Créditos: Copinh
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Por Berta Zuniga, coordinadora del COPINH

En primer lugar, saludamos a la memoria de nuestra querida Pascualita que por primera vez no acompaña físicamente el aniversario de la siembra de nuestra compañera Berta Cáceres.

Llevamos ya 6 años disputando la justicia en uno de los casos más emblemáticos de Honduras y es inaudito pensar que no hemos logrado alcanzarla a pesar de ser claro el origen de vil asesinato de nuestra hermana y de ser grandes los esfuerzos para que este crimen no quede impune.

Hoy queremos recuperar la labor del COPINH como organización indígena y de base en la que cada esfuerzo articulado a las demandas han sido claves para juzgar a parte de la estructura criminal que operativizó este crimen.

Nuestra lucha por la justicia nace del pensamiento estratégico de la compañera Berta Cáceres que miraba integralmente la manera en la que opera el modelo extractivo minero en el cual los pueblos indígenas son considerados obstáculos en lucrativo negocio de las cúpulas económicas de Honduras y en que no se consideran sujetos de derechos.

Ella expresaba con gran claridad y sencillez el nefasto papel de las autoridades locales otorgando los permisos de operaciones a empresas criminales como DESA, el actuar despótico de las fuerzas militares y policiales, el papel instrumental y polarizado de las instancias de justicia, el rol de criminalizar las luchas por parte de medios de comunicación corporativos, el actuar criminal de empresariado oligárquico del país y de la complicidad de los actores de financiamiento internacional. Esa es la ruta por la justicia que el COPINH ha desarrollado a diferentes niveles.

Berta señaló con gran claridad que el Golpe de Estado de 2009 no era un golpe a un presidente, sino el Golpe a los pueblos, especialmente a las comunidades. Esto porque fue empujado por los poderes fáctico interesados en que los pueblos, especialmente los históricamente ultrajados, no decidan el devenir de su país. A los que les estorban las prácticas de la democracia participativa y a quienes les incomodan los ejercicios de ciudadanía activa que promueven las organizaciones como el COPINH.

Muchas lágrimas hemos derramado por la muerte de nuestra compañera, articuladora de las luchas de otros pueblos, pero también mucha osadía ha tenido nuestros pueblos cuando se han visto amenazados en sus territorios por la decisión autoritaria e inconsulta de imponer proyectos saqueadores y violadores de derechos fundamentales.

El COPINH perdió una de sus grandes referentes, pero hizo un compromiso de seguir luchando por la defensa de sus territorios y como siempre lo dijo Pascualita, porque los ríos, las montañas y los pueblos seamos libres.

La voz de Berta Cáceres es una voz universal que sale de Honduras, a toda Latinoamérica, a todo el continente, a otros contendientes porque su crimen expresa el conflicto instalado en el mundo en el cual se disputa el real cuidado de la naturaleza y la garantía del futuro digno para la mayor parte de la humanidad frente a los intereses de enriquecerse a costa de la violencia, la imposición y el daño al habitad funcional de los pueblos.

Aunque la lucha que hemos emprendido nos llena de mucho orgullo hay que decir que a pesar de nuestras victorias y logros como organización, familiares y movimientos del mundo no estamos satisfechas y hoy con gran claridad expresamos que a 6 años del crimen no HAY JUSTICIA para nuestra compañera.

Para COPINH la lucha de buscar justicia le ha implicado grandes esfuerzos que hemos realizado con la guía de nuestra compañera. Muchas veces nos hemos visto vulneradas en este caminar porque la estructura criminal que asesinó a nuestra compañera sigue operando, esto para vergüenza del Estado.

Vergüenza también es que, siendo Berta Cáceres galardonada en muchas partes del mundo, reconocida como símbolo de las luchas de los pueblos indígenas, de las mujeres y de la naturaleza y siento propuesta como heroína nacional, la concesión al río Gualcarque, por la que fue asesina Berta Cáceres, sigue vigente y en manos de un consorcio fantasma vinculado a banqueros hondureños.

