatemala. El Parlamento Europeo expresó el 7 de abril su preocupación por el deterioro del Estado de Derecho en Guatemala y exigió a las autoridades guatemaltecas que hicieran cumplir la ley y llevaran adelante investigaciones imparciales de las amenazas y acoso a operadores de justicia y actores de la sociedad civil”, dijo el vocero.

Uno de los principales reclamos que Washington ha hecho al gobierno Giammattei es por la persecución constante de operadores de justicia, que ya llevó al exilio, entre otros, a la exfiscal general Thelma Aldana; la expresidenta de la Corte de Constitucionalidad, Gloria Porras; la jueza de alto riesgo Erika Aifán; y el exjefe de la fiscalía contra la impunidad, Juan Francisco Sandoval. Todos ellos viven ahora en la capital de Estados Unidos.

Estas declaraciones del Departamento de Estado se dan tras declaraciones de Giammattei en un pódcast de la Alianza Global por la Libertad, una organización ultraconservadora cercana a los postulados del expresidente estadounidense Donald Trump, en el que el presidente acusó a funcionarios de Biden de “tratarnos mal” y de influir en un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señala graves violaciones a los derechos humanos en Guatemala.

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Giammattei también responsabiliza a la Casa Blanca de provocar que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) retirara un financiamiento por USD 13 millones a dos represas hidroeléctricas en el noroeste de Guatemala. A raíz de esa decisión del BID, que no depende del gobierno estadounidense, el presidente dijo extraoficialmente que pedirá el retiro de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Pero lo que más parece molestar al presidente es que Washington incluyó a la fiscal Consuelo Porras en la llamada Lista Engel, donde la diplomacia estadounidense nombra a actores centroamericanos corruptos y antidemocráticos.

El Departamento de Estado no solo defiende sus medidas, sino que advierte que las seguirá aplicando. “Las acciones que ha tomado el gobierno de Estados Unidos son las apropiadas y son consistentes con nuestro apoyo al pueblo de Guatemala. El gobierno de los Estados Unidos continuará expresando sus preocupaciones sobre la corrupción y la impunidad en Guatemala”, escribió el vocero.

Visita a Washington

Giammattei inicia este martes 28 de junio una corta visita a Washington que lo llevará a la Organización de Estados Americanos (OEA), donde hablará en una sesión protocolar extraordinaria. Según Kevin López Oliva, vocero de la presidencia, uno de los asuntos a tratar ahí será una propuesta para reformar el organismo multilateral.

La visita a la OEA llega precedida del enojo del presidente por la inclusión de Guatemala en el Capítulo IV del informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el que se incluye a los países señalados por graves violaciones a los derechos de sus poblaciones. En sus recientes declaraciones, Giammattei atribuyó a “informes inexactos” del Departamento de Estado la inclusión de Guatemala en ese apartado.

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La gira también incluye una visita a la fundación por la libertad religiosa, una organización también cercana a Trump que se cuenta entre las más férreas defensoras de la prohibición del aborto en los Estados Unidos. La semana pasada, la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos revirtió la legislación federal que permitía a las mujeres tomar decisiones sobre sus propios cuerpos y practicarse abortos de forma segura y legal, algo que fue aplaudido por organizaciones como la que visitará Giammattei.

De acuerdo con la narrativa del presidente, los reclamos de la Casa Blanca no tienen que ver con la corrupción de sus funcionarios o de su fiscal general, sino con esa agenda “provida”. Es por eso, dijo en una entrevista reciente, que la administración Biden lo señala.

El Departamento de Estado, sin embargo, aclara que sus prioridades en la agenda bilateral con Guatemala tienen que ver con los otros temas, los relacionados a la regresión democrática, a la impunidad y al crimen: “Combatir la corrupción y a los grupos criminales organizados siguen siendo las prioridades para los Estados Unidos en Guatemala…”, escribió el vocero.

Incluso, dicen las autoridades estadounidenses, es algo a lo que sus pares guatemaltecos se han comprometido: “El 3 de junio firmamos un comunicado conjunto con el Gobierno de Guatemala (en el que decimos) que nuestros dos países siguen comprometidos con trabajar juntos en los mecanismos que aseguren la transparencia, la rendición de cuentas, y la eficiencia de los proyectos de desarrollo”.

A diferencia de esa agenda, la de la transparencia y la lucha anticorrupción, uno de los temas en que Guatemala y el gobierno de Estados Unidos sí parecen seguir trabajando sin problemas, desde la administración de Donald Trump, es en la represión de la migración irregular. De hecho, el único funcionario de Biden que recibirá a Giammattei es Alejandro Mayorkas, el líder del Departamento de Seguridad Interna (DHS) con quien el tema será, precisamente, el migratorio.

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