Beatifican a 10 #MártiresDelQuiché asesinados durante el conflicto armado interno

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Créditos: Carolina Rendón y Brenda Pineda / ODHAG.
Tiempo de lectura: 5 minutos

Por: Luis Ovalle y Lourdes Álvarez Nájera

Este 23 de abril se realizaron diversas actividades por la beatificación de los 10 #MártiresDelQuiché, entre sacerdotes y catequistas, incluido un niño de solo 12 años, quienes fueron secuestrados, torturados y asesinados entre 1980 y 1990, durante el conflicto armado interno en Guatemala. La ceremonia contó con la asistencia de unas 10 mil personas al Colegio Nuestra Señora del Rosario, en Santa Cruz del Quiché.

Foto: Carolina Rendón y Brenda Pineda / ODHAG.

Entre alegría, cánticos y lágrimas, las personas asistentes conmemoraron y recordaron la vida de los mártires que se enfrentaron a la adversidad y a la brutal represión que se vivió ese departamento del país; también rememoraron a las personas que fueron asesinadas durante las masacres cometidas por el ejército en las incursiones que realizaban a las comunidades de Quiché.

Durante su intervención, Monseñor Rosolino Bianchetti, obispo de la Diócesis de Quiché, mencionó algunos detalles sobre la vida de los sacerdotes españoles y Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, José María Gran Cirera, Faustino Villanueva y Juan Alonso Fernández; además a Rosalío Benito, Reyes Us, Domingo del Barrio, Nicolás Castro, Tomás Ramírez, Miguel Tiú y al niño Juan Barrera Méndez, y señaló que su vida siempre estuvo en peligro y algunos denunciaron que recibían amenazas del ejército por su servicio a Dios y apoyo a las comunidades.

Foto: Carolina Rendón y Brenda Pineda / ODHAG.

Bianchetti dijo que desde el inicio de la misión de los sacerdotes existió un compromiso firme con la defensa de los oprimidos por la violencia que se vivía en Quiché durante la guerra. “El sacerdote José María tenía 35 años cuando fue asesinado y unos días antes escribió “el amigo nunca abandona a sus amigos”, indicó.

Sobre el niño Juan Barrera Méndez, que era conocido como “Juanito”, Bianchetti recordó que se dedicaba a dar catequesis a la niñez de esa región para que pudieran hacer el sacramento de la Primera Comunión, pero fue perseguido, torturado y asesinado, dijo.

Foto: Carolina Rendón y Brenda Pineda / ODHAG.

En una entrevista otorgada previamente a Vatican News, Bianchetti se refirió a las condiciones en las que actualmente siguen viviendo muchas de las comunidades que los mártires de Quiché conocieron, “a estas alturas, en el tercer milenio, todavía hay muchas comunidades sin luz eléctrica, incluso algunas que se encuentran muy cerca de centrales hidroeléctricas. También está el sufrimiento de nuestros migrantes, la mayoría se marcha a Estados Unidos y desde allí contribuyen en la construcción de las sociedades, las escuelas y el desarrollo de las comunidades”, afirmó.

La semilla de justicia social

Para Margarita Pérez, quien asistió a la actividad, con la beatificación de los mártires también se reconoce “toda la sangre derramada para dar vida”, pero también constituye una oportunidad para que la sociedad asuma el compromiso para “seguir luchando por la justicia y la paz para Guatemala”.

De igual manera, Baltazar Raymundo Rivera, de Nejab, comentó que la beatificación “fortalece la semilla que los mártires dejaron para defender la vida y los derechos de las comunidades”.

Mártires de Quiché: ¿Quiénes eran misioneros asesinados por el ejército?

Los tres sacerdotes y siete laicos, beatificados este viernes en Santa Cruz del Quiché,  fueron asesinados por odio, entre 1980 y 1991, durante el conflicto armado interno en Guatemala; esta es parte de sus biografías.

