El abandono estatal y difícil acceso a Xalalá, no impide el trabajo del maestro Óscar Hernández.

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“Hay muchas cosas que me motivan, mi formación es educar, la educación es la única vía con que se puede transformar este país; siempre nos quieren mantener alejados de la verdad; estar presente en la comunidad, ayudarlos en lo que se pueda y compartir con ellos es lo que me motiva”, Oscar Cecilio Hernández Reyes.

Por Elías Oxom

Óscar Cecilio Hernández Reyes de 33 años de edad, trabaja en la Escuela Oficial Rural Mixta de la Comunidad Indígena Q’eqchi’ Xalalá; una aldea remota del municipio de Ixcán, Quiché. Para llegar a la escuela recorre más de 90 kilómetros entre carretera asfaltada y terracería, además de su traslado en canoa o lancha sobre el río Chixoy. Esta es su historia.

Foto: Cortesía Óscar Hernández

El acceso complicado no le impide llevar la educación a los niños y niñas

Hernández Reyes reside en la aldea San Pablo del municipio de Ixcán, se graduó en el 2008 como maestro, laboró en el sector privado desde el 2009 hasta el 2020, por lo que en el sector oficial lleva laborando 2 años. En el 2020 empezó a laborar a través de un contrato 021 en el Ministerio de Educación. Por azares del destino le tocó la escuela de Xalalá, donde ningún maestro quiere trabajar por la complejidad del acceso.

La mayoría de docentes no quieren ir a esa comunidad, el docente que tenía plaza en esa escuela renunció a su plaza, solicitó su traslado hacia otra comunidad más accesible”, comenta Hernández Reyes.

Para llegar a la escuela se levanta los lunes muy temprano y sale a las 4 de la mañana de su casa. El recorrido comienza con un viaje en su motocicleta, 60 kilómetros de carretera asfaltada y 30 kilómetros de asfalto para llegar a la orilla del río Chixoy en San Marcos Rocnima. En esa localidad toma una lancha que lo traslada al siguiente punto, la aldea El Rosario, donde toma un desayuno apresuradamente, porque los lunes es un día de mercado en la aldea. Espera otra lancha para llegar a la comunidad Xalalá su destino final. El pasaje de San Marcos a Xalalá en lancha es de 20 quetzales y cuando el río está crecido se paga el doble, en total gasta unos 100 quetzales en combustible y pasaje para llegar a la escuela.

Debido a los gastos que implica este trayecto pernocta en la comunidad durante la semana, por lo que viaja de ida solamente los lunes y regresa a su residencia los jueves. Trabaja doble jornada durante el día con otro docente que fue contratado por la municipalidad y se unió a las actividades educativas a inicios de febrero. Esta historia la comparte a través de su cuenta en Tiktok: https://vm.tiktok.com/ZML9UWgGM/

 

La escuela se encuentra en total abandono del Estado

Como la mayoría de las escuelas en el área rural guatemalteca, la escuela de la Comunidad Indígena Q’eqchi’ Xalalá está totalmente abandonada por parte del Estado. No cuenta con biblioteca, algunos de los libros que se encuentran en la escuela son viejos y desactualizados, de hace más de 15 años. No hay letrinas adecuadas para uso de los y las estudiantes, no cuenta con acceso a agua potable ni energía eléctrica. Los y las estudiantes no tienen la posibilidad de acceder a nuevas tecnologías como el manejo de una computadora, hecho que se dificulta aún más debido a que no hay señal de internet.

La escuela nunca ha contado con escritorios, los banquitos y las mesas que se usaron el año pasado eran hechos por los mismos padres de familia porque nunca llegó apoyo por parte del gobierno. Este año llegaron 80 escritorios a la escuela donados por un artista guatemalteco llamado Tool Castellanos.

Hasta el año pasado los y las estudiantes de primaria recibían sus clases en un solo salón, ante esta necesidad y cruel situación, la comunidad realizó un aporte económico para poder construir 3 aulas y fue completado con un poco de material que donó la municipalidad.

“Una de las excusas del abandono de la escuela es que la comunidad no tiene certeza jurídica de la tierra, esto ha sido una lucha constante de parte de las 36 comunidades indígenas de los Copones en Ixcán, es una de las justificaciones del por qué no llegan los proyectos, sin embargo, la comunidad ha estado ahí toda su vida, el gobierno y el Ministerio de Educación nunca han construido alguna escuela para esta comunidad”, afirma el maestro Hernández Reyes.

