Solo para desmemoridos ¿Por qué Foppa?

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Créditos: Miguel Ángel Sandoval
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Miguel Ángel Sandoval

“primera vez en la historia del país que la oligarquía fue obligada a pagar”

En 2016 Foppa fue nombrado director de la SAT, cuando veníamos de las movilizaciones de 2015 y el país, particularmente su sociedad, quería hacer cosas nuevas, luchar contra la impunidad en todos los terrenos. Es en ese contexto que Solórzano Foppa llega a la dirección de la SAT. Poco antes había sido uno de los investigadores del MP en el caso la Línea. En otras palabras, si sabía de qué se trataba la evasión de impuestos, las coimas, los arreglos en la SAT.

De pronto un día, nos frotamos los ojos al ver las noticias que traían los periódicos. Con la ley en la mano, y haciendo su trabajo, el director de la SAT le dijo a una serie de empresarios que tenían impuestos pendientes por pagar y les pidió que pagaran, y si lo hacían rápido mejor. En una palabra, por primera vez en la historia de la SAT se cobraba, judicialmente incluso, a los dueños de la finca los impuestos no pagados. Es la figura conocida de un rayo en cielo sereno.

Acto seguido se formó la de San Quintín. Aceros de Guatemala fue obligada a pagar unos 800 millones de quetzales. Todo por impuestos no pagados. Por evasión fiscal. A continuación, el turno de los hoteles camino real. En este caso fue alrededor de unos 150 millones, con el agravante que se encontraron decenas de empresas de cartón que hacían difícil el rastreo de los impuestos no pagados.

Por si fuera poco, solo con estas dos empresas que iniciaron la lista de evasores, se puso en trapos menores a un expresidente el CACIF, a una de las familias de la más rancia oligarquía, que mansitos tuvieron que llegar y hacer efectiva la deuda con el fisco. Adelante fue el turno de Energuate que fue señalada por evasión y fraude fiscal. Pago unos 150 millones de quetzales. Luego cañeros y palmeros.

Como escribí en esos días, era la primera vez en la historia del país que la oligarquía era obligada a pagar, pero, sobre todo, se cayó el discurso que durante años habían regado en la sociedad guatemalteca: nosotros pagamos impuestos. La gente es la que no paga, etc. Todos los datos están en “Recuperar la política o perder el país”, libro de mi autoría, que daba cuenta de algunas reformas que en 2016 tenían lugar.

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