La organización no gubernamental, Human Rights Watch, con sede en Nueva York, presentó su informe anual Numero 31. En él se analizan las prácticas y tendencias de derechos humanos en todo el mundo; Guatemala es calificada con números rojos. La organización evaluó los hechos más significativos del 2020, con lo cual sitúa a Guatemala como uno de los países en los que el Estado no protege los derechos humanos de su ciudadanía.
Los temas en los que la organización basó su estudio fueron entre otros: Independencia judicial y corrupción, juicios por violaciones de derechos humanos en el pasado, libertad de expresión, Defensores de los Derechos Humanos, Derechos de Mujeres y niñas, orientación sexual e identidad de género.
Aunque reconoce como una de las mayores preocupaciones el hostigamiento y la violencia contra defensores de derechos humanos y periodistas le da prioridad a lo que sucede en el sistema de justicia guatemalteco.
“La independencia judicial se ha visto amenazada por la corrupción, las demoras en el nombramiento de jueces, la negativa del Congreso a tomar juramento a la jueza y ex presidenta de la Corte de Constitucionalidad, la destitución del titular de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y denuncias espurias contra jueces y fiscales que investigan casos de alto perfil”, señala en la introducción del informe en el capítulo dedicado a Guatemala.
El informe señala además que la libertad de expresión se limita cada vez más en Guatemala; la violencia y persecución contra periodistas ha registrado aumento desde que en el 2020 inició la administración gubernamental de Alejandro Giammattei. Destaca también la impunidad con la que actúan los agresores y los pocos procesos legales por este tipo de violaciones tienen pocos avances.
En su discurso de presentación el director ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, señala que a nivel mundial la tendencia apunta hacia el autoritarismo, en muchos países asumen gobiernos de corte autoritario y violento, mientras que los liderazgos democráticos acorralados por la violencia han sido vencidos en elecciones, que no siempre son transparentes. No obstante, señala que en muchos países los partidos de oposición encontraron la forma de aliarse y así derrotar democráticamente al autoritarismo.
“Sin embargo, los líderes democráticos de la actualidad no están respondiendo a los desafíos que tienen frente a ellos. Ya se trate de la crisis climática, la pandemia de Covid-19, la pobreza y la desigualdad, la injusticia racial o las amenazas que plantea la tecnología moderna, estos líderes suelen estar demasiado enredados en batallas partidarias y preocupaciones cortoplacistas como para responder a estas cuestiones con eficacia”. afirma Roth.
En Guatemala son evidentes los retrocesos, que, en materia de Derechos Humanos y Libertad de Prensa, se han registrado en los últimos años, el informe de Human Rights watch confirma lo que a diario vivimos los y las guatemaltecas.
Lea el informe en el siguiente enlace:
https://www.hrw.org/es/world-report/2022/country-chapters/380714#136cc5
