La vacunación sigue siendo vital para frenar la pandemia ante la decretada nueva normalidad

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Créditos: Estuardo Tunche.
Tiempo de lectura: 7 minutos

 

La vacunación y la organización comunitaria son la solución que dos expertas identifican como las más adecuadas para enfrentar la pandemia de COVID-19, además de calificar de irresponsable las decisiones de las autoridades gubernamentales. En el siguiente análisis se colocan sobre la mesa las razones por las que la decretada nueva normalidad nos pone en riesgo de enfermar.

Por Juan Calles

Con tono tranquilo y con desesperante calma, el ministro de salud pública y asistencia social, Francisco Coma, anunció que las medidas para enfrentar la pandemia de la COVID-19 van a cambiar a partir de este 12 de mayo; como si se tratara de una buena noticia, el ministro anunció las nuevas medidas para entrar a una supuesta nueva normalidad.

Con decretos ministeriales y alegres conferencias de prensa, las autoridades pretenden enterrar los terribles números que nos dejó la pandemia, según los datos oficiales, hasta el 10 de mayo de este año 850 mil 255 personas contagiadas de coronavirus, 17 mil 719 fallecidas, un proceso de vacunación fracasado, la compra poco transparente de millones de vacunas sputnik (de las cuales ya vencieron alrededor de 5 millones de unidades), con tan sólo un 34 por ciento de población vacunada, y como guinda en el pastel, un sistema de salud al borde del colapso.

Según expertas consultadas, las disposiciones gubernamentales que recientemente se publicaron y oficializaron resultan ser, cuando menos, irresponsables. La gestión de la pandemia en Guatemala ha sido deficiente desde el inicio en marzo del 2020, hoy al declarar que inicia la nueva normalidad, el gobierno de Guatemala pone una vez más en riesgo la salud de toda la población.

En conferencias de prensa, en discursos, las intervenciones del presidente Giammattei como de su ministro de salud Francisco Coma han culpado a la población por el bajo porcentaje de vacunación, incluso en el mismo decreto 114-2022 que autoriza las nuevas medidas, se traslada la responsabilidad a la misma población.

“Todos los habitantes de la República deben asumir su máxima responsabilidad y colaboración en el cumplimiento de las medidas y disposiciones sanitarias que deriven del Sistema de Alerta Sanitaria y disposiciones que emita el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social”, sentencia el decreto ministerial, ello a pesar de la evidente falta de campañas de información y concientización para que la población acuda a vacunarse.

“Los ciudadanos tenemos una responsabilidad, nadie lo niega, pero para cumplir con esa responsabilidad la ciudadanía necesita herramientas e información, eso lo han incumplido”, opinó la salubrista Lesly Ramírez.

Foto: Omar Pedro Pablo.

¿Existe una nueva normalidad?

Aunque a nivel mundial la discusión sobre si la COVID-19 se convirtió en una enfermedad como la gripe que se contagiará en ciertas estaciones del año y que llegó para quedarse, este dilema ha generado que cada país tome las medidas de salud pública adecuadas para cada caso. La situación de Guatemala tiene complicaciones que se deben tomar en cuenta.

Para la salubrista Lesly Ramírez, en nuestro país ni siquiera existió un manejo de la pandemia, “hemos ido a la deriva, sin mayores directrices, sin orientaciones, ni estrategias claras”, mencionó. Ello, sumado al colapso del sistema de salud y la evidente incapacidad de la anterior ministra de salud Amelia Flores para enfrentar la crisis que provocó la pandemia de la COVID-19 dejó al país en un grave riesgo y con un bajo porcentaje de personas vacunadas.

Por su parte, la investigadora del Instituto de Estudios Interétnicos y de los pueblos indígenas, IDEIPI, María Mosquera, indicó que bajo ningún punto de vista es adecuado relajar las medidas de contención y cuidados ante la pandemia.

