Créditos: Represión en El Estor. Foto Nelton Rivera
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“tras 29 días de resistencia pacífica, el pueblo del El Estor fue agredido por fuerzas policiales que su único objetivo era proteger los intereses de una mina suizo-rusa; hoy bajo un estado de sitio, tres periodistas comunitarios son criminalizados por el único delito de ser periodistas comunitarios”

Por Juan Calles

Una persona de la comunidad, tiene relación con la madre tierra desde su niñez, convive con ella, se nutre de ella, incluso tiene una relación espiritual con ella, por eso la respeta y la cuida, los cinco elementos son vitales para la vida del comunitario y de su familia. Desde la niñez aprende y entiende que la madre tierra es un ente que vive y respira y que le ayuda a la comunidad a vivir y nutrirse de ella.

Un periodista comunitario además de sus labores en la comunidad, decide participar con su capacidad y conocimiento a informar y documentar lo que sucede en su comunidad, en donde además de su relación con la madre tierra existen problemas que afectan a la comunidad; tomando su teléfono, su voz y su lapicero como herramientas de trabajo, informa lo que sucede en la comunidad.

El estado de Guatemala les ha respondido fuerte y claro a los periodistas comunitarios, acoso, persecución, criminalización y cárcel han encontrado los comunicadores que se han atrevido a informar lo que ningún otro periodista ha informado, la realidad de los pueblos, la realidad de la otra Guatemala.

Desde que se decretó un estado de sitio en El Estor, Izabal, los corresponsales de Prensa Comunitaria han sido perseguidos y criminalizados por las autoridades, ha sido tal el acoso policial que los periodistas se han visto obligados a desplazarse buscando resguardo. ¿Cuál es su delito? Informar de la contaminación, los abusos e ilegalidades de una mina Suizo-Rusa protegida por el Estado guatemalteco en contra de los intereses del pueblo de El Estor.

El Estor, un lugar del Caribe con arraigo maya Q’eqchi’

El Estor es caluroso, en El Estor se siente un calor tropical y húmedo, las mujeres Q´eqchi´ visten un güipil ligero, bordado con hilos finos, una falda amplia y fresca para evitar que el calor las sofoque, es común ver a los hombres con el torso al aire, piel magra curtida por el sol.

Las calles en El Estor son anchas, con pocos tramos asfaltados, las tiendas y comercios se esfuerzan por parecer modernos, pero El Estor parece detenido en el tiempo. Frente a esas calles de tierra y algunas palmeras el lago de Izabal lanza una brisa fresca tratando de colaborar con los habitantes de El Estor bajando un poco la temperatura tropical.

Sus pobladores se dedican a la pesca, al comercio y la agricultura, acostumbrados al calor, les gusta descansar frente a sus casas, reunidos con la familia, saludando a los vecinos que pasan cargados de fruta o peces que acaban de sacar del lago para alimentar a su familia.

En medio de ese calor y esa vida comunitaria, tres estoreños decidieron ser periodistas, tomar fotos y videos de la vida en su comunidad y compartirlo con quien se acerque a esa ventana inmensa de la comunicación comunitaria; Juan Bautista Xol, Carlos Choc y Baudilio Choc, son periodistas desde hace varios años, desde el 2017 han estado bajo asedio, perseguidos por el simple hecho de ser periodistas.

Desde una radio comunitaria, desde una red social o desde un medio digital, los tres han publicado noticias de la comunidad, la belleza de su entorno, las fiestas religiosas, partidos de futbol, pero también los hechos dolorosos de la corrupción y la destrucción de la madre tierra, tan vital para la comunidad.  Eso, para algunos sectores es imperdonable, atreverse a hablar y contar no se los perdonan.

Juan Bautista Xol: El Pescador que cambió el anzuelo por el micrófono

Nació y creció en el barrio San Jorge a pocos minutos del centro del pueblo, su papá un pescador artesanal, activista en defensa del Manatí, siempre regresaba a la casa del futuro periodista con las manos llenas de pescados gordos recién sacados del lago de Izabal. Su madre los cocinaba para alimentar a la familia. Juan, estudiaba en la escuela maya de la iglesia católica.

