Por Lencho Pez
Este lunes 27 de diciembre 2021, una mañana fría pero soleada, el calendario maya Q’anjob’al marca “Waxaq B’en”; energía que representa la vara y autoridad, la comunidad en Santa Eulialia se preparaba para una ceremonia especial; se celebraría el cambio de autoridades ancestrales.
En una sentida y respetuosa ceremonia, esa mañana el Consejo de ancianos que conforman la autoridad ancestral, regidos por la energía del Waxaq B’en, hicieron la transición de poder a los nuevos líderes que llevarán sobre los hombros la vida espiritual del pueblo ancestral Q’anjob’al.
La responsabilidad recayó sobre Francisco Lucas y Lucía Nicolás, quienes dirigirán el destino de este pueblo durante 2 años a partir de realizada esta ceremonia.
Esta pareja emigró hacia los Estados Unidos durante el conflicto armado hace 37 años, son ciudadanos estadounidenses en la actualidad; sin embargo, durante el tiempo que estuvieron fuera de su país no dejaron de practicar la espiritualidad Maya ancestral. Ellos han tenido un mutuo acercamiento con los abuelos de las autoridades ancestrales del pueblo indígena de ese país del norte de América. De la misma manera, han tenido buena comunicación con los abuelos de las autoridades de este municipio de Huehuetenango.
Francisco Lucas, comentó que al recibir la noticia en donde le invitaban a aceptar el cargo de la vara ancestral, fue de gran sorpresa “No hay palabras para expresar lo que sentimos en ese momento”.
Durante una ceremonia realizada por el consejo de autoridades de Santa Eulalia, Huehuetenango, el mensaje qué surgió del fuego sagrado fue dirigido a Francisco Lucas y Lucía Nicolás. La brújula espiritual se dirigió hacia la humanidad de Francisco y su esposa, quienes trabajaban en diferentes compañías de la ciudad de Alamosa, estado de Colorado.
En una entrevista, don Francisco manifestó que no fue fácil tomar la decisión, ya que esto implicaría una gran responsabilidad y podría ser un cambio rotundo de vida para ellos.
Al final tomaron la decisión de aceptar el cargo y retornaron a su tierra natal para asumir dicha responsabilidad. Ambos son huérfanos de padre y madre y no tienen familiares cercanos qué los alberguen en Guatemala, sin embargo, han recibido la hospitalidad de la comunidad en Santa Eulalia.
Después del cambio de vara la comunidad celebró a las nuevas autoridades y les desearon muchos éxitos en su labor de guía y consejo en la vida espiritual del pueblo ancestral Q’anjob’al.
