“Soy agricultor y catequista de la Iglesia Católica en la Comunidad Santa Elena, Río Salinas, tengo 54 años. Nací en la comunidad Sibilia de Lanquín, Alta Verapaz. Cuando era un niño de brazos, mis padres me llevaron a vivir a la comunidad de La isla en el Municipio de Raxruhá, mi madre murió cuando era muy pequeño, por lo que no tengo recuerdos de ella.
Cuando tenía 8 años murió mi padre, tuve que irme a vivir con mi hermano a la comunidad Santa Elena, Río Salinas, donde mi hermano tuvo la oportunidad de conseguir tierras para trabajar. Por las condiciones en que vivíamos no tuve la oportunidad de estudiar.
A los 15 años formé mi hogar con mi conviviente con la cual tenemos nueve hijos, de los cuales tres aún son menores de edad y viven bajo nuestra responsabilidad.
Cuando llegué a la comunidad de Santa Elena, Río Salinas no existía la empresa de palma aceitera Industrias Chiquibul; con mi familia nos dedicábamos a la agricultura, principalmente en la siembra de maíz y frijol.
En 2012 inició la empresa de palma africana a comprar tierras en los alrededores de la comunidad, a mi hermano le tocó vender tierras pues la empresa compró todo alrededor de su parcela y ya no le permitían ingresar a trabajar su tierra, por lo que no tuvo otro camino que vender también.
Ingresé a trabajar a la empresa palmera desde que ésta inició operaciones, nunca se me concedió contrato escrito para firmar. Cuando inicié a trabajar me prometieron un salario de Q.60.00 diarios, sin embargo, cuando ya empecé a recibir salario solo me pagaban entre Q.30.00 y Q.35.00 diarios. Desde que fui contratado hasta que dejé de trabajar nunca recibí contrato escrito, nunca recibí prestaciones laborales. En 2019 cuando a toda la comunidad la dejaron sin trabajo, también me quedé sin trabajo”.
Palabras de Nicolás Pop Chen
Actualmente está siendo criminalizado por defender sus derechos laborales en la empresa de palma aceitera Industrias Chiquibul.
