Por Amílcar Morales
En la comunidad Tasharté, La Unión, Zacapa, se reportaron siete casos de niñas y niños con desnutrición luego del paso de las tormentas tropicales Eta y Iota, en noviembre del año pasado, que están bajo monitoreo por parte del Centro de Salud local.
Wilve Hernández, quien forma parte del personal de salud, dijo que están dando seguimiento a los casos de desnutrición cada 15 días, midiendo el peso, la talla y el tipo de alimentación que consumen las niñas y niños para poder evitar que entren en un cuadro de riesgo; de esa cuenta algunos ya están en etapa de recuperación porque fueron trasladados al Centro de Nutrición de La Unión, en coordinación con el Ministerio de Salud.
En esa comunidad unas 3 mil 354 personas quedaron incomunicadas por más de 15 días después del paso de las tormentas que dejaron a más de 72 familias afectadas, sus viviendas destruidas y pérdidas en cultivos de café y maíz, según Rudy Chacón Pérez, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE) del caserío Guaranjá de la comunidad de Tasharté.
Durante la emergencia, la población habilitó un albergue en una iglesia evangélica de la localidad, para ayudar a las familias que fueron evacuadas y que no recibieron apoyo del Estado.
