Guatemala frente al cambio climático: se construye vulnerabilidad en lugar de reducirla

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Créditos: Elías Oxom.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Lourdes Álvarez

Además del calentamiento global acelerado y probablemente muy difícil de regular en los próximos años, el cambio climático también intensifica el ciclo hidrológico y esto conlleva a una mayor intensidad de las precipitaciones y las inundaciones asociadas, así como a sequías más intensas en muchas regiones, esto como parte de las conclusiones del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado este lunes 9 de agosto.

Como país, Guatemala se encuentra entre los países más vulnerables al cambio climático. “Durante los últimos 50 años se ha estado construyendo vulnerabilidad y en lugar de reducirse el riesgo, se han incrementado. El país enfrenta dos escenarios: sequías e inundaciones. Hemos visto que en los últimos diez años, todo se ha agudizado, con el incremento de temperaturas, tormentas”, expresó la bióloga Ana González.

Este tipo de fenómenos y la magnitud de su devastación quedaron en evidencia recientemente, cuando las tormentas Eta y Iota, a finales del 2020, afectaron gravemente a las comunidades y personas que se encuentran en situación de alta vulnerabilidad, con inequidad en el acceso a los servicios básicos, de salud, educación, alimentación en diversas regiones del país.

Durante las tormentas, lugares como Quejá, en San Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, pasaron de ser municipios a camposantos. En ese lugar se declaró de manera oficial que 8 personas fallecieron, 4 quedaron heridas y 50 desaparecidas bajo toneladas de tierra que cayeron del cerro.

En Campur, del municipio de San Pedro de Carchá en Alta Verapaz, según la publicación “La fuerza de Ha’ arrasó Campur desde el suelo”, de los periodistas Elías Oxom y Andina Ayala para Prensa Comunitaria, durante las tormentas Eta y Iota “el exceso de agua que brotó de la tierra significó escasez de agua potable. Los damnificados tuvieron que recurrir a los nacimientos aledaños a Campur y a las vecinas aldeas Birmania, Chamuxuj y Setaña, que se ubican a tres, cinco y siete kilómetros cada uno. Los habitantes se organizaron en grupos de 10 familias para transportar agua en toneles”.

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https://www.prensacomunitaria.org/reportaje_especial/la-fuerza-de-ha-arraso-campur-desde-el-suelo

En comunidades como Pico de Oro, Petén, César Martínez comentó que durante las tormentas “Como el río -Salinas- iba creciendo… solamente por una ventana sacamos unos costales de maíz, ya cuando le estaba llegando el agua. Un concuño mío me hizo favor de llevarlos a un montículo, para que no se me fueran a mojar”, según el reportaje Pico de Oro: una isla cercada por agua y palma de aceite en Petén, de los periodistas Paolina Albani y Carlos Choc.

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Pico de Oro: una isla cercada por agua y palma de aceite en Petén

Con la llegada de las tormentas, en Trapichitos, una de las 54 aldeas del pueblo Ixil del municipio de Nebaj, la población tuvo que salir de sus casas únicamente con lo que tenían puesto, algunas familias perdieron sus viviendas y otras más perdieron sus tierras cultivadas. Entre el lodo y los escombros iban sus alimentos. Ni los árboles más fuertes soportaron la fuerza del agua, según la publicación Trapichitos: un pueblo Ixil que sobrevivió al fuego y al agua, de los periodistas Diego Petzey y Nelton Rivera.

Trapichitos: un pueblo Ixil que sobrevivió al fuego y al agua

Se construye vulnerabilidad, en lugar de reducirla

En el informe del IPCC, el grupo de científicos indicó que “están observando cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto. Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios”.

Se añade que “en el informe se ofrecen nuevas estimaciones sobre las probabilidades de sobrepasar el nivel de calentamiento global de 1,5 ºC en las próximas décadas, y se concluye que, a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, limitar el calentamiento a cerca de 1,5 ºC o incluso a 2 ºC será un objetivo inalcanzable”.

Para González, si bien Guatemala no es un emisor directo de gases de efecto invernadero, no al menos uno importante como otros países desarrollados que son los principales emisores, a nivel global y local, debe superarse la falta de voluntad política para poder hacerle frente a la problemática.

“A nivel global, la corrupción sí tiene que ver con el incremento del cambio climático, debido a que vivimos en un sistema económico que lo promueve. Desde hace más de 40 años se están haciendo llamados urgentes sobre el planeta, pero esos esfuerzos no se han hecho. A muchas empresas no les convienen algunos cambios, porque significa inversión económica”, indicó la entrevistada.

La corrupción imperante en el país tampoco permite avances. “Hay esfuerzos que se han hecho desde hace años, yo he participado en esos esfuerzos para reducir la vulnerabilidad, pero aún así, se quedan estancados los procesos. Falta bastante voluntad política para salir de esto, mitigando algunos efectos y dándole la atención como país”.

A criterio de González, es importante que a nivel nacional se atiendan los programas para reducir la pobreza, porque se ha evidenciado que mientras exista mayor índice de este flagelo en las poblaciones, existirá mayor vulnerabilidad. “Los esfuerzos se deben concretar y trabajar porque las personas tengan acceso a una vida digna, por el respeto por los sistemas naturales, los ecosistemas, y poner atención al aumento de la frontera agrícola con monocultivos, como el de palma africana, que también incrementan la vulnerabilidad”.

 

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