“Mi papá nos dio estudio y comida gracias al lago, yo fui pescador y construí una mi casita, allí mismo en San Jorge, donde nací, por eso el lago es muy importante para mi familia, por eso mi papá luchó contra los “jaladores” que mataban al manatí. Luego me involucré en prensa porque quería dar a conocer lo que pasa en mi pueblo”

Juan Bautisa Xol tiene 28 años, un hijo, cuatro años de matrimonio, cinco años de hacer periodismo; mientras me cuenta como su papá luchó por el lago y recuerda a los “jaladores” que con barcos industriales jalaban en gigantescas redes todo lo que pasara por su trampa, sin importar el tamaño de la presa, incluidos los manatíes que morían por docenas, se le llena la voz de un tono nostálgico pero sin quebrársele, me dice que quiere seguir haciendo periodismo, por el lago, por su familia, por El Estor.

Juan Bautista Xol estuvo reportando todo el día 23 de octubre, sus transmisiones en vivo y sus reportes desde el lugar de los hechos dieron a conocer a todo el país la vergonzosa forma en la que un gobierno le da la espalda a un pueblo que pide ser incluido en la consulta y le brinda toda su protección a una empresa minera que viola las leyes guatemaltecas y desafía órdenes judiciales del más alto tribunal constitucional en el país.

Juan Bautista Xol, después de esa cobertura periodística fue difamado en redes sociales, fue acusado de promover la violencia, al siguiente día, el periodista y toda su familia fueron retenidos durante varias horas por agentes de la Policía Nacional Civil, PNC. Una familia de escasos recursos que vende abarrotes para hacer menos pesada la carga, de pronto, una mañana cualquiera ve cómo su casa era invadida por policías que los veían como sospechosos. Todo porque Juan Bautista Xol documentó la violencia policial contra pobladores desarmados.

La policía buscó en cada rincón de su casa, según el vocero de la PNC buscaban pistas para encontrar “a los sospechosos” de disparar contra agentes policiacos el día que fue disuelta, por medios violentos, la resistencia pacífica instalada para evitar el paso de camiones de la minera, pues se estaba organizando el proceso de la pre consulta, para decidir el futuro de la empresa minera suizo-rusa Solway Investment Group, sin tomar en cuenta a los representantes del pueblo Q´eqchi´ que no está de acuerdo con el proyecto minero FENIX.

No encontraron ningún indicio que involucrara al periodista con ningún hecho reñido con la ley, sin embargo, incautaron su teléfono celular, su instrumento de trabajo, en el que realizaba todas sus comunicaciones. Desde cualquier punto de vista, la incautación del teléfono celular es un acto de intimidación que solo las agencias de inteligencia herederas de las viejas prácticas contrainsurgentes son capaces de hacer de forma pública y abierta.

Antes de despedirnos, Juan Bautista Xol me aseguró que sueña con estudiar periodismo en la universidad; quiere seguir haciendo periodismo “porque el lago vale la pena”, concluye el pescador que hoy está siendo perseguido por ser periodista.

Baudilio Choc: Yo no quiero decirle a mi hijo, aquí había un lago

Con una sabiduría joven y tranquila el periodista comunitario Baudilio Choc sentencia: “Un comunicador que no defiende derechos no es comunicador y un defensor de derechos humanos que no comunica no es defensor” durante la entrevista disfrutaba de una cena recién servida, entre bocado y bocado me contó de su afición por la comunicación.

Tuvo la fortuna de crecer y formarse en el barrio San José Cantón, un barrio fundado por su propio padre don David Choc quien era Guía Espiritual y obrero del Instituto Nacional de Electrificación, INDE, por treinta y seis años. De don David, Baudilio aprendió el amor por la madre tierra “para nosotros la madre tierra es lo más importante, por eso prefiero sufrir persecución por defenderla antes de aceptar las migajas de una minera” afirma el periodista con seguridad.

Se formó en El Estor, pero estudió mecánica industrial en Cobán; siempre siguiendo los pasos de su padre, lo acompañaba a todas las reuniones a las que asistía, en una de ellas escuchó sobre la necesidad de romper el cerco mediático, escuchó hablar del periodismo comunitario y encontró una pasión.

Se Formó en Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica, IGER, y de allí a la fecha, su pasión por el periodismo lo llevó a ser corresponsal de Radio Victoria y de Prensa Comunitaria, documentó en primera línea la lucha de la Gremial de Pescadores Artesanales durante varios años, testigo excepcional del daño ecológico que la mina ha producido en El Estor.