“Si tuviéramos al menos un 90 por ciento de la población vacunada quizá podríamos hablar de relajar las medidas, entonces aquí lo que se necesita es insistir en una amplia campaña de vacunación; además es urgente que la mayoría de población tenga acceso a las pruebas de COVID-19, imagínese ¿Cómo hace una persona que vive en Chinique para hacerse una prueba? Tiene que ir hasta Santa Cruz del Quiché, eso implica, gastos, tiempo, la gente no tiene acceso a las pruebas y sin pruebas no podemos tener datos reales de la situación de la pandemia”, expresó la investigadora.

En enero de 2022 Prensa Comunitaria reportaba los rezagos de la vacunación, mientras millonarios lotes de vacunas vencían, en una vergonzosa situación en la que las autoridades de gobierno poco o nada hicieron para atender y solventar la situación.

COVID-19: variante ómicron avanza mientras rezagos en la vacunación continúan

“En general, las medidas en Guatemala han sido bastante laxas”, opinó Ramírez, argumentando que el uso de la mascarilla, por ejemplo, ha quedado a decisión de cada persona, “Con el decreto anterior se podía exigir al ciudadano el uso de la mascarilla, hoy con estos cambios en las medidas es un sálvense quien pueda, si quiero la utilizo, si quiero no la utilizo, sabemos que el semáforo será una cuestión no realista,  entonces la situación empeora porque ahora ni siquiera tenemos el decreto que dice que hay que usar mascarilla”.

El plan de vacunación en Guatemala aún no tiene efectos poblacionales

“Le sirve a usted como persona haberse vacunado, pero no tenemos una cobertura útil que permita decir que la mayor parte de la población está protegida, y eso tendrá un impacto en términos de reducir la propagación de la infección”, opinó la salubrista Lesly Ramírez.

Hoy en día se puede observar que en pasarelas de transporte público, en las entradas de mercados y plazas hay personal de salud ofreciendo vacunas, como si se tratara de productos de consumo básico, enfermeros y enfermeras ofrecen con un megáfono, segundas y terceras dosis, de diferentes marcas y para diferentes edades, las personas pasan frente a los salubristas sin prestar mucha atención.

Esto no justifica el discurso del gobierno que en reiteradas ocasiones ha culpado a la población por el bajo porcentaje de personas vacunadas, por el contrario, hace evidente la irresponsabilidad de las autoridades, al no promover campañas de información en idiomas mayas, dando información de calidad, científica y simple.

La opinión de Ramírez es que desde el inicio ha habido negligencia en la gestión de la pandemia  “El manejo de la pandemia ha sido poco técnico, en muchos aspectos tratada con negligencia, las falencias en el plan de vacunación que incluso generó perdidas de vacunas, es incapacidad de comprender la necesidad de desarrollar una estrategia diferenciada”

La salubrista se refiere a que hay diferentes realidades en el país, las costumbres, la cultura no es la misma en Escuintla, por ejemplo, que en Petén o San Marcos, la realidad multicultural, multiétnica y plurilingüe, no es tomada en cuenta por las autoridades de salud en las estrategias para enfrentar la pandemia y eso tiene como consecuencia el bajo número de personas dispuestas a vacunarse.

“Ahora se ven más campañas, principalmente por el apoyo de la cooperación internacional, pero a esta fecha las vacunas ya caducaron, esas campañas se tuvieron que haber hecho desde hace un año”, concluyó Ramírez.

“Las crisis o te destruyen o te fortalecen”

Con tono escéptico, Lesly Ramírez comentó que hay dos formas de enfrentar las crisis, una te destruye y la otra te fortalece “Guatemala lamentablemente no se fue por la segunda, no se fortaleció el sistema de salud, la pandemia lo debilitó mucho más, ni siquiera se pudo atender adecuadamente a los enfermos de COVID-19 y se desatendió a niños, mujeres, personas con enfermedades crónicas, personas con cáncer, de todo eso ahorita vamos a comenzar a ver los resultados”.

