Este Día del Periodista, las y los reporteros, editores, columnistas y comunicadores no aspiramos a escuchar los cantos heroicos a la profesión. Hoy apelamos, más bien, a la atención de la sociedad: nuestro ejercicio se encuentra bajo un asedio inusitado.
El último año se han multiplicado y diversificado las formas para limitar el derecho universal a conocer e informar:
- Desde una Presidencia que irrespeta a la prensa; un Ministerio Público que en sintonía con el Organismo Judicial fabrican casos y no investigan abusos contra periodistas, hasta oficinas de información pública obligadas a fomentar una cultura de transparencia que optan por convertirse en la primera barrera de censura.
- Desde oficinas de comunicación institucional que dedican recursos públicos para orquestar campañas de descrédito en contra de reporteros que cuestionan la función pública o acosan a periodistas, desde su condición de mujeres.
- Desde intimidaciones a reporteros que suben de tono hasta llegar a ataques a su integridad física y a su familia. Esta situación se agudiza en los departamentos, donde los periodistas son criminalizados por las autoridades locales, los fiscales y jueces.
¿Por qué llamamos su atención en este Día del Periodista? Porque cumplimos una función que es una precondición de la democracia: Informar sobre hechos que de una u otra manera le afectan.
Gracias a la prensa, la sociedad conoce el uso que se da a los impuestos, los abusos que cometen los diputados, la existencia de una obra sobrevalorada y defectuosa. Si no fuera por los periodistas, se desconocería que Guatemala negoció en condiciones desfavorables 16 millones de vacunas rusas y que el hospital temporal del parque La Industria solo tiene 300 camas y no las 3 mil que ofreció el presidente. Se enteró gracias al trabajo minucioso de reporteros que investigan y relatan estas historias.
Un día sin información fiable, puede ser un día en oscuridad para el país. Piénselo. Actúe, respalde al periodismo crítico e independiente.
Periodistas contra la censura