Vergüenza es que cada vez queda más claro que este crimen, los crímenes al pueblo Lenca y a los pueblos indígenas y negros en Honduras han sido posible por la corrupción que pervive en todo el negocio del concesionamiento de los bienes comunes y de la naturaleza para extraer recursos y para generar energía que expresa también la terrible corrupción bajo la que opera el control del Estado hondureño.

Vergüenza es que quienes la asesinaron y ganaron dinero con su muerte siguen impunes haciendo negocios y lucrándose de la corrupción y saqueo al pueblo hondureño.

Vergüenza es que los tribunales traten a las personas de COPINH de manera discriminatoria y quieren cerrar los tribunales a la población interesada.

Instituciones que tuvieron el atrevimiento de pedirle a la coordinadora del consejo de ancianos y ancianos de COPINH, Pascualita Vásquez que se quitara su pañuelo Lenca para dejarla entrar a los tribunales.

El fin, el asesinato de Berta Cáceres siguen indignándonos y por eso como organización tenemos claro que la Lucha por la justicia no ha terminado.

La responsabilidad que pesa sobre las instancias de justicia y otras en Honduras es muy grande y sí, es un logro que un militar, empresario y femicida como Roberto David Castillo Mejía esté tras las rejas. Pero se equivoca el Estado si piensa que con eso va a conformarnos y acallar nuestra voz y decisión que tomamos, desde la misma mañana del 3 de marzo de 2016, de juicio y castigo a los autores intelectuales y de la justicia integral al pueblo Lenca organizado a COPINH.

A pesar de los obstáculos nos llena de orgullo que, siendo una organización de comunidades muy sencillas, humildes, pero de coraje, hemos luchado contra el poder económico y militar que ni con todo su dinero han logrado enmascarar su involucramiento con este crimen que ha lacerado a la humanidad y en que le seguimos las pistas de estos criminales.

El nuevo contexto de país no cambia la deuda y deber del Estado y del sistema de justicia en romper la impunidad que enviste a los autores intelectuales del crimen de Berta Cáceres que han sido plenamente identificados a partir de las investigaciones impulsadas por las víctimas.

Hoy tenemos un nuevo gobierno que miramos con entusiasmo, pero reconociendo que el poder fáctico lo tiene estos grupúsculos criminales que propiciaron la muerte de nuestra compañera.

El COPINH no ignora el hecho que por primera vez la institucionalidad hace un compromiso con obtener la justicia y eso implica construir la ruta de trabajo junto a las víctimas, la organización del COPINH y actores nacionales e internacionales de DDHH. Esto no nos va a implicar disminuir los esfuerzos por la justicia ni pensar que el sistema de injusticia de nuestro país va a darnos lo que hasta ahora ha negado.

Tanto en este camino de búsqueda de justicia, como en la lucha integral del pueblo de Honduras, queda constancia de que la dictadura no ha caído aún, tenemos que desmontarla a partir de grandes esfuerzos y pactos ciudadanos para refundar a uno de los poderes del Estado más controlados por los grupos de poder: El sistema de justicia.

Saludamos la decisión de la secretaría de ambiente de declarar a Honduras territorio libre de minería a cielo abierto y llamamos a las comunidades afectadas, a las organizaciones territoriales y a la población sensible a garantizar que este decreto sea materializado.

La configuración del nuevo Gobierno debe ser razón para profundizar la organización social y territorial. Marchemos con la claridad de Berta de que los grandes cambios se dan por el esfuerzo permanente de los pueblos.

Es por esta razón que urgimos a las organizaciones para que en memoria de Berta y de nuestras hermanos y hermano mártires de la lucha, tomemos estos tiempos para desplegar el desmontaje del modelo de concesionamiento que violenta los derechos de las comunidades.

Es urgente el seguir organizándonos y, no solo convencernos, sino el trabajar para que desde la organización comunitaria, la movilización social, el construirnos y deconstruirnos a partir de nuestras consignas libertarias vamos a poder contra este modelo y, así, poder generar otras relaciones sociales basadas en la justicia, el desarrollo comunitario y el desmontaje de la corrupción.

