El regreso a clases aún en tiempos de pandemia, un desafío en las áreas rurales del país

COMPARTE

Créditos: Amílcar Morales / Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 6 minutos

 

“En tiempos de pandemia no vamos a cumplir con todos los contenidos que se trabajarían de forma presencial, debido a que en la escuela hacen falta más docentes, ya que las autoridades educativas, el Sindicato de Trabajadores de la Educación y la Municipalidad, no han atendido las demandas de docentes, padres y madres de familia”. Maestra María Antonieta Gutiérrez

Por Amílcar Morales

En Guatemala algunas comunidades de las áreas rural y urbana carecen de una escuela en buenas condiciones o con suficiente espacio para albergar a la niñez, y la mayoría de las que hay no cuentan con servicios básicos, como sucede con la Escuela Oficial Rural Mixta, en la aldea Guareruche, del municipio de Jocotán, departamento de Chiquimula.

Padres y madres de familia, así como el personal docente, ven con preocupación la situación en la que se encuentra el establecimiento, que vulnera el aprendizaje de la infancia, sin que las autoridades tomen acciones concretas para mitigar el problema.

Pero en el contexto actual, quien más sufre es la niñez que regresa a clases, luego de dos años de educación virtual, debido a la pandemia de la COVID-19. Las maestras y maestros se ven obligados a tomar medidas o estrategias para brindar el aprendizaje en una escuela con espacios reducidos.

Luego de casi dos años con las escuelas cerradas en todo el país, — a raíz de la presencia del coronavirus, el 13 de marzo de 2020, cuando el gobierno de Alejandro Giammattei ordenó suspender las clases presenciales—, fue hasta febrero de 2022 que se retomaron con el fin de dar continuidad al proceso de enseñanza-aprendizaje en la niñez. Sin embargo, las precarias condiciones que se viven en las comunidades se ven complicadas con el regreso a clases, aún en tiempos de pandemia, dando lugar a grandes desafíos cada día.

Para la niñez de escasos recursos económicos, en las áreas rurales, nunca funcionó la modalidad virtual, por no contar con las herramientas necesarias, como la tecnología, el internet y un lugar con buena cobertura telefónica; en resumen, la pandemia de COVID-19 ha llevado a un retroceso en el aprendizaje de las niñas y niños de las comunidades más marginadas de Guatemala.

Las autoridades educativas inauguraron el ciclo escolar 2022 para los centros educativos del sector público el pasado 21 de febrero, en todos los niveles educativos y modalidades, en medio del impacto de la pandemia, que continúa generando nuevos contagios y desafíos.

Las y los estudiantes regresaron a las aulas, siguiendo los protocolos establecidos para reducir el riesgo de contagio. Según la normativa, incluye el número máximo autorizado de personas en las aulas, recreos y educación física al aire libre, alimentación por grupos, entre otras medidas.

En esa ocasión, la ministra de Educación, Claudia Ruiz, informó que, al inaugurar el ciclo escolar, también iniciarían los programas de apoyo escolar, 2022. De esa cuenta se entregaron de forma simultánea, en los 22 departamentos, los proyectos educativos que impulsa el gobierno central, como útiles escolares, valija didáctica, gratuidad de la educación y alimentación escolar.

La preocupación de padres, madres y docentes

El maestro Manuel Omar Reyes García y la maestra María Antonieta Gutiérrez, de la Escuela Oficial Rural Mixta, aldea Guareruche, dijeron a Prensa Comunitaria que las condicones de ese centro educativo son precarias; no hay servicios básicos, como agua potable y energía eléctrica, y solo cuentan con dos aulas con un espacio reducido. Además, solo ellos dos atienden los seis grados de primaria, en los que suman 157 alumnos.

A decir de Reyes García, desde 2019, en coordinación con padres y madres de familia se ha gestionado la asignación de más docentes, pero fue hasta el año pasado que enviaron a una maestra más, con un contrato municipal, pero solo estuvo algunos meses.

Reyes García agregó que los docentes que estaban en servicio anteriormente decidieron pedir sus traslados a lugares más cercanos a sus viviendas y otro volvió a su lugar de origen, en el municipio de Camotán. Desde entonces la escuela carece de recursos humanos. Además, la escuela no se encuentra circulada, lo que se convierte en una necesidad prioritaria, para evitar que alumnas y alumnos sean afectados por personas con malas intenciones.

