El “Recibimiento de las Candelas”, en San Juan Ixcoy, una muestra de sincretismo religioso

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Créditos: David Diego Marcos.
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por David Diego Marcos

Las autoridades ancestrales de San Juan Ixcoy, Huehuetenango, realizaron el denominado “Recibimiento de las Candelas”, que se acostumbra todos los años, previo a la feria titular en honor a San Juan Bautista y que al mismo tiempo se interrelaciona con la celebración del solsticio de primavera.

Previo a la llegada de los españoles prevalecían los rituales sagrados correspondientes al solsticio de primavera. Para los ancestros mayas eran fechas en las que podían determinar, a través del sol, el inicio de la temporada de lluvias y las sequías, para sembrar y cosechar sus alimentos.

Los antiguos mayas crearon un calendario para llevar la cuenta del tiempo y lograron establecer la duración de cada  puesta del sol, nombrándolos solsticio de primavera, el día más largo, y solsticio de invierno, el día más corto. En muchas comunidades se realizaban importantes ceremonias y plegarias de Saq’Q’ij.

Sin embargo, con la invasión española, se impuso la espiritualidad cristiana y los rituales eran dirigidos al apóstol San Juan, el 22 de junio, pero, para los pueblos, en realidad era una rogativa al sol. Se compaginaron así, en sincretismo religioso, dos creencias.

Este 13 de junio, las autoridades ancestrales de San Juan Ixcoy recibieron las candelas procedentes de territorio maya Quiché de Quetzaltenango.

Para esta actividad se realiza una colecta para los gastos en los que se incurre al comprar las candelas, que son recibidas con tambores, chirimía e incienso por parte de las autoridades ancestrales. Posteriormente se encaminan a la casa ceremonial maya, para reposar y resguardar las candelas. Una parte de ellas se quedan y son utilizadas en la casa ceremonial, en tanto que el resto se llevan a la iglesia católica, para el uso correspondiente, antes de la feria titular.

Los mayas Q’anjob’ales que habitaban estas tierras celebraban el solsticio de verano cada 22 de junio. Para ello se designaba una embajada que viajaba al reino Quiché, para adquirir candelas hechas a base de cera de abejas, recolectada en Suchitepéquez, Retalhuleu, San Marcos y Quetzaltenango.

Las autoridades ancestrales rezaban durante 20 días antes del 22 de junio y 20 días después, para luego encaminar las velas a donde corresponde a la celebración del solsticio de primavera, relató Saturnino Figueroa, coordinador del Gobierno Plurinacional.

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