Ya que no pudimos celebrar la gran victoria del año pasado en el que, en juicio histórico, acompañado de todas las organizaciones sociales, nuestro equipo legal, las coordinaciones realizadas por la OFRANEH y la Red de Defensoras que sostuvieron casi durante 3 meses el campamento feminista “Berta Cáceres” a las afueras de la corte suprema de justicia y junto a muchas comunidades de todo el país.

Sin embargo, queremos tomar unos minutos para rescatar nuestros principales logros:

Logros en la lucha por la Justicia Para Berta.

El día de hoy conmemoramos 6 años de la partida de nuestra compañera Berta Cáceres y con esa fecha celebramos también el inicio de una digna batalla por la justicia y en contra de la impunidad. Porque hoy la lucha de la justicia para Berta es la lucha en contra de la impunidad en Honduras.

La familia de Berta y el COPINH junto al pueblo Lenca hemos vivido el tortuoso camino cuesta arriba en la colina de la injusticia, ante un sistema de justicia racista, patriarcal y controlado por mafias. Un camino con miles de adversidades y obstáculos, en el que, sin embargo, hemos alcanzado logros y victorias. Logros que estimamos importante compartir en este momento de reflexión y conmemoración.

En primer lugar, debemos mencionar que el vil asesinato de Berta Cáceres tenía como objetivo, junto a la desaparición física de su principal lideresa, la desaparición del COPINH como expresión política del pueblo Lenca y estamos en la condición de decir, que, al día de hoy, hemos derrotado ese intento de muerte hacia nuestra organización.

Gracias a la movilización y denuncia permanente de parte del COPINH y la comunidad Lenca, el ilegal proyecto hidroeléctrico Agua Zarca fue detenido y cancelados sus financiamientos, aunque debemos advertir la permanencia de la concesión y la compra del Grupo Atlántida de Guillermo Bueso de los derechos para la construcción de la represa.

Hemos logrado como organización de base, indígena y popular desarrollar las capacidades técnicas, que las circunstancias nos requerían, de investigación, litigio jurídico, disputa política y comunicación estratégica para luchar en contra de la maquinaria política, mediática y corrupta de la oligarquía hondureña responsable del asesinato de Berta Cáceres.

El COPINH ha logrado desnudar las estructuras mafiosas detrás de los crímenes contra liderazgos territoriales como el de Berta, en el que se coluden los empresarios del sector extractivo, las fuerzas de seguridad del Estado de Honduras, la clase política tradicional, el funcionariado estatal en su mayoría corrupto y la banca nacional e internacional ante la mirada observadora de la comunidad internacional.

Esta organización ha sentado en el banquillo de los acusados a una treintena de funcionarios públicos responsables de corrupción y violación del derecho de consulta de la comunidad Lenca de Río Blanco, y aunque los espurios administradores de justicia han fallado en detrimento de los derechos de las comunidades, hemos logrado establecer que el proyecto Agua Zarca fue desarrollado sin consulta a las comunidades y que este ha sido el origen de la violencia que aún persiste.

En nuestro caminar en los pasillos y salas de la institucionalidad de Justicia hondureña hemos comprendido que de ahí no va a salir la justicia integral que demandan nuestros pueblos, sino que la justicia se construye en los plantones, los campamentos, las protestas, los encuentros de organizaciones, los foros, las reuniones, las comunicaciones y en todas las acciones en las que no dejamos de denunciar y gritar quiénes son los responsables de los crímenes que nos afectan y no dejamos morir la verdad.

En nuestros pensares de cómo hacer justicia, hemos descubierto que sin la acción promotora de los bancos nacionales e internacionales los proyectos inconsultos no se podría financiar la muerte en las comunidades, y hemos logrado establecer que las acciones del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) dirigido por Nick Richsbieth y luego por Dante Mossi, el banco holandés FMO, el banco finlandés FINN FUND, así como los bancos FICOHSA y FICENSA, no habría sido posible el asesinato de Berta Cáceres, por lo que hemos abierto, por primera vez, causas legales en contra de bancos por sus responsabilidades en el financiamiento a la corrupción y la violación de derechos humanos.

Esta organización del pueblo Lenca, ha obtenido, gracias a un acompañamiento experto legal nacional e internacional, que se reconozca por la justicia hondureña que las organizaciones y comunidades de pueblos indígenas somos víctimas de los delitos de corrupción que afectan nuestros derechos y territorios, y como tal, tenemos el derecho de participar como parte procesal de los procesos en contra de los corruptos.

