Por Hernán González
Mientras países como El Salvador dotan de computadoras y equipo informático a estudiantes de nivel primario y maestros, en Guatemala envían un simple folleto de 8 hojas para el inicio del ciclo escolar 2021, en otras escuelas o colegios los estudiantes tendrán que asistir en medio de la pandemia.
Las clases de forma no presencial en países como Guatemala, son una desventaja, la ausencia de estudiantes de nivel primario, diversificado y universitario es evidente, ante la falta de servicios y herramientas informáticas, muchos estudiantes decidieron abandonar los estudios o el ministerio de educación no tuvo la capacidad de atenderlos.
La estrategia del gobierno de Alejandro Giammattei y la ministra de educación Claudia Ruiz Casasola, para las escuelas e institutos públicos, fue implementar el programa “Aprendo en casa”, este consiste en recibir clases de 30 minutos, tres días a la semana, transmitido en un canal de televisión nacional. Evidentemente sin cumplir con el programa de estudios y el horario necesario para cubrir los contenidos académicos.
Los colegios privados, optaron por el uso de la tecnología con las clases en línea, pero la falta de acceso a internet sigue siendo una limitación. La educación sigue estando desatendida, en los departamentos en dónde las dos tormentas tropicales hicieron estragos, los niños y jóvenes no tienen como participar de las clases por televisión, muchas comunidades están sin luz e incomunicadas.
Frente a esa realidad el gobierno abre discusiones vacías como la ilusoria reactivación de la pena muerte, y los diputados replican el mismo discurso como un distractor para la sociedad, muchos niños se quedaron sin la oportunidad de poder estudiar, sin techo, escuela, salud y comida.
Carlos Herrera representante de UNICEF para Guatemala, 106 mil niños abandonaron la escuela, el 40% es de colegios privados.
¿Qué futuro se puede esperar en un país que no invierte en educación? ¿Qué futuro si los recursos se pierden por la corrupción?
