Regresar a clases presenciales beneficiaría en las comunidades rurales

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Las y los estudiantes del sistema de educación pública iniciarán la modalidad hibrida del ciclo escolar a finales de febrero, en el área rural se enfrentan a la falta del servicio de energía eléctrica, poco acceso a internet y tecnología y a un bajo nivel de vacunación contra la COVID-19. En medio de las dificultades un profesor consideró que las clases presenciales beneficiarán a los alumnos.

Por Elías Oxom

Este 21 de febrero se inauguran las clases en la modalidad hibrida en los centros educativos públicos a nivel nacional. Uno de los sectores más afectados, desde el inicio de la pandemia en 2020, fueron los estudiantes de escuelas rurales del departamento de Alta Verapaz, que han tenido que enfrentarse a la falta del servicio de energía eléctrica, al poco o nulo acceso al servicio de internet y tecnología, y con un nivel bajo de vacunación contra la COVID-19, para poder atender el modelo de aprendizaje a distancia que se impuso para completar el ciclo escolar de 2020 y 2021.

Aunque el tablero de alerta sanitaria se encuentre en rojo, para el presente año, el ministerio de Salud Pública y Asistencia Social autorizó, a través del Acuerdo Ministerial 18-2022, el funcionamiento de centros educativos en la modalidad hibrida, esto implica que los estudiantes que cuenten con autorización de la familia, podrán asistir de manera presencial e iniciar el ciclo escolar.

Ronaldo Botzoc, maestro de una escuela primaria de Cobán, que solicitó no mencionar el nombre de la misma, dijo que la decisión del ministerio de Salud beneficiará al alumnado, porque el año pasado pudo observar deficiencias en el proceso de aprendizaje: “La mayoría de las comunidades no cuentan con los servicios básicos de energía eléctrica, agua potable, no tienen cobertura de señal de las telefonías y no tienen acceso a internet”.

Así mismo el docente mencionó que el ministerio de Educación siempre coloca una serie de lineamientos, pero en las comunidades es un panorama muy distinto, “porque no se cuenta con los servicios básicos, y nuestro país está muy débil si se trata de dar una educación en las comunidades rurales en tiempos de pandemia”.

Sobre la vacunación contra la COVID-19, Botzoc explicó que el personal docente de la escuela donde labora ya está vacunado, pero que en el caso de la niñez que asiste al establecimiento no ocurre lo mismo. “El año pasado realizamos charlas de sensibilización para que los padres de familia se aplicaran las vacunas, pero en las comunidades remotas están desinformados y no quieren vacunarse, este es un problema que estamos enfrentando en el establecimiento, el año pasado se hizo la preinscripción de preprimaria y nadie se inscribió”, indicó.

Foto: cortesía

Para el profesor Botzoc, la falta de información ha provocado desconfianza en la población y temen que los niños mueran por la vacuna. “Una madre de familia me comentó que su hijo no quiere estudiar porque en los medios de comunicación están informando que los que se vacunan están muriendo. Es difícil convencerlos de que la vacuna no es mala, hay unos vídeos que circulan desinformando sobre el tema de la vacunación”, comentó.

Por su parte, Elías Maxená, un padre de familia de una escuela de una comunidad de Cobán, opinó que la educación ha sido afectada en la comunidad por la pandemia. Mencionó que “la educación ante de la pandemia no es igual, porque antes los estudiantes estudiaban mucho tiempo, y ahora no aprenden nada, nada se aprende en un rato, porque si es todo el medio día ayuda cuando explican los maestros, los niños no se les queda todo lo que les enseñan en un rato”.

Maxená dijo que la educación en línea se ha convertido en una de las limitantes, los estudiantes no tienen acceso a internet, no tienen televisión, la única opción que les queda en las aldeas son las clases presenciales, pero por la pandemia no se ha podido.

El padre de familia indicó que si este año permiten que los alumnos lleguen de forma presencial a las escuelas será de beneficio para ellos, “pero como nos damos cuenta no han empezado las clases y ya estamos en febrero, lo único es que exigen que los niños estén vacunados y los niños no han recibido las vacunas, yo no creo en la existencia de la COVID, los niños no reciben las vacunas porque escuchan lo que dicen los padres, estamos escuchando que la vacuna es obligatoria y eso no está bien”, comentó.

A decir de Yeyson Leal, un trabajador de Salud en el municipio de Cobán, el ministerio de Salud, les ordenó vacunar en las escuelas, pero no han podido porque no ha iniciado el ciclo escolar. “Este domingo 6 de febrero iniciamos vacunando a niños en las comunidades de primera dosis o segunda, se está promocionando la vacuna con los padres de familia, en el área donde trabajo no hemos vacunado a ningún niño”, indicó.

En Guatemala solo se ha autorizado la aplicación de vacunas a niños, niñas y adolescentes en edades de 12 a 17 años, con la vacuna Moderna o Pfizer.

Leal expresó que la asistencia de personas mayores para vacunarse ha sido baja y que la desinformación en las redes sociales ha sido una de las razones, “las personas creen más en la información falsa, nosotros tratamos de sensibilizarlos, tengo información que en algunas comunidades no están aceptando ni la vacunación normal a los niños. Hemos hecho asambleas con la comisión de salud y líderes comunitarias para informar, pero ha sido muy poco recibida”, concluyó.

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