En cambio las escuelas del área urbana tienen otras condiciones que las del área rural no tienen. Esto es un claro ejemplo de desigualdad, “en el casco urbano cada maestro solo atiende a 20 alumnos, tienen más posibilidades, varias escuelas tienen computadoras, tienen una dirección bien equipada, tienen una buena infraestructura, tienen baños lavables, tienen agua. Las autoridades priorizan más la educación en el área urbana que en el área rural, porque en el área rural todo este tipo de cosas no llegan” agregó el educador.

“Yo siempre he sido crítico con las modalidades de educación híbrida que ordena el Ministerio de Educación, nos dan lineamientos de cómo trabajar con los niños, principalmente que todo tiene que ser virtual, pero en comunidades los niños no tienen acceso a internet, ni computadoras, muchos maestros ya se han acomodado de estar un día en el centro educativo y 4 días en su casa haciendo otro tipo de tareas, yo no comparto esa idea de las

Foto: Cortesía Óscar Hernández

clases híbridas más que estar presente en la escuela. Desde el año pasado estuvimos presentes en la comunidad, los niños tienen la necesidad de aprender”, afirmó Hernández Reyes.

Hernández Reyes opina: “el seguro escolar es una estafa que se le está haciendo a la población, no se sabe si en el municipio de Ixcán exista alguna farmacia u hospital que cubra el seguro escolar, es una inversión que no tiene sentido porque no llega directamente a los niños, es seguro que todos los maestros que trabajamos en las áreas rurales comparten este sentimiento porque no se recibe este beneficio, afirmó el profesor. Lea una nota relacionada al tema:

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Sus motivaciones como educador

Hernández Reyes es un maestro que trabaja por contrato en el renglón 021 del Ministerio de Educación, por lo que en cualquier momento puede ser trasladado a otra comunidad, actualmente lleva 3 meses sin sueldo, el año pasado tampoco recibió su salario en los primeros 5 meses.

“Busco otras alternativas para subsistir, mi esposa también es maestra contratada y los dos no recibimos sueldos durante tres meses, el año pasado 5 meses no recibí sueldo, me fue difícil, sin embargo con mucho cariño fuimos a la comunidad, a veces hacemos un pequeño negocio” afirma el educador.

“Cuando el trabajo se hace con pasión uno le busca el lado positivo a los procesos educativos, con las dificultades busco estrategias, últimamente he llevado material didáctico desde mi casa, tengo mi impresora y una computadora, imprimo hojas para que los niños coloreen, para que identifiquen, les llevo pequeños folletos a los de cuarto, quinto y sexto, pero esos gastos ya corren por mi cuenta, los niños no me pagan”, comenta el maestro.

“Hay muchas cosas que me motivan, mi formación es educar, la educación es la única vía con que se puede transformar este país; siempre nos quieren mantener alejados de la verdad, estar presente en la comunidad, ayudarlos en lo que se pueda y compartir con ellos es lo que me motiva”, indica Hernández Reyes.

A pesar de las condiciones en que vive la comunidad, los pobladores de la localidad facilitan la alimentación para el educador, “yo he sentido mucho aprecio de parte de la comunidad, me complica un poco con el idioma, porque no hablo el idioma maya q’eqchi’ “, comentó el profesor.

Foto: Cortesía Óscar Hernández

Estudiar sigue siendo un sueño casi imposible para la juventud en Xalalá

En Xalalá la mayoría de jóvenes no tiene la posibilidad de seguir estudiando, las niñas y los niños solo llegan a cursar sexto primaria y no pueden continuar el básico porque no existe un instituto cercano y las que hay, son privadas.

Las condiciones en que vive la comunidad son precarias porque se dedican principalmente a la agricultura, específicamente la producción de cardamomo. Los precios bajos del cardamomo les ha dificultado todo, la canasta básica ha subido de precios pero sus productos han bajado de precio, son muy pocos jóvenes que están estudiando en el ciclo básico y los que están estudiando en el ciclo diversificado son muy pocos; para la juventud de Xalalá llegar a la universidad es un sueño casi imposible.

“Los pobladores ya no esperan nada del gobierno por tantos años de abandono, buscan la manera que sus hijos reciban su educación, aunque sea primaria, ellos están cansados de tantos actos de corrupción, mantienen esa energía de continuar luchando, me cuentan sus penas, ellos no esperan nada del gobierno”, concluyó el profesor.

La Comunidad Indígena Q’eqchi’ Xalaché también está amenazada por la construcción de la hidroeléctrica Xalaché sobre el río Chixoy que además afectaría a más de 50 comunidades de los municipios de Cobán, Alta Verapaz; Uspantán e Ixcán, Quiché.

Foto: Cortesía Óscar Hernández

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