Padre José María Gran Cirera

José María Gran Cirera nació el 27 de abril de 1945, en Barcelona, España. En entró en el Noviciado de los Padres Misioneros del Sagrado Corazón, en Canet de Mar en 1965 y fue ordenado sacerdote a los 27 años en 1972 en Valladolid,ña.

Tres años más tarde fue enviado de misión a Guatemala, a trabajar en la Diócesis de Quiché, donde trabajó en la parroquia de Santa Cruz del Quiché, en Zacualpa y la parroquia de San Gaspar Chajul, según detalla el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en su página web.

El CELAM señala que fue un hombre entregado a la gente; que le gustaba servir a los más abandonados y lejanos.

“Me voy para el norte muy contento. Será en cierta manera una vida un tanto distinta a la que he llevado hasta ahora; pero la verdad, era por lo que había suspirado desde que llegué a Guatemala”, señaló Gran Cirera en una carta a sus familiares publicada por el CELAM.

El padre Gran Cirera fue asesinado a los 36 años, el 4 de junio de 1980, cuando estaban de misiones en el municipio de Chajul. El sacerdote regresaba de realizar trabajos pastorales en las comunidades cercanas junto con su sacristán Domingo del Barrio Batz, cuando fueron acribillados por el ejército.

Padre Faustino Villanueva

Faustino Villanueva, nació en Yesa, en Navarra, España, el 15 de febrero de 1931; se consagró con los Padres Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús y fue enviado en 1959 a la Misión de El Quiché.

Vivió 21 años como misionero y fue nombrado párroco de Joyabaj, según detalla la Conferencia Episcopal de Guatemala.

El Episcopado indicó que el sacerdote se caracterizaba por ser un “hombre de diálogo, pacífico, acompañado de un gran sentido de equilibrio, que hacían de él un hombre serio, pero a la vez tiernamente cercano a la gente”.

Foto: Carolina Rendón y Brenda Pineda / ODHAG.

El padre Villanueva fue asesinado el 10 de julio de 1980, un mes después de la muerte del padre Gran Cirera. Ese día, en horas de la noche, dos hombres llamaron a la puerta de su despacho y pidieron hablar con él. El sacerdote fue asesinado cuando acudió al llamado.

Los catequistas continuaron su misión, sin sacerdotes. Y también continuó la represión causando víctimas. Así fue asesinado Tomás Ramírez Caba, sacristán de Chajul, que quiso defender la iglesia de los militares. El 29 de septiembre de 1980, Nicolás Castro, ministro de la comunión, era asesinado cuando iba a buscar las hostias consagradas en las iglesias de Cobán en el departamento de Alta Verapaz. El 21 de noviembre, Reyes Us Hernández también es asesinado.

Padre Juan Alonso Fernández

Juan Alonso Fernández nació en Cuérigo, en Asturias, España, el 29 de noviembre de 1933. Llegó en 1960 a Quiché.

Luego de la muerte de los padres Gran Cirera y Villanueva, el resto de sacerdotes dejaron la ciudad para salvar sus vidas.

Sin embargo, luego “varios misioneros del Sagrado Corazón decidieron regresar a Santa Cruz del Quiché y formar un equipo de cuatro sacerdotes para atender aunque fuera en lo mínimo a las comunidades”, señala la Conferencia Episcopal de Guatemala.

El padre Fernández formó parte de este grupo, encargándose de la zona norte, donde corrían más peligro todos los que hacían apostolado.

El 28 de enero de 1981, el padre Fernández escribió a su hermano: “No quiero en modo alguno que me maten, pero tampoco estoy dispuesto, por miedo, a rehuir mi presencia entre estas gentes. Una vez más pienso ahora: ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?”.

El viernes 13 de febrero de 1981 llegó a la parroquia de San Miguel Uspantán, fue llamado e interrogado por los militares.

El 15 de febrero de 1981 fue interceptado en el camino por soldados, que lo torturaron y finalmente lo asesinaron con tres impactos de bala en la cabeza. Más tarde, en Uspantán, un soldado ebrio contó como si se tratase de una gran hazaña: “¡Hemos matado a un cura más!”, señala la Conferencia Episcopal de Guatemala.

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