Otro problema evidenciado por las expertas consultadas es la falta de certeza en los datos, por ejemplo, para la investigadora Mosquera la falta de datos precisos hace que las estrategias gubernamentales sean poco efectivas.

“Si no se tienen datos concretos, científicos y certeros cualquier estrategia está destinada al fracaso, la actual situación requiere de una amplia campaña de vacunación y eso debe hacerse en el interior del país, además de insistir en el uso correcto y constante de la mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento social”.

Mientras tanto el gobierno publica nuevos ajustes a sus decretos

Este viernes 13 de mayo el MSPAS publicó nuevos ajustes a su estrategia, se trata de la forma en la que determinará el nivel de riesgo en cada municipio, siendo estos:

  • Incidencia de casos confirmados de COVID-19 por cada 100 mil habitantes en los últimos 14 días.
  • Porcentaje acumulado de vacunación con esquema de dos dosis en mayores de 12 años.
  • Porcentaje de pruebas SARS-CoV-2 positivas en las dos últimas semanas.
  • Promedio de número de pruebas por 1 mil habitantes por día.

Todos estos porcentajes y datos obtendrán una “calificación” un número para decidir qué color de alerta se le asignará a cada municipio, por ejemplo, 10.5 rojo, de 7 a 10.5 Naranja, 3.5  a 7 puntos Amarillo, y 3.5 puntos Verde.

De la misma manera se hace énfasis en el distanciamiento social y el uso de la mascarilla en lugares cerrados, exceptuando los lugares en alerta verde.

Sin embargo, desde su experiencia, la salubrista Lesly Ramírez indicó que en el país el testeo de la pandemia ha sido ineficiente, por lo que preocupa que este sistema para determinar los colores del semáforo o la alerta sanitaria no sea la adecuada para proteger a la población.

“Usted no puede determinar un semáforo o alerta sanitaria con recolección de datos ineficiente, por ejemplo, usted tendría que tener un muestreo en base a la cantidad de población, entonces, en Quetzaltenango, por ejemplo, técnicamente tendrían que muestrear mil personas diariamente y sobre eso se puede hacer una proyección de la situación, técnicamente hablando. Pero en la actualidad se muestrean cien personas y si las cien están enfermas entonces coloca un semáforo rojo, pero ese dato no es técnicamente real”.

Esto quiere decir que hay muy bajo muestreo y eso hace que las alertas sanitarias no sean reales o exactas, y eso no permite tener un sistema de semáforos o alertas que le diga a la población lo que realmente está pasando con la pandemia.

¿Qué podemos hacer como comunidad para cuidarnos?

Las expertas consultadas coinciden en que se debe insistir con la vacunación, la única forma efectiva de enfrentar la pandemia es que la mayor cantidad de personas esté vacunada, al menos con las dos dosis básicas, pero además de ello, fortalecer las redes de apoyo comunitario, retomar la medicina ancestral para cuidar la salud.

Para Mosquera, el uso correcto y constante de las mascarillas, lavarse las manos constantemente y mantener el distanciamiento social es importante, a pesar de lo que digan las autoridades de salud, mantener las medidas de protección, además de buscar una alianza entre todos los sectores para exigir la vacunación a la mayor cantidad de personas posible.

Por su parte, Lesly Ramírez señaló que la organización comunitaria es vital en estos momentos en los que no se debe bajar la guardia para cuidar de la salud personal, familiar y comunitaria.

“Ante un estado que niega y viola sus obligaciones fundamentales, vale la pena que las comunidades apoyen a sus terapeutas locales y ante todo organizarse para cuidarnos entre la comunidad, entre nosotras mismas; no podemos dejar de exigir al Estado por que tienen la obligación y tienen los recursos para hacerlo, pero principalmente organizarnos para cuidarnos”, concluyó Ramírez.

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