Créditos: Nelton Rivera
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Por Nelton Rivera y Diego Petzey

Cinco meses después de los daños provocados por las lluvias durante las dos tormentas Eta y Iota, 19 familias indígenas de la aldea Tzibanay en San Juan Cotzal, Quiché, siguen esperando que las autoridades municipales o del gobierno central les den un nuevo lugar para trasladar la aldea, pues la gente tiene el temor de que la tierra continúe deslizándose.

Las familias viven posando en casas de personas solidarias en la aldea El Pinal, que están montaña arriba, otras decidieron migrar. Entre noviembre de 2020, el cauce de los ríos creció y se desbordó, además de provocar deslaves.

Tzibanay fue construida en la parte alta de la montaña. Debido a la intensidad de agua acumulada por las lluvias, la ladera del cerro se deslizó llevándose varias casas; en el deslave murió Feliciana Bernal Raymundo, madre de tres hijos, la única muerte registrada en esta comunidad durante las tormentas, en 2020.

Eta impactó durante los primeros días de noviembre; a partir del 17 de ese mismo mes inició Iota. Los meses pasaron y a pesar de que en diciembre de 2020 el presidente Alejandro Giammattei ofreció ayuda económica para la reconstrucción por los daños de las tormentas, nunca llegó. La gente tiene un sentimiento de abandono y desprotección, afirmó Pedro Tiu Sibalan, alcalde auxiliar de la comunidad.

“Antes de la tormenta estábamos bien en donde vivimos, estábamos contentos”, afirmó Tiu Sibalan.

Pedro Tiu Sibalan alcalde auxiliar de la comunidad Tzibanay en San Juan Cotzal. Foto Nelton Rivera

La tragedia en la aldea Tzibanay

Tiu Sibalan, de 56 años, casado con Candelaria Pastor, con quien procreó siete hijos, jamás había presenciado un fenómeno natural parecido a Eta y Iota; con la tragedia su hijo mayor quedó viudo, su nuera murió soterrada durante la tormenta Iota. En la comunidad predomina la agricultura, siembran maíz y frijol para mantener a sus familias.

A decir del alcalde auxiliar, la aldea soportó las primeras lluvias de la tormenta Eta; al inicio solo dañó la carretera comunitaria de terracería que comunica con San Juan Cotzal, pero con la entrada de Iota la preocupación por tanta agua alertó a las familias.

Con la llegada de la segunda tormenta, ya no lo soportamos; la lluvia fue peor; fue necesario que se reunieran en la escuela, donde decidieron dónde ubicarse, ya que el río Cotzal estaba crecido, “había agua por todos lados, incluso por debajo de las casas”, recordó Tiu Sibalan.

Según cuenta, estuvieron dos noches viviendo en la montaña, se quedaron entre los cafetales, ahí levantaron covachas improvisadas con plástico y pasaron todas esas horas completamente mojados. Los niños estaban aterrados, los adultos para tranquilizarlos los agarraban de las manos y a otros los mantuvieron cargados. La falta de comida hizo que Feliciana, madre de tres de los nietos del alcalde auxiliar, decidiera regresar a la casa por alimentos, cuando el cerro se derrumbó.

“Fue la gente de la comunidad de Santa Avelina la que llegó a ayudarnos, pero ya había fallecido mi nuera”, afirmó.

Comunidad Tzibanay en San Juan Cotzal. Foto Nelton Rviera

 

La necesidad de trasladar a la aldea

Para el alcalde auxiliar, es necesario que las autoridades les brinden un lugar dónde puedan vivir, porque con el inicio de las lluvias “el corazón siente como si fuera otra vez que regresó la tormenta”, dijo.

La familia de Tiu Sibalan le pide salir de la aldea, pero sin dinero no pueden comprar tierra en otro lugar. Lo único que tienen es una parcela. Cada familia tiene la misma presión. La comunidad se reúne con frecuencia porque continúan en la búsqueda de un nuevo terreno, así como de un fondo económico que no les cobre intereses, para comprar otro terreno.

Con lo ocurrido durante las tormentas, Jacinto Sambrano Medina, alcalde de San Juan Cotzal, se comprometió a comprarles un terreno de 30 cuerdas. La comunidad encontró un lugar y le llevaron la propuesta. Sin embargo, Sambrano Medina se negó, argumentando que no está autorizada la compra de tierras.

“Pido que las autoridades piensen en la gente, que se preocupen por los pobres de estas comunidades, el presidente, el gobernador departamental o el alcalde municipal, que cumplan con la compra del terreno para trasladar a la comunidad, pero con los criterios de la comunidad. Somos guatemaltecos y no hay igualdad, debe acabarse la política para que no se queden en los gobiernos municipales, debe de haber igualdad en Guatemala, si no la hay no hay paz”, destacó Tiu Sibalan.

Comunidad Tzibanay en San Juan Cotzal. Foto Nelton Rviera

La respuesta estatal

Con la noticia del derrumbe llegaron representantes de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastre (CONRED), de la municipalidad de Cotzal, los bomberos de Quiché organizaron a las familias de varias aldeas para desalojar el área, las familias de Tzibanay salieron por el puente Xicosh que fue destruido por la fuerza del río Cotzal, la escuela de la aldea Santa Avelina les sirvió de albergue durante 20 días.

“La comida no nos hizo falta, fue la misma gente de la comunidad de Santa Avelina la que se organizó a través de la iglesia; también ayudaron los hermanos que están en los Estados Unidos, ellos vieron las noticias de lo que había ocurrido y decidieron ayudar. Lo que sí nos dijeron fue que el alcalde pagó a las cocineras durante los 20 días para la preparación de los alimentos, pero sinceramente no puedo asegurar que así haya sido”, relató el alcalde auxiliar.

