El día que desaparecieron al escritor Luis de Lión

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Tiempo de lectura: 7 minutos

Por Simón Antonio Ramón

El domingo 15 de mayo pasado se conmemoraron 39 años de la desaparición forzada del escritor José Luis De León Díaz conocido como Luis De Lión; este día también desaparecieron al estudiante Félix Estrada Mejía, junto a otras once personas, ocho en la ciudad de Guatemala y cuatro en Mazatenango, sus nombres aparecen en el documento conocido como Diario Militar. En este documento también conocido como el Dossier de la Muerte, se registró el control, seguimiento, vigilancia y recopilación de información sobre personas, grupos y entidades que fueron sentenciadas como objetivos por el Estado entre los años de 1983 a 1985.

Por estos casos existe en la actualidad un proceso judicial contra nueve exmilitares y expolicías de alto rango durante el gobierno de facto de Óscar Mejía Víctores, quienes fueron enviados a juicio oral y público por los delitos de desaparición forzada, delitos contra los deberes de la humanidad, asesinato y asesinato en grado de tentativa.

Las desapariciones forzadas contra los pensamientos diferentes al pensamiento opresor y criminal

El 15 de mayo de 1984 fueron desaparecidas siete personas por las fuerzas de seguridad del Estado en el marco de la guerra interna en diferentes partes de la ciudad de Guatemala como se detalla en el Diario Militar:

• José Luis De León Díaz, Luis De Lión, fue detenido en la 2 avenida y 11 calle de la zona 1 a las 5 de la tarde y fue asesinado el 5 de junio de ese año.

• Felix Estrada Mejía, fue detenido a las 8.35 de la mañana de la zona 9 y asesinado el 5 de junio de ese año.

• Rubén Amílcar Farfán, fue detenido en la 12 avenida y 9 calle de la zona 1 a las 4 de la tarde.

• Maura Ortensia Tovar Lima, detenida a las 5.30 de la mañana en Jardines de Asunción de la zona 5.

• María Magdalena Tovar Lima, detenida a las 5.30 de la mañana en Jardines de Asunción de la zona 5.

• Carlos Ernesto Cuevas Molina, integrante de la Asociación de Estudiantes Universitario (AEU) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) detenido en la 3 calle y 5 avenida de la zona 1 y asesinado el 5 de junio.

• Otto René Estrada Illescas, detenido a las 11 de la mañana en la 1 calle y 2 avenida de la zona 1 y asesinado el 1 de agosto de 1984.

• Manuel Alfredo Baiza Molina detenido a las 12 horas en la Avenida Las Américas y asesinado el 1 de agosto.

• En el caso de Tyrone Hamilton Neal Estrada, fue detenido el 14 de mayo y el 15 de mayo fue entregado a la Dirección de Inteligencia, sin detallar el lugar en donde fue detenido.

“En los 38 años, ni un solo día hemos dejado de pensar en él y lo seguimos esperando” dice Mayarí De León hija de Luis De Lión, al recordar a su papá. “Mi papá quería ser abuelo, mi papá pensó en sus nietos y sus nietas desde que mi hermano y yo éramos niños. Mi papá no pudo conocer a sus nietos, nos hemos perdido toda una vida de compartir con él, lo que nos ha pasado como adultos. Lo puedo decir con toda la certeza desde el fondo de mi corazón que mi papá está en los niños, en los libros que disfrutan, pero para mí no es suficiente” dijo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ese mismo día también fue desaparecido Félix Estrada, que pertenecía a la Coordinadora de Educación Media (CER) con orientaciones del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), su hermano Salomón Estrada dice que todavía lo vio horas antes de su desaparición. “Yo tuve la oportunidad de verlo por última vez, entonces, ese recuerdo aún permanece en mi mente no solo un recuerdo de cómo iba vestido sino como él salía a correr todas las mañanas, él todavía me aventó su playera sudada. Cuando lo recordamos, viene a mi mente ese olor del sudor que él emanaba, no era un sudor feo sino un sudor de una persona que hacía sus ejercicios disciplinadamente”.

Salomón Estrada dice que su hermano formó parte de la Juventud Patriótica del Trabajo (JPT) y al Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT). “Efectivamente algo que hemos revindicado en las audiencias, en las entrevistas o donde tenemos la oportunidad de hablar de él, porque no era un delito pensar diferente decimos nosotros, el ser revolucionario en Guatemala no era un delito” afirmó.

El documento también registra otras cuatro desapariciones en el departamento de Suchitepéquez:

• Godofredo Bravo Velásquez y Nelida Isabel Ramírez Miranda a las 23 horas en la Granja el Compromiso km. 160 de Mazatenango.

• Otto Leonel Juárez Ramírez, detenido en la Cafetería La Luciérnaga en Mazatenango a las 19.10 horas, asesinado el 1 de agosto de ese año.

• Julio René Casasola Reyes, detenido en la Cafetería La Luciérnaga en Mazatenango a las 19:10 horas, asesinado el 1 de diciembre de ese año.

El abogado Ramón Cadena Rámila indica que la desaparición forzada tiene múltiples impactos tanto en las familias y en la sociedad en general. “Impacta a las familias y a la comunidad internacional. Porque las familias pierden el contacto e información con el paradero de la persona”, afirmó.

El diario militar, un recuento de la criminalidad del Ejército

Este documento se dio a conocer el 20 de mayo de 1999 en Estados Unidos revelado por la archivista Kate Doyle del Archivo de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés). Según la misma Kate Doyle “El Diario Militar es un ejemplo descarnado de qué tan lejos pueden ir los gobiernos para esconder la verdad sobre las atrocidades cometidas por sus fuerzas de seguridad en materia de derechos humanos”.

