Juana Alonzo llega libre a Guatemala; en México estuvo detenida siete años, sin pruebas en su contra

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Créditos: Gobierno de Guatemala / Twitter.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Francisco Simón Francisco

Juana Alonzo Santizo llegó a Guatemala este domingo 22 de mayo, procedente de México. Entre lágrimas y abrazos se reencontró con su familia y organizaciones que lucharon por su libertad, siete años después desde que salió de su lugar de origen. En 2014 quedó en prisión preventiva en una cárcel de Reynosa, Tamaulipas, sin que la justicia mexicana declarara su culpabilidad o inocencia. Fue acusada de secuestro por la Policía Estatal, un delito que nunca cometió, según dijo.

La migrante guatemalteca logró salir de la cárcel con el apoyo de su familia y la colaboración de una organización llamada “Promotores de la Liberación Migrante”, con sede en Guatemala. Esta organización lideró una serie de campañas en redes sociales, colección de firmas, marchas en la capital, en Xela y en México para ayudar a la connacional de San Mateo Ixtatán, un municipio indígena, situado en la frontera de Huehuetenango con México.

“Fueron casi 8 años presa”, dijo la mujer de origen maya Chuj, de San Mateo Ixtatán, mientras lloraba. Juana o “Juanita”, como la conocen en su pueblo, aseguró que al momento de su detención, en 2014, no contó con un traductor en su idioma materno maya Chuj, tampoco de asistencia legal ni consular.

“No hubo un traductor, no hubo nadie y no estaba mi consulado conmigo, cuando me pasó eso, por eso se aprovecharon todos de mí”, recordó entre lágrimas.

Ella estuvo en prisión preventiva por un delito que, asegura, nunca cometió. Fue acusada por la Policía Estatal de Tamaulipas de secuestro, sin realizar las investigaciones correspondientes.

“Yo soy migrante, no soy secuestradora, soy migrante”, reiteró y agregó que por su “ignorancia”, le tocó vivir parte de su juventud en la cárcel.

Foto: Gobierno de Guatemala / Twitter

No hablar español fue su “delito” más grande

Su tío Pedro Alonzo García, declaró que el delito más grande que cometió Juanita fue “haber nacido en un pueblo donde hablan Chuj”. “El delito que ella cometió fue por no haber ido a la escuela para que aprendiera castellano, ese fue el delito durante los 8 años”, expresó.

Su tío recordó que Juana Alonzo migró de su pueblo porque quería sacar a su familia adelante. “Tenía hermanitas pequeñas y ella quiso dar estudio a dos de ellas. Ese sueño no se llevó a cabo”, lamentó.

Agregó que la migrante Chuj “va a llegar a su misma casa, con las mismas tortillas y hierbas, mientras su mamá está enferma. Ese sueño de Juanita va a seguir siendo sueño”, en un pueblo rural e indígena que necesita salir adelante con oportunidades en educación, salud y trabajo. “Es lo que necesitamos”, concluyó el tío de Juana.

Juana Alonzo arribó al país justo a las 15 horas con 10 minutos. En su retorno a Guatemala, tras cobrar su libertad fue acompañado por el director Jurídico de la Fiscalía de Tamaulipas, Fredy López.

“Una vez que se analizó el expediente, se tomó la determinación, por parte de la Fiscalía, de firmar una petición al juez de la causa, de liberar a Juanita por el padecimiento de datos, y con ello se refleja que tanto el gobierno de México como el gobierno del Estado de Tamaulipas y la Fiscalía, reconocen que los derechos humanos, los principios del debido proceso y sobre todo la presunción de inocencia, tienen lugar y deben ser respetados, aun cuando hayan sucedido antes de la acusación”, aseguró el funcionario mexicano ante los medios de comunicación en el Aeropuerto La Aurora.

“Ella no fue condenada, estuvo en prisión preventiva durante 7 años”, dijo. El fiscal evadió la respuesta al ser cuestionado si se violentó el debido proceso, la presunción de inocencia, los derechos humanos de Juanita y las razones del porque dilató el proceso.

Juanita vendió en la cárcel para sobrevivir

Por su parte, Juanita agregó que realizó muchas actividades para sobrevivir en la cárcel. “Yo ayudaba a las muchachas para que me dieran dinero. Ellas me pagaban, yo les lavaba la ropa, yo lavaba sus vasijas y la limpieza en sus celdas, allí me pagan”, destacó.

También indicó que en la cárcel aprendió a tejer, colocó una venta y eso le ayudó. Gracias a la gente, compraban todo lo que hacía”, dijo Juanita.

La libertad de la migrante se concretó tres días después que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidiera su liberación a las autoridades de justicia de manera inmediata. El mandatario mexicano hizo énfasis en que, existen pruebas de que la guatemalteca Juana Alonzo también fue torturada.

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Reacciones y pocas acciones

No obstante, las declaraciones del presidente mexicano ocurrieron por un dictamen emitido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2018, en la que se aseguraba que ella guardaba prisión de forma arbitraria e injusta, y bajo medidas de tortura, fue obligada a firmar una declaración donde se inculpaba de secuestro y tráfico de personas.

En un comunicado con fecha 21 de mayo, el gobierno de México amplió las declaraciones del presidente López Obrador, en el que se acepta que la migrante fue detenida injustamente en 2014 por la Policía Estatal y que permaneció presa por un delito que no cometió.

Además, el gobierno señaló que en el momento de su detención, no hablaba español y que no le fue brindado un traductor.

Desde México también se pronunció el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez A. C. Esta entidad pidió al Instituto Nacional de Migración (INM), la estancia legal de la migrante y que se emitiera una Tarjeta de Visitante por razones humanitarias, “por haber sido víctima de violaciones a sus derechos humanos”.

Mientras, el gobierno de Guatemala ofreció a la migrante “apoyo humanitario y psicosocial con pertinencia cultural y lingüística”, a través del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), desde su llegada al país hasta su comunidad de origen.

Al cierre de esta nota, tuvimos conocimiento de la llegada de Juana Alonzo a su tierra natal de San Mateo Ixtatán. Entre marimbas, bombas y aplausos fue recibida por una multitud en el parque central del municipio. Luego una caravana, la acompañó hasta su hogar, en donde vivió parte de su niñez y juventud, antes de partir a México hace más de 7 años.

 

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