Deportaciones en El Ceibo: “todo está calculado para que haya la menor visibilidad posible”

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Créditos: Pastoral Movilidad Humana.
Tiempo de lectura: 8 minutos

Por Regina Pérez

 Desde el pasado 5 de agosto, los gobiernos de Estados Unidos y México comenzaron a hacer deportaciones exprés de migrantes guatemaltecos y centroamericanos en la frontera de El Ceibo, Petén, en condiciones inhumanas. Estas deportaciones rápidas se hacen bajo el Título 42, justificando las expulsiones por la emergencia de la COVID-19.

El padre Matteo Luison, secretario de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG), a cuya red eclesial pertenece la Casa del Migrante Belén, en El Ceibo, considera que la expulsión de migrantes a este punto fronterizo, y no al que se ubica en Tecún Umán, sirvió “para que haya la menor visibilidad posible”. La decisión, según la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), ha provocado un drama humanitario en el lugar.

Para Luison, existe una doble moral de los gobiernos de EE.UU. y México, que reciben a los refugiados afganos, pero están “prácticamente agarrando a patadas a los centroamericanos”.

Por otro lado, el gobierno guatemalteco tampoco redobló su presencia en el lugar, en el caso del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua), fue hasta el 25 de agosto que proporcionó, por primera vez, de buses a los migrantes para que regresaran a sus lugares de origen.

Foto: Pastoral Movilidad Humana

Según datos del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) del 22 de agosto al 1 de septiembre fueron deportados a la frontera del El Ceibo 3,040 migrantes guatemaltecos y centroamericanos. La institución no cuenta con los datos de cuántas personas fueron deportadas antes de esa fecha, porque hasta el 22 de agosto pudieron instalar controles migratorios, según su vocera, Alejandra Mena.

RP: Tomando en cuenta que hay leyes que amparan a los migrantes ¿Son legales las deportaciones exprés que realiza Estados Unidos?

 PML: Depende a qué ley y normas uno se refiere. Hay procedimientos de deportación en una situación normal. En ese procedimiento, cuando la persona es detenida en EE.UU. y no tiene documentación para poder permanecer en el país, entra en un proceso de deportación.

En un determinado momento le tienen que preguntar a la persona si quiere salir voluntariamente o no del país, al final de cuentas no cambia nada, si por fuerza o voluntariamente te van a deportar. Pero tu declaras si quieres o no. Tengo entendido que esto no se está haciendo con quienes están siendo deportadas. No están siguiendo esos procedimientos.

Una de las formas para llamarlo es deportaciones rápidas. ¿Cuál es la justificación que el Gobierno de Estados Unidos da para poder saltar estos procedimientos? Se utiliza el título 42, que fue puesto en la administración de Trump y se esperaba que Biden no lo utilizará, pero al final de cuentas lo está utilizando.

¿Qué es lo que hace el Título 42? Declara que la justificación se debe a una cuestión de emergencia sanitaria, podemos modificar los procedimientos, ahora se utiliza el hecho de que los contagios por la variante Delta, el aumento de los casos etc., para decir “todavía sigue la situación de emergencia en EE.UU. por lo cual podemos brincar y pasar determinados procedimientos que generalmente se hacen en una deportación”.

¿Qué pasa con los derechos de las personas? Depende, cuando hablamos de derecho, los derechos humanos son convenciones de ley internacional, cada país decide como actuar frente a la ley internacional. Sabemos que tanto México como Estados Unidos reconocen el estatus de refugiado, quiere decir que reconocen la convención, debería respetar determinados procedimientos, que es lo que no se está haciendo desde el punto vista internacional.

Foto: Pastoral Movilidad Humana

La ley internacional, hasta cierto punto, dependerá de la soberanía nacional y la ley nacional dentro de un país. Eso no vale solo para EE.UU. ¿Qué pasa con la violación de ese derecho, frente a otro derecho? Es un derecho frente a otro derecho. La justificación de EE.UU. para este tipo de deportaciones es: “nosotros tenemos derecho a salvaguardar el bien de la población del país, por lo tanto justificamos este tipo de deportaciones rápidas, legitimadas por un derecho de cuidar la población interna. Entonces puedo pasar encima de otros derechos”. Por eso digo, depende de qué punto de vista se pone. Yo estoy de acuerdo que al final de cuentas están violando los derechos, suena más a una excusa que a otra cosa.