“Sus páginas acusan un inventario de las bajas y capturas causadas al “enemigo”, conforme avanzaba la ofensiva contrainsurgente en el corazón de la ciudad de Guatemala entre 1983 y 1985” apunta la publicación.

“Se percibe que el Diario Militar es una ardua labor de inteligencia que sirvió para elaborar un mapa certero de casas de seguridad, células guerrilleras y sus integrantes: nombre verdadero, nombre falso, seudónimo, organización en la que militaban, cargo dentro de la organización, fecha de captura, fecha de ejecución, traslado de los capturados hacia otra unidad militar, liberación sujeta a contactos para entrega de información y liberación definitiva de los detenidos” se lee en la publicación de la SEPAZ.

En la revelación del documento la experta estadunidense Doyle afirmó, “El documento fue elaborado por un cuerpo paralelo de inteligencia, adjunto al Estado Mayor Presidencial (EMP), conocido como el archivo y aseguró que el documento es auténtico, ya que a pesar de no tener encabezado, firmas y sellos, sus características poseen muchas similitudes con los elaborados por el ejército de Guatemala” afirmó Doyle al hablar de la autenticidad del Diario Militar.

En el juicio del Diario Militar se evidencia estructura militar para desaparecer a guatemaltecos

El proceso judicial es una esperanza y una deuda del Estado para hallar a las y los desaparecidos

Desde el momento de las desapariciones forzadas hasta mayo de 1999, las familias habían iniciado la búsqueda de sus familiares, pero la aparición del Diario Militar fue hallar un camino donde encontrar los paraderos de las personas desaparecidas y los responsables de los hechos que hoy están sentados en el banquillo de los acusados.

El juez Miguel Ángel Gálvez del Juzgado de Mayor Riesgo B, envió a juicio oral y público por los delitos de desaparición forzada, delitos contra los deberes de la humanidad, asesinato, asesinato en grado de tentativa, a nueve militares: José Daniel Monterroso Villagrán, Enrique Cifuentes de la Cruz, Edgar Corado Samayoa, Rone René Lara, Jacobo Esdrás Salán Sánchez, Marco Antonio González Taracena, Juan Francisco Cifuentes Cano y Gustavo Adolfo Oliva Blanco, Víctor Augusto Vásquez Echeverría.

En el proceso está acusado también Toribio Acebedo Ramírez quien fue detenido en el 11 de mayo en el Aeropuerto Internacional de Tocumen en Panamá por una orden de captura internacional emitida el 19 de mayo de 2021 por los delitos de desaparición forzada, asesinato y delitos contra los deberes de la humanidad. Toribio Acebedo ha sido representante legal y jefe de seguridad de Cementos Progresos.

Tras la resolución del juez de enviar a juicio a los acusados, comenzó una campaña de ataques en contra del juez y una denuncia en el Ministerio Público (MP) realizado por el presidente de la Fundación contra el Terrorismo, Ricardo Méndez Ruiz.

Tanto Mayarí De León, Salomón Estrada y Ramón Cadena afirman que el proceso judicial debe marcar un acto de no repetición, y que el Estado cumpla con dar información del paradero de las personas desaparecidas.

“Es muy significativo el juicio que se lleva a cabo, porque es un juicio histórico, es un juicio moral, es una deuda con nuestro país y con las generaciones pasadas, es una deuda con las familias, que han estado esperando el aparecimiento y la información de sus seres queridos” dijo Mayarí De León. “Sin embargo, ni, aunque les dieran de condena una eternidad, creo que ellos podrían pagar el daño que han hecho individual, familiar y socialmente a Guatemala. Creo que también es importante no solo la justicia, porque para llegar a la justicia hay que saber la verdad es muy importante saber realmente en donde están nuestros seres queridos”, afirmó.

Salomón Estrada, uno de los querellantes del proceso afirma que el proceso puede generar una motivación para las nuevas generaciones, para que estos hechos no se repitan.

“Hoy 38 años después estoy llevando esta lucha, toda esa tristeza toda esa agonía que vivieron mis padres, lastimosamente ellos ya fallecieron yo hoy estoy llevando esa lucha y lo estoy haciendo de una manera ahora más motivante porque 38 años después estoy en un tribunal viendo a los autores intelectuales, igual se va a ventilar a través de un juicio, un proceso que es normal para ellos y normal para nosotros y normal para las nuevas generaciones para que sepan lo que en Guatemala no debe volver a ocurrir” dice Salomón Estrada.

El abogado Ramón Cadena dice que todos los casos relacionados con la guerra y con las guerras son lentos y prolongados, porque casi en todos los países la justicia llega después de décadas, es muy lamentable, según el abogado, porque aquí en Guatemala ha habido una oposición a ventilar estos casos lo que ha provocado impunidad.

“Porque los gobiernos en Guatemala y el ejército tapa y esconde las pruebas no da información y las familias han llevado una lucha muy grande para lograr que se haga justicia como lo estamos presenciando en este momento”, dice Ramón Cadena.

“Es una gran esperanza, es un hecho histórico que por fin se va hacer justicia y se va a condenar a los responsables, para las familias es muy importante porque han esperado para saber cuál es el paradero de las víctimas. Para las nuevas generaciones es un mensaje que la justicia si es posible siempre y cuando, como las familias en este caso, no han abandonado la lucha”, dijo el abogado.

A 38 años de las desapariciones, las familias recuerdan de diferentes formas a sus seres queridos, una de ellas es conseguir juzgar a los responsables de los hechos.

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