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Teresa Sambrano damnificada de las tormentas Eta y Iota de la comunidad Tzibanay en San Juan Cotzal.

Migración

Algunas de las 19 familias que integran la aldea decidieron migrar por necesidad, otras viven en las aldeas cercanas. Tiu Sibalan cuenta que tiene a tres de sus familiares viviendo en Santa Avelina, “ellos ya no quieren regresar por el miedo, además no tenemos camino a la aldea, tenemos que subir casi gateando cuando salimos al pueblo a comprar nuestras cositas”, dijo.

El puente de la carretera fue destruido por la fuerza del río; en su lugar el ejército instaló un puente Bailey, los trabajos comenzaron el 5 de febrero de 2021, este puente está en la entrada de la Santa Avelina en dirección a San Juan Cotzal y comunica a la aldea Tzibanay, El Pinal en dirección a la hidroeléctrica Palo Viejo y a la finca San Francisco.

Nadie los alertó sobre los riesgos que podrían pasar con las dos tormentas. La Conred local o el personal de la municipalidad debieron informar a las comunidades y aldeas del municipio del impacto de las tormentas, pero esto no ocurrió. “Allá arriba nadie nos visita, solo lo hacen cuando es tiempo de elecciones”, expresó.

Un mes después el presidente llegó al municipio vecino de Chajul; los medios locales cubrieron la visita el 12 de noviembre. En su intervención Giammattei ofreció ayuda para las familias afectadas, dos días después un video publicado en las redes sociales denunció como el partido Vamos, con sede en Cotzal, tomó la ayuda humanitaria y la guardó en una bodega. Un día antes de la visita de Giammattei, el Congreso de la República asignó Q600 millones para atender los daños, informó El Periódico, ni un quetzal de esos recursos llegaron a Tzibanay.

En la comunidad Tzibanay en San Juan Cotzal resultaron damnificadas 19 familias. Foto Nelton Rivera
https://www.youtube.com/watch?v=Fu60ItY9QpI
María Bernal Raymundo damnificada de las tormentas Eta y Iota de la comunidad Tzibanay en San Juan Cotzal.

¿Cómo surgió la aldea?

“La tierra que tenemos la ganamos con nuestro trabajo; se la ganamos a la finca San Francisco de San Juan Cotzal, esto se logró con nuestro tiempo como trabajadores del café, fuimos mozos colonos y nuestras generaciones anteriores también lo fueron, ahí pasamos la guerra”, afirmó Tiu Sibalan.

La aldea está rodeada por dos ríos, en la parte baja en dónde se encuentran, la empresa italiana, Enel Green Power, toma el agua del río Cotzal, la introduce en canales de concreto y lo desvía a través de tubos en dirección a la central hidroeléctrica Palo Viejo.

El lugar en donde se fundó la aldea era parte de la finca San Francisco, y fue parcelada en 2001; así llegaron las familias y se asentaron en este lugar. Se ubica frente a la aldea El Pinal -del otro lado del río Cotzal- a unos 30 minutos de distancia de San Juan Cotzal y a 270 kilómetros de la ciudad capital.

Bernardo cuenta que nació en el interior de la finca; su padre y su abuelo fueron mozos colonos y trabajaron en el cultivo de café para la finca San Francisco, propiedad de Pedro Brol. En un texto publicado en Plaza Pública se describe que los Brol se caracterizan por ser familia de terratenientes con una larga historia ligada a la contrainsurgencia y al despojo de la tierra comunal del pueblo Ixil en San Juan Cotzal, además de la explotación laboral de mujeres y niños en el cultivo de café.

La finca comprende 315 caballerías o 141 kilómetros cuadrados de extensión. Por un lado están los Brol que se convirtieron en aliados de la empresa italiana Enel y por otro la familia Arenas con la finca La Perla, propiedad de José Luis Arenas, conocido como “El Tigre de Ixcán”, asesinado por la guerrilla. En la finca San Francisco durante la guerra se instaló un destacamento militar, el ejército realizó operaciones en contra de la población civil y en ese lugar se cometieron graves delitos contra los ixiles.

La aldea vecina llamada Santa Avelina fue una aldea modelo; el informe Recuperación de la Memoria Histórica REMHI da cuenta de cómo el ejército formó en Santa Avelina una de las primeras aldeas modelo, ahí concentró a la población Ixil que se desplazó a las montañas por la represión, las masacres y por los enfrentamientos del ejército con la guerrilla. Santa Avelina surgió como una finca cafetalera en el siglo XVIII que colindaba con la finca San Francisco.

La comunidad El Pinal en riesgo

Otro de los deslaves ocurridos durante las tormentas esta en el cerro que se encuentra frente a la comunidad El Pinal, varias familias estuvieron a punto de ser arrastradas por la inmensa cantidad de tierra que corrió en dirección al río Cotzal. Los vecinos de la comunidad afirman que la tierra se sigue moviendo y las familias no puede seguir viviendo en las casas hasta donde llegó la tierra. El Pinal esta del otro lado del río y de la comunidad Tzibanay conectadas solamente por un puente artesanal que fue destruido durante la tormenta ETA.

Comunidad El Pinal en San Juan Cotzal. Foto Nelton Rviera
Comunidad El Pinal, del otro lado del río en la parte alta de la montaña esta la comunidad Tzibanay en San Juan Cotzal. Foto Nelton Rviera

Petro Tiu damnificada de las tormentas Eta y Iota de la comunidad Tzibanay en San Juan Cotzal.

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