Mayoría de agresores de mujeres Ch’orti’ provienen de sus círculos familiares

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Créditos: Amílcar Morales
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Amílcar Morales

Los diversos tipos de violencias que a diario enfrentan las mujeres maya Ch’orti’ son provocados por hombres de su propio círculo familiar. A nivel general, un 80% los agresores identificados son personas cercanas a las víctimas, según Karlili Rodas de la Organización de Mujeres Tierra Viva, durante una conferencia de prensa realizada este martes en Jocotán, Chiquimula, en coordinación con Jóvenes Agentes de Cambio que también tienen presencia en esa región del oriente del país.

La actividad, que buscó evidenciar las cifras y los diversos tipos de violencias que enfrentan las mujeres en la región Ch’orti’, también propone acciones para empoderarlas y disminuir los casos de agresiones en conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres que se conmemora cada 25 de noviembre.

Rosidalia Marubeny Álvarez, originaria de la comunidad de Talquezal, del municipio de Jocotán, indicó que las Jóvenes Agentes de Cambio también son voceras de los derechos sexuales y derechos reproductivos que hacen visible las problemáticas que afectan a las mujeres en el territorio maya Ch’orti’.

Entretanto, Dayana Alexandra Sandoval Rodas, también integrante de Jóvenes Agentes de Cambio y quien representa al municipio de Camotán, manifestó su preocupación ante la alarmante situación de vulnerabilidad y violencia de los derechos de las mujeres, niñas y jóvenes en esa región, que se evidencian en las estadísticas de los delitos más denunciados según las instituciones de justicia: violencia contra la mujer, violencia psicológica, física, sexual, otros delitos sexuales, y femicidio y muerte por violencia.

Sandoval indicó que en lo que va de 2021 se ha registrado un promedio de 232 denuncias diarias, bajo las categorías de los delitos citados.

La profesora Mirza Elizabeth López Gonzáles, del caserío el Centro, de la Comunidad de Oquén, municipio de Jocotán, dijo que en lo que va del año se reportan en el departamento de Chiquimula 56 mil 62 víctimas de actos de violencia contra la mujer; 27 mil 151 víctimas de violencia psicológica; 17 mil 299 víctimas de violencia física; y 8 mil 537 victimas de violencia sexual.

La violencia psicológica es el segundo delito más denunciado en la región Ch’orti’ durante lo que va de este año y se caracteriza por el hostigamiento, la manipulación o aislamiento de las mujeres víctimas, lo que produce daños emocionales que perjudican el desarrollo personal hasta desencadenar otros problemas emocionales graves, que incluso han llevado a muchas mujeres al suicidio.

Embarazos en niñas, otro tipo de violencia

Rosa Amalia Ramírez, quien también participó en la conferencia de prensa, indicó que de los 69 embarazos en niñas menores de 14 años de edad que reporta el departamento de Chiquimula, 33 están focalizados en la región Ch’orti’.

En Camotán se reportaron dos casos de embarazos en niñas de 12 años; dos de 13 años y catorce de 14 años; en Jocotán, dos casos en niñas de 13 años y siete casos en las de 14 años; en San Juan Ermita un caso en una niña de 13 años y otro en una de 14; y en Olopa, cuatro casos en niñas de 14 años.

Urgen atención

Ana Elizabeth Pérez, manifestó que ante la problemática que afrontan las jóvenes y las mujeres demandan y exigen a las autoridades gubernamentales que escuchen las peticiones desde las diversidades y hagan valer el derecho de cada ser humano.

Es necesario y urgente prevenir, sancionar, atender, resarcir y erradicar la violencia contra las mujeres, niñas y jóvenes, unimos nuestras voces por una vida digna, autónoma, de respeto a los derechos humanos y libre de violencias. “Queremos respuestas no palabras”, puntualizó Pérez.

Por su parte, Karlili Rodas, consideró necesario abordar la problemática de la violencia contra las mujeres desde los hogares, con las y los vecinos, entre otros espacios, para ir mejorando los comportamientos y actitudes que generan desigualdades entre mujeres y hombres.

En la región las oenegés en apoyo a las mujeres realizan distintas acciones para promover el ejercicio pleno de los derechos sexuales y derechos reproductivos, para que las mujeres puedan vivir una vida libre de violencia, discriminación, racismo y que se le de la oportunidad para demostrar sus capacidades y ser parte del desarrollo dentro del territorio Ch’orti’.

Actualmente se impulsa una estrategia dirigida a mujeres adultas y a jóvenes de la región Ch’orti’ en Jocotán, Camotán , San Juan Ermita y Olopa, que incluye un proceso de formación para que se conozcan las problemáticas y las acciones a nivel comunitario y buscar soluciones en conjunto.

En noviembre, una de las temáticas principales se enfoca en la prevención de la violencia en mujeres en el territorio Ch’orti’, pero otra de las acciones que realizan es la campaña de programas de radio, material audiovisual e informativo que se otorga en  kioscos a nivel de los municipios sobre las problemáticas que afectan directamente a mujeres y jóvenes, de manera especial, para dar a conocer sobre la prevención de la violencia sexual y otras violencias en niñas y adolescentes.

Se indicó que también se realizan mesas de diálogo con las autoridades locales para presentar y hacer visible la problemática, que además afecta el derecho pleno del ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos, para contar con acciones que vayan mejorando las condiciones de las poblaciones vulnerables en el territorio.

Políticas y leyes insuficientes

Aunque Guatemala cuenta con un nivel favorable de leyes y políticas públicas para combatir y sancionar la violencia contra las mujeres, incluida la violencia sexual, persiste un sistema patriarcal y violento que atenta contra los derechos de las mujeres, de las niñas y jóvenes en general, por lo que Guatemala requiere y necesita un Estado que responda y se comprometa con la erradicación de todo tipo de violencia contra las mujeres, recalcó Karlili Rodas.

La entrevistada indicó que la COVID-19 agravó la situación de violencia contra las mujeres, un problema social que viene en aumento desde los últimos 20 años, pero que ahora también pone en riesgo la vida de las niñas, adolescentes y mujeres, que no tienen acceso a sistemas de protección y seguridad del Estado.

Esa situación, a criterio de Rodas, incrementó la violencia en todas sus manifestaciones psicológicas, físicas, económicas, institucionales, laborales y sexuales, vulnerando la vida y la dignidad de las mujeres, lo que también ha llegado a entenderse como una forma de discriminación y violencia de los derechos humanos. Por último, puntualizó que incluso, poco a poco, se ha ido reconociendo esa situación como un problema de salud pública para las mujeres.

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