Ayer alguien me preguntaba qué se puede decir sobre la doble moral, tanto de EE.UU. como de México. Nos preocupamos un montón ahora por los refugiados de Afganistán y estamos prácticamente agarrando a patadas a los centroamericanos.

¿Cuál es la diferencia entre la dignidad humana de una persona y otra?  Claro que no hay. Todo está piloteado por otro tipo de intereses y de visibilidad. En EE.UU. a todos les conviene ser muy amables y humanitarios con los refugiados, sobre todo para México, pero probablemente hay intereses por los que no les conviene recibir y reconocer todos los derechos y hacer todos los esfuerzos posibles para salvar más personas posibles del régimen talibán.

Pero aquí, en este lado, podemos hacer cualquier cosa y pasar encima de cualquier derecho, no importa que sean mujeres, niños de dos o tres años o de hasta meses, los deporto así en las condiciones en la que los estoy deportando, no me importa nada de COVID y nada de eso.

Hay una doble actitud, una doble moral y como consecuencia hay una violación de una serie de derechos.

RP: ¿Cuál es el interés de Estados Unidos de deportar a los migrantes centroamericanos en una frontera que no es habitual?

 PML: Aún reconociendo el derecho a la seguridad nacional y sanitaria de EE.UU., que justifica esas deportaciones, no habría necesidad de que fueran hechas de esta forma.

¿Por qué salir de McAllen, Texas y por qué no de otro aeropuerto como el del Paso o de otros lugares donde hay mucha más infraestructura? ¿Por qué llevarlos hasta Villa Hermosa y dejarlos en El Ceibo, cuando podrían dejarlos en Tapachula para que lleguen a Tecún Umán? Donde hay más infraestructura, por la trayectoria de migración mucho más grande que ocurre en ese lugar.

Foto: Pastoral Movilidad Humana

Además de la Casa del Migrante, Scalibriniana, a la cual pertenezco como congregación, las oficinas de atención al migrante que tenemos en Tecún Umán, existe un centro para retornados del Gobierno de Guatemala. Y también el punto de vista de transporte, sería mucho más fácil transportar y tener posibilidades de movimiento ahí y muchos lugares, y más infraestructura como región, en lugar de Petén.

¿A qué voy? Desde el comienzo del proceso de deportación en EE.UU. hasta Guatemala, todo está calculado para que haya la menos visibilidad posible.

Y ello implica, -como padre, como punto de vista de Iglesia, me preocupa la vida de las personas-, una experiencia mucho más pesada, más humillante.

No se trata solo de cansancio físico, también es una cuestión de humillación. Se le está diciendo a muchos migrantes que suban al avión y luego a los buses, se supone que es para llevarlos a un lugar donde probablemente deberían comenzar un proceso para solicitar asilo, cosa que no es así, es una mentira. Pero es una mentira para que accedan tanto para subir al avión como para subir a los buses después.

No hay ningún tipo de posibilidad para permitir que en buses con capacidad para 48 personas estén subiendo casi a 90 personas. ¿Dónde quedó, (aparte de que el avión también estaba lleno) el mínimo de preocupación humana, de decencia, en cuanto a la cuestión del COVID-19? Están manifestando de muchas formas que no les importa prácticamente nada. ¿Por qué deportarlos de este lado y no por otro? Ese es el motivo.

Como se está haciendo de una forma que no toma en cuenta ningún tipo de derecho, para tener menos presión en contra, necesitamos encontrar la forma de hacerlo lo menos visible posible.

RP: ¿El Gobierno de Guatemala, México y Estados Unidos están ayudando a estas personas para un retorno asistido a sus lugares de origen? ¿O identifican que hay una remigración?

 PML: Hay un cierto porcentaje, no podría decir qué tanto, pero varias de estas personas tratan de volver hacia el norte. Cuando se dan cuenta dónde están, dónde los dejaron y que tan lejos están de sus casas, entre sufrir para llegar hasta la casa e intentar otra vez, creo que hay muchas personas que buscan lugares ciegos para intentar cruzar de nuevo e ir hacia el norte otra vez.