Por supuesto, hemos logrado, en estos años de ardua lucha, que el sistema de justicia reconozca que los asesinos materiales de Berta Cáceres, son ni más ni menos que, un consultor del Banco Mundial, y supuesto experto en medio ambiente, Sergio Rodríguez; dos miembros retirados del ejército de Honduras y miembros de empresas de seguridad privada, Henrry Hernández y Douglas Bustillo, un miembro activo del ejército, mayor en proceso de ascenso a Coronel, Mariano Díaz y por supuesto, un miembro del ejército de Honduras, parte del Estado Mayor Conjunto, oficial de inteligencia, entrenado en la escuela militar West Point de EEUU y gerente general de la empresa DESA, Roberto David Castillo Mejía. Este último es la primera persona que hace parte de grupos económicos y empresariales condenada en toda nuestra región latinoamericana por un crimen contra de un pueblo indígena. Hace un año en este mismo espacio nos reunimos avistando el juicio contra esta persona y ahora podemos decir que hemos logrado que se reconozca que la mano derecha de Los Atala, fue hallado culpable por el crimen contra Berta.

Hemos logrado que el pueblo hondureño y los pueblos del mundo conozcan los nombres de los autores intelectuales del asesinato de Berta Cáceres; Daniel Atala Midence, José Eduardo Atala Zablah, Pedro Atala Zablah y Jacobo Atala Zablah, y aunque el Ministerio Público y los juzgados de Honduras teman nombrarlos y llamarlos a responder por sus delitos, se ha logrado que en la memoria de los pueblos queden grabados sus nombres como los asesinos de la guardiana de los ríos y de una de las más sobresalientes mujeres de Honduras.

Estos años nos han servido para interiorizar que la solidaridad es una de las principales herramientas de lucha en contra de las injusticias; y de la mano de organizaciones, instituciones y personas indignadas por la situación de ataque y desprotección de las comunidades indígenas y sus liderazgos, podemos promover un movimiento en contra de la impunidad en Honduras. Y que somos afortunados y afortunadas por haber encontrado la mano de apoyo de gente valiente y comprometida con nuestro mismo interés de construir la justicia.

Por último, hemos logrado reconocer que la justicia para Berta no será completa hasta que todos los crímenes contra las defensoras y defensores del territorio sean castigados; hasta que todos los criminales que se benefician de la muerte en los territorios sean juzgados y condenados; y hasta que las comunidades indígenas y campesinas no teman la desaparición de sus ríos, sus montañas y sus bienes comunes por la voraz ambición de capital y de intereses mezquinos.

Arde en nuestro corazón el inmenso cariño y el actuar tan solidario que ha pregonada la causa por la justicia para nuestra compañera, hoy saludamos a las organizaciones que en Argentina, Italia, México, Alemania, Kurdistán, y en otros lares del mundo recuerdan a nuestra compañera.

Nada de lo que hemos logrado hubiese sido posible sin todos los plantones, movilizaciones frente a consulados y embajadas de Honduras en el mundo que no daban paz a los acomodados diplomáticos hondureños que en vano intentaban justificar la impunidad y el conveniente silencio del Estado de Honduras.

Recalcamos que la lucha sigue y que seguiremos marchando junto a ustedes para sentar la verdad, obtener la justicia integral, reparar a las comunidades reconociendo su derecho a la tierra y desmantelando el concesionamiento y, de esa manera, contribuir a que, de una vez por todas, quienes luchan por la tierra, la justicia y los derechos dejen ser perseguidos, hostigados y asesinados.

Berta seguirá brillando como referencia de malucha del COPINH y como la referente de la articulación de otras expresiones de luchas diversas, complejas como expresa el comunicado del movimiento de mujeres Kongra Star del norte y este de Siria de las mujeres kurdas que fue emitido el día de ayer, “Berta fue una mujer fuerte, una mujer libre, fue lo que más teme la modernidad capitalista.”

Berta Zuniga, coordinadora COPINH / Honduras.

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