Foto: Amílcar Morales.

El currículo emergente

Esta es una de las herramientas o metodologías que utiliza la docencia en el regreso a clases en tiempos de pandemia, para impartir clases a niños y niñas, con contenidos adaptados a la realidad que vive la población estudiantil en las áreas rurales.

Debido al reducido espacio con que cuenta la escuela de Guareruche, se imparten clases en “burbujas”, informó la profesora María Antonieta Gutiérrez. Esto, de acuerdo al tablero del semáforo de COVID-19. Agregó que por la cantidad de alumnos inscritos este año, han tenido que dividir algunos grados en secciones. Los lunes se imparten clases a los niños de primer grado, los martes a los de segundo y cuarto grado; los miércoles a niñas y niños de tercer grado, en dos secciones, una por docente, y los jueves a los de quinto y sexto, así como los viernes, toda vez no haya reunión o capacitación para los maestros.

El ministerio de Educación entregó este año libros para la niñez de los diferentes grados: de matemáticas, de lectura y útiles escolares, así como la valija didáctica. Los docentes han recibido otros apoyos, como material didáctico por parte de la Asociación Santiago Jocotán (ASSAJO), con sede en Jocotán, con el apoyo de la oenegé Save the Children, que apuesta a la educación de la niñez en las áreas rurales. Solo en 2021 donó una valija didáctica para el establecimiento, valorada en casi 2 mil quetzales.

Este año también se unió la Asociación Pestalozzi, que tiene como objetivo incluir nuevos aportes en la educación infantil, respetando el desarrollo del niño para lograr una educación integral, donde uno de los factores importantes es el juego, ya que mediante la exploración y la observación, se aprende de manera significativa. También han entregado kits de higiene, como toallas húmedas, papel higiénico, gel y pastillas de jabón antibacterial.

La docente lamentó que el Estado de Guatemala siga igual, cooptado por la corrupción en todas sus dependencias y durante la pandemia es cuando debían dar más apoyo a la niñez, adolescencia y juventud, docentes, padres y madres de familia, para continuar con el buen aprendizaje en las comunidades más marginadas del país.

Gutiérrez añadió que en los últimos tres años la población educativa ha crecido considerablemente en ese centro educativo: en 2019 se contó con 129 alumnos inscritos; en 2021 con 139 y este año, hay 157 estudiantes, sin embargo, reiteró la escuela solo tiene dos aulas, un espacio para cocina y dos maestros, que atienden los seis grados, divididos en burbujas.

“En tiempos de pandemia no vamos a cumplir con todos los contenidos que se trabajarían de forma presencial, debido a que en la escuela hacen falta más docentes, ya que las autoridades educativas, el Sindicato de Trabajadores de la Educación y la Municipalidad, no han atendido las demandas de docentes, padres y madres de familia”, indicó.

Foto: Amílcar Morales.

Las voces de los afectados

Benedicto Felipe Ramírez, tesorero en el Consejo de Padres de Familia del caserío el Tular, aldea Gareruche, municipio de Jocotán, ve con preocupación la asistencia de niñas y niños en el regreso a clases durante la pandemia; hay muchos desafíos, retos y normas que cumplir, porque la enfermedad aún está presente, anotó. Debido al aforo permitido por el Ministerio de Salud se limita la asistencia de la comunidad educativa. Esto afecta más a las familias de escasos recursos económicos, que no tienen acceso a internet, para recibir clases de manera virtual.

Como padres de familia, el apoyo que dan a sus hijas e hijos en la escuela es velar por el derecho a la educación de la niñez y comentó que desde hace varios años han pedido al gobierno central la construcción de una nueva escuela, que tenga más capacidad, pero no han sido atendidas sus demandas.

Marco Antonio Gómez, quien cursa actualmente tercero primaria, dijo que necesitan más salones de clase y más maestros, porque cuentan con el apoyo de sus familias para ir a la escuela y asistir el día que les toca, pero un día a la semana no es suficiente para aprender todos los contenidos, indicó.

Glendy Esperanza López, también de tercero primaria, dijo que tiene todo el apoyo de su mamá, para asistir a la escuela y comentó que durante su permanencia en la escuela le toman la temperatura y le aplican gel antibacterial, además utiliza la mascarilla y el distanciamiento social.

COMPARTE