Foto: Pastoral Movilidad Humana

En cuanto a la aportación o ayuda que están teniendo los gobiernos, la actitud de México y EE.UU. la hemos dicho. En el caso de Guatemala apenas hoy (25 de agosto) Conamigua ha proporcionado tres buses para llevar hondureños hasta la frontera de Corinto.

Estas deportaciones diarias, esta situación de emergencia comenzó el 5 de agosto.

Hoy estamos a 25 de agosto, es la primera vez que un organismo del Gobierno ofrece una respuesta, aunque haya sido para ayudar a regresar a su frontera a ciudadanos hondureños. Pero por lo menos, eso es el primer gesto, primera acción por parte de Conamigua, después de 20 días.

RP: ¿Quiénes se benefician de esta situación? ¿Los gobiernos, el coyotaje o el crimen organizado?

 PML: Más que quién se beneficia, es quién es más perjudicado. Me da pena, porque es triste que pase esto. Estamos hablando de vidas humanas que no tienen menos dignidad que la mía.

Se está aprovechando de la vulnerabilidad y necesidad de estas personas. Este tipo de deportación para Estados Unidos es para quitarse presión en la frontera, se sabe que tanto el sistema de recepción de los procesos para refugiados tanto para Estados Unidos como en México, en los eventos recientes, están rebasados. Las solicitudes no están dando abasto para poder responder, se están atrasando, los tiempos están atrasadísimos.

Por eso las personas que están siendo deportadas estos días de esta forma, a nadie se le está ofreciendo la oportunidad de solicitar (asilo).

Ni Estados Unidos ni en México. Quién saca ventaja de esto, es para quitarse presión. ¿Lo deporté de manera correcta, justa o no? Pues ya está, ya lo hicimos, no están más en la frontera de México, Estados Unidos, están en Guatemala, para comenzar.

Otro aspecto importante es que un gran porcentaje de las personas que están siendo deportadas son guatemaltecas. Se necesitaron 20 días para que alguien del gobierno aparezca y diga, estamos aquí para hacer algo.

La idea general es que el gobierno no está haciendo nada, porque todos son hondureños. En realidad no es así.

Estuve el miércoles pasado en la Casa del Migrante Belén, ayudé a registrar a personas que estaban entrando a la casa para ser hospedadas. Al final durmieron ahí más de 160 personas, de las cuales más del 50 por ciento eran guatemaltecos.

Si en este caso el gobierno pudiera decir, no es mi responsabilidad porque no son ciudadanos, la pregunta sería ¿y todos los demás? Tampoco han recibido nada. Muchos de los que llegaban ahí venían de Huehuetenango, por ejemplo. Estamos hablando de núcleos familiares, mujeres, niños, ¿Cómo hacen para regresar a su casa de El Ceibo? Huehuetenango no está como a una hora. Y no hay apoyo, la Casa del Migrante Belén, de la Pastoral de Movilidad Humana, a la cual pertenece está ahí, podemos hacer algo, pero no tenemos capacidad de poder responder a todo eso.

*El pasado 2 de agosto, la autoridad migratoria informó que el Ministerio de Relaciones Exteriores le notificó que se llegaron a acuerdos con México para que las personas hondureñas fueran retornadas a través del Centro de Recepción de Tecún Umán en San Marcos y la Fuerza Aérea Guatemalteca.

El 2 de septiembre llegó el primer vuelo de retornados, proveniente de McAllen, Texas, con 132 guatemaltecos.

La Procuraduría de Derechos Humanos hizo una verificación en el punto fronterizo de El Ceibo, el pasado 2 de septiembre, y constató que no hay presencia de instituciones públicas brindando asistencia humanitaria. Las únicas que están dando apoyo son la Casa del Migrante, Oxfam, la Cruz Roja, el Refugio de la Niñez y Plan Internacional.

Otro de los hallazgos es que los migrantes esperan unas seis horas para pasar de la frontera del lado mexicano a Guatemala, lo cual califica de inhumano porque se encuentran niños que vienen con hambre y algunos con problemas de salud.

También se reportó una amenaza de algunas estructuras del narcotráfico, lo que generó temor en el personal del la SAT, de Migración y otras instituciones que se encuentran en esa frontera.

“Hay una ausencia muy preocupante del Estado guatemalteco, especialmente en el área de Salud, solo hay un auxiliar de enfermería, no hay presencia de médicos, estamos viviendo una pandemia”, señaló el Procurador Jordán Rodas.

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