Créditos: Congreso de la Republica
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Por Francisco Simón Francisco

Después de varias horas de discusión y tensión, con negociación entre llamadas telefónicas y coacción para aprobar un nuevo estado de calamidad, finalmente se rechazó con 81 votos en el Congreso de la República, alrededor de las 23 horas de este lunes 6 de septiembre. Con ello, quedan sin vigencia las medidas restrictas impuestas por el presidente, Alejandro Giammattei.

Aprobar, modificar o reprobar, el decreto 08-2021 en tercera lectura, fue el único punto de la agenda legislativa programada para la tarde de este lunes por los diputados del Congreso.

Como ha sido habitual, los diputados aliados al partido oficialista fueron tan puntuales en el pleno del Congreso, buscaban aprobar un nuevo estado de calamidad presentado por el Ejecutivo, que contenía medidas para contener la pandemia y varios artículos para hacer compras sin candados, que a criterio de varios legisladores era un mecanismo creado por el presidente, Giammattei, para cometer actos de corrupción y gestionar complacencias políticas.

Este decretó fue sometido a votación en el pleno, sin embargo, los diputados aliados al gobierno no contaban con los votos necesarios para aprobarlo. El presidente del Congreso, Allan Rodríguez otorgó un tiempo no habitual que superó la hora para conseguir los votos. Al principio solo contaban con 57 votos, luego el número aumentó a 68 y finalmente la aprobación del decreto nunca llegó, se quedó en el camino con 77 votos.

Ante esta actitud reprochable del diputado Rodríguez, Aldo Dávila junto a otros congresistas denunció en su cuenta personal en la red social de Facebook, el abuso de poder del oficialismo ante la cerca de 240 mil guatemaltecos que observaban como el presidente del Congreso realizaba llamada tras llamada, en una evidente compra de voluntades para conseguir los votos necesarios. La Junta Directiva se excedió con el tiempo de votación y se negaba a cerrar el procedimiento, ante la insistencia de la mayoría de los diputados de la oposición, quienes denunciaron que las acciones del presidente, Allan Rodríguez “son las más descaradas”, en la compra de votos, que ha realizado en su período.

“No les importa la COVID-19, les importa el dinero y la corrupción”, gritaban los diputados y simultáneamente exigían el “cierre de la votación”.

Mientras, en redes sociales el rechazo de la población se centró en Allan Rodríguez, presidente del Congreso:

“Después de una hora, Allan Rodríguez y su intento de comprar 81 votos, ha fracasado. No se aprobó el Estado de Calamidad”.

“No más estado de calamidad, no al gobierno corrupto de Giammattei, queremos vacunas”, fueron las exigencias de la sociedad.

La cuenta personal del diputado, Aldo Dávila en Facebook fue el medio de comunicación que utilizó para la población para mantenerse informado sobre lo que ocurría en el Congreso, respecto al estado de calamidad, la cuenta del diputado rebasó su capacidad y superó las 239 mil personas que se conectaron para ver qué era lo ocurría en el Congreso.

Ante los votos insuficientes, el presidente Alejandro Giammattei volvió a recibir un segundo golpe en su intento por imponer medidas antidemocráticas para contener el mal manejo de la pandemia durante su gestión, apoyándose de la Ley de Orden Público para limitar derechos sociales y colectivos.

La aprobación de ese estado de calamidad se realizó con una votación de las más escandalosas que ha habido en la gestión de una Junta Directiva del Congreso, alineada a los intereses políticos del Organismo Ejecutivo. Esto demuestra las formas de como algunos funcionarios mantienen impunidad y corrupción en las instituciones del gobierno, así como la cooptación de los sistemas de gobernanza y de justicia para beneficiarse a nivel personal.

Sin embargo, para reprobar, también se necesitaba de 81 votos, según una resolución arbitraria dictada por la Corte de la Constitucionalidad (CC). Los diputados aliados al presidente Giammattei, ante la desesperación y el fracaso de un proyecto que les traería beneficios políticos, decidieron desmarcarse en el tablero y no garantizar el quórum para que se conozca la improbación de ese anhelado decreto de calamidad. Buscaron con esto bloquear la discusión y que el estado de calamidad se mantuviera vigente por un tiempo indefinido.

En dos ocasiones, el diputado Allan Rodríguez bloqueó la votación de los diputados para improbar el estado de calamidad, de forma inmediata cerró la votación en el momento que faltaba un voto para improbarlo. Hasta que, con la presión de la mayoría de los congresistas accedió a retomar la reprobación del decreto del estado de calamidad.

Finalmente, los diputados de la oposición entre aplausos y gritos declararon al presidente Giammattei, el fracaso de su gobierno ante el mal manejo de la pandemia que ha cobrado hasta la fecha, la vida de más de 12 mil guatemaltecos y con más de 5 mil casos activos registrados diariamente. Sumado a esto, la falta de vacunas para la población.

El Procurador de los Derechos Humanos (PDH), Jordán Rodas se pronunció en redes sociales por lo ocurrido en el Congreso, indicando que la segunda derrota del presidente, Giammattei es la muestra de la falta de confianza que existe en su gestión como mandatario, frente a la pandemia y sugirió al presidente que “por el bien de la población y ante la pandemia, evalúe qué tan conveniente es permanecer en el cargo”.

En ese mismo sentido, la exfiscal y jefa del Ministerio Público, Thelma Andana, también se pronunció en redes sociales y propuso declarar al presidente del Congreso, Allan Rodríguez como “enemigo del pueblo” ante una actitud misógina, racista y desigual que asumió este lunes, al pretender aprobar un estado de calamidad sin el apoyo de varios bloques de bancadas opositoras al gobierno central.

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