Créditos: Miguel Ángel Sandoval
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Por Miguel Ángel Sandoval

       ¿Cambiarán de aliados o seguirán con los mismos?

La semana próxima, Kamala Harris desembarca en Guatemala. A diferencia del cuento de Sergio Ramírez, “A Jackie con el corazón” la oligarquía no está tan contenta con la visita de la vicepresidenta. Hay razones. La principal es que Kamala ha dicho a quien le quiera escuchar que la corrupción la tiene fatigada, hasta el gorro pues. Por eso se reunió con varias fiscales o juezas que critican desayuno, almuerzo y cena, a los del llamado pacto de corruptos. Guatemala es el trampolín de la coca hacia el norte. Es, además, el paso obligado de los miles de migrantes, chinos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, árabes, africanos, y de donde sea. Y esto tiene que parar.

Y estos temas tienen que ver con la corrupción de nuestro paisito. Los datos los conocen muy bien. Saben de funcionarios de primer, segundo y tercer nivel que andan del brazo y por la calle con el narcotráfico; conocen de las fincas que son aeropuertos con licencia, se saben de memoria los pasos ciegos en las fronteras. Saben del desfalco de los fondos públicos, en especial del presupuesto. Y claro, esto los tiene hasta la coronilla.  En especial porque todo recala en los EEUU, sea la coca, la mariguana, los migrantes, el tráfico de personas, y ojo, los posibles terroristas de otras latitudes. Hay la idea que la corrupción engendra migrantes. Y en verdad tienen razón.

Por ello para los EEUU lo que pasa o deja de pasar en nuestro país, es un asunto de seguridad nacional para su territorio y no un tema de cómo se cocina el tema de la democracia en nuestros países. Eso finalmente es un asunto de los chapines, no algo que les quite el sueño. Cuando pierden un poco el apetito, tampoco exageremos, es cuando la llamada democracia da lugar a los fenómenos descritos. Es entonces que aparecen con nitidez los intereses de los EEUU. No antes.  

El punto es que estamos en esa situación. El mal gobierno y la corrupción les han dado rienda suelta a los temas señalados. Por ello la urgencia de un nuevo gobierno para atender su patio trasero. Saben que se encuentran ante una situación de demolición democrática que, para su mala suerte, expulsa sus miserias a los EEUU. Eso es lo que les preocupa.  Es un tema que no espera, o que no espera mucho, menos de manera indefinida.

Con el cuadro descrito, lo que no saben o no alcanzan a entender con claridad, es cuales son los aliados con los que pueden contar para tratar de enderezar el rumbo de las cosas. En especial porque saben que los aliados de toda la vida y los beneficiarios de todo el sistema apoyado, permitido, armado, financiado, son los que llevaron el país al desastre actual. 

Ahora el tema es la urgencia de cambiar, ¿Pero para dónde? ¿Y con quiénes? Menudo problema para un país que quiere soluciones al cash. y eso como vemos, no es posible en la Guatemala actual, con el gobierno actual. Salvo que estén dispuestos a apoyar movimientos de ruptura, con claras ideas de cambio. Si ese es el caso, pues habría que ponerse a trabajar. De lo contrario, que sea una visita de estado más.

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