“Cuando éramos niños íbamos a caminar al cerro con mi papá, era un cerro nuboso, todo verde y fresco, ese bosque refrescaba el clima, ahora ya ni nubes se ven, ya no es verde, y el calor cada vez es más fuerte, no solo en donde estaba ese cerro nuboso, en todo El Estor”

“Yo no quiero decirle a mi hijo, aquí había un lago, ¿Qué le voy a responder cuando me pregunte por qué lo dejamos morir? Por eso yo veo que mi trabajo como periodista es decir lo que pasa en mi comunidad, decir que hay problemas, que no todos estamos de acuerdo con la mina, que tenemos derecho de informar y ser informados”

Los días 22 y 23 de octubre de 2021 Baudilio Choc documentó la agresión policial contra la resistencia pacífica, las bombas lacrimógenas llovían sobre la población en resistencia, Baudilio, y Juan Bautista Xol durante la refriega buscaron refugio, mientras corrían vieron como los policías agredían a su compañero Carlos Choc y decidieron correr hacia donde los comunitarios resistían la violencia policial.

Mientras todo esto sucedía, se comunicaban con la redacción y trasmitían en vivo, tomaban fotos y videos, cumplían con su labor periodística, de pronto escuchan gritos de un policía que les ordenaba que dejaran de grabar, ellos siguieron documentando, entonces, agentes de policía que documentaban todo lo que sucedía, les tomaron fotos, buscando su rostro, entonces decidieron huir del lugar, dos mujeres los siguieron por varios metros, la mujeres a bordo de una motocicleta, después de perseguirlos, se alejaron insultándolos.

El miércoles 27 de octubre, una radio patrulla llegó a la casa de Baudilio Choc, cuatro agentes se presentaron e interrogaron a la familia sobre datos personales del periodista y por la dirección de las oficinas de Prensa Comunitaria, esa misma mañana un fiscal del Ministerio Publico, se comunicó con Choc para informarle que su casa sería cateada por la policía. Al parecer su delito es ser periodista comunitario.

Carlos Ernesto Choc: El periodismo es una herramienta de mi comunidad

Carlos tiene voz de locutor, desde muy joven su voz destacaba y llamaba la atención, así que su primer trabajo como locutor improvisado fue para hacer publicidad en su idioma materno, el Q´eqchi´ después hizo locución en radios comunitarias. Trabajo también para radios corporativas y pudo evidenciar la diferencia entre medios de comunicación y las empresas de comunicación.

Carlos Ernesto decidió quedarse del lado comunitario y entonces empezó una carrera de periodista comunitario que ya data de varios años.

Decidió documentar la lucha de la Gremial de Pescadores e informar con detalle todo lo acontecido en esa pelea que se antojaba como la vieja leyenda de David contra Goliat. En el año 2017 durante una manifestación de la gremial de pescadores artesanales Carlos Choc en su labor de reportero, fotografía el asesinato del pescador Carlos Maaz por un agente de la PNC.

Después de ello, Carlos Choc es criminalizado junto a miembros de la Gremial de Pescadores, enfrenta juicio por delitos como Instigación a delinquir, acusado por la minera. Ese proceso legal aún no finaliza y el periodista aún es obligado a firmar mensualmente un libro en el Ministerio Público.

Carlos Choc es perseguido y calumniado en redes sociales, mientras documentaba la resistencia pacífica en octubre recién pasado, maquinaria municipal destruyó el portón de entrada en la casa del periodista, ese día un operador de la minera lo amenazó con expulsarlo de la comunidad.

Después de la intensa jornada que Carlos Choc documentó desde la primera línea, su casa fue allanada, en su ausencia, con el agravante de que los agentes policiacos se hacían acompañar de una persona que usaba gorro pasamontañas, unas cuadras más adelante, el desconocido fue identificado como Rigoberto Bo, el trabajador minero que amenazó a Choc días antes, Bo es además alcalde auxiliar del barrio El Renacer.

Carlos Choc ha sido amenazado de linchamiento, le han robado su equipo fotográfico en varias ocasiones, es difamado y amenazado con expulsarlo de la comunidad; durante la entrevista, evoca sus primeros días en el periodismo y con un poco de pena deja escapar un suspiro mientras dice “yo me di cuenta que el periodismo comunitario es una herramienta de mi comunidad para que algún día podamos decir, todo cambió, ahora el Estor está mejor”

Hablé con los tres periodistas en diferentes horarios y en diferentes lugares, los tres se encontraban trabajando en proyectos de comunicación, los tres coincidieron en tres palabras al hablar sobre su oficio: Servicio y madre tierra; cuando les pedí que habláramos de futuro, también coincidieron sus respuestas pero Carlos Choc lo resume bien cuando concluye: “Me siento discriminado, el Estado debería proteger nuestro trabajo y no perseguirnos por hacerlo, a pesar de eso, o por eso mismo en el futuro me veo siendo periodista comunitario”.

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