Créditos: Genero Fabián
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Por Genaro Fabián

Era un día como hoy, 31 de enero de 1991, mientras seguíamos escondidos bajo la selva del Ixcán, los hoy habitantes de Primavera del Ixcán CPR, esperábamos con ansias la publicación del comunicado que daba a conocer la existencia y peticiones de la Comunidades de Población en Resistencia (CPR) de Ixcán a nivel nacional.

A nivel internacional ya había mucha información. Pero en los medios nacionales aún no se hablaba de las comunidades que eran bombardeadas todos los días en la selva. Como se esperaba, el 31 de enero en el noticiero del mediodía de la radio emisora “la Fabulosa”, en su horario de noticias “Guatemala Flash”, a todo pulmón y elocuencia sonaba el comunicado de la CPR de Ixcán, denunciando y dando a conocer la existencia de las familias de CPR en zona de conflicto y solicitando al mundo el apoyo y acompañamiento para no seguir siendo agredidos.

Al mismo tiempo, varias páginas de Prensa Libre de esa fecha y otros periódicos de mayor circulación publicaban el comunicado. Desde el Comité de Parcelarios de Ixcán (CPI) grabamos el comunicado y lo escuchamos varias veces en las comunidades con una profunda alegría, pero con sentimientos encontrados, ya que si bien era un logro, también era nuestra triste realidad la que se estaba denunciando y aún faltaba mucho para que fuéramos reconocidos.

Ahora quedaba darle seguimiento a la denuncia, por lo que se preparaba a la gente de CPR Ixcán para viajar a la capital y fortalecer la lucha a nivel nacional. Francisco Esteban cubrió la primera delegación en 1991. Hoy 31 de enero 2021, 30 años después, la comunidad Primavera del Ixcán sigue en pie de lucha.

He aquí el comunicado completo para los que quieran leer lo que sonó a nivel nacional hace 30 años en un día como hoy y no olvidar la historia de nuestros padres y abuelos:

“DECLARACIÓN DE LAS COMUNIDADES DE POBLACIÓN EN RESISTENCIA DEL IXCAN

ANTE EL GOBIERNO Y EL PUEBLO DE GUATEMALA, LOS GOBIERNOS Y PUEBLOS DEL MUNDO

Los delegados, comisiones de trabajo, Comités de comunidades y el Comité de Parcelarios de Ixcán, reunidos en la 9ª Asamblea Ordinaria de las comunidades de Población en Resistencia del Ixcán, habiéndose enterado de la declaración de las Comunidades de Población en Resistencia de la Sierra, publicada el 8 de septiembre de 1990, manifestamos nuestro apoyo y solidaridad, reafirmando todos sus planteamientos y demandas y considerando que nosotros también estamos en las mismas condiciones, declaramos ante el gobierno y pueblo de Guatemala, ante los gobiernos y pueblos del mundo:

Las comunidades de población en resistencia del Ixcán somos población civil campesina guatemalteca de diferentes etnias: Q’anjob’ales, Mames, Q’eqchies, Kaqchikeles, Kichés, Jacaltekos, Chujes, Ixiles y Ladinos pobres que empezamos a poblar el Ixcán desde hace 30 años.

Antes de llegar al Ixcán vivíamos en nuestros pueblos de origen que son municipio de Huehuetenango y otros departamentos. No teníamos tierras donde trabajar y la mayoría éramos cuadrilleros que íbamos a trabajar en las grandes fincas en la Costa Sur para mantener a nuestras familias. Sufrimos mucho la explotación y el mal trato de los caporales y patrones ricos.

A principios de la década del 60, el sacerdote católico Eduardo Doheny empezó a impulsar un proyecto de parcelar tierras en el Ixcán para entregar a los campesinos pobres. Nosotros decidimos venir al Ixcán para lograr nuestras parcelas.

Al llegar, todo era pura montaña donde había muchos animales salvajes. No había caminos ni comida, ni pueblos cercanos para comprar nuestras cosas. Sufrimos mucho y aguantamos grandes necesidades. Hicimos muchos esfuerzos sacrificios para botar la montaña y sembrar milpa y frijol.

Después de varios años, fuimos sembrando otros cultivos, luego todos los parcelistas nos organizamos y formamos las cooperativas de Servicios Varios RL del Ixcán Grande: Mayaland, Xalbal, Pueblo Nuevo, La Unión Cuarto Pueblo. Los Ángeles, Zunil, Piedras Blancas y otros más. El proyecto de las cooperativas fue impulsado por el sacerdote Guillermo Woods, que llegó a reemplazar al Padre Doheny.

El objetivo de nuestras cooperativas era: Obtener el título de propiedad de nuestras tierras, defendernos de cualquier desalojo y para poder vender nuestros productos agrícolas y comprar mercancías industriales.

Con el tiempo nuestras cooperativas tuvieron un buen desarrollo, con la veta de nuestros productos se mejoró bastante nuestra situación. Construimos nuestras casas, compramos animales y otras cosas. Ya vivíamos bien, tranquilos y alegres.

Pero a partir del año 1975, el ejército se empezó a meter en nuestras cooperativas y desde entonces empezamos a sufrir la represión del ejército.

En 1975, secuestraron a varios parcelistas de Xalbal acusándolos de guerrilleros y ya nunca los volvimos a ver.

El 20 de noviembre de 1976 asesinaron a nuestro sacerdote Guillermo Woods por trabajar con nosotros. Después expulsaron al Padre Carlos Stétter.

Luego el ejército se metió de manera directa y ocupó nuestras cooperativas ubicando sus destacamentos militares en Xalbal, Mayaland, Pueblo Nuevo, Los Ángeles, Cuarto Pueblo y otros.

Se aumentó la represión, comenzaron las amenazas, los secuestros, las torturas, los asesinatos y la persecución contra nosotros. Se acabó la paz, la tranquilidad y la alegría. Fuimos brutalmente sometidos bajo el control militar. Se impuso una situación de terror en nuestras cooperativas, poco a poco la situación fue empeorando y a principios de 1982 el ejército lanzó su criminal política de tierra arrasada. Este año hicieron las masacres de Cuarto Pueblo, el 14 de marzo, de Xalbal, también en Marzo, de Piedras Blancas en Mayo y otros lugares donde torturaron, machetearon, quemaron vivos y mataron a muchos hombres, mujeres, niños y ancianos que eran nuestros hermanos, familiares y vecinos. Saquearon y quemaron nuestras casas, tiendas, escuela, clínicas, mercados, oficina, bodegas, iglesias, biblias e imágenes, etc. Mataron y comieron nuestros animales, empezaron a destruir nuestras siembras.

Ante esta brutal represión del ejército, todos tuvimos mucho miedo. Ya no podíamos vivir en nuestras localidades y empezamos a desplazarnos. Algunos se fueron para sus pueblos de origen, otros se fueron a refugiar a México y nosotros, los que actualmente estamos en las CPR del Ixcán, nos escondimos en la montaña que hay en nuestras propias parcelas para defender nuestras vidas porque no queríamos morir asesinados o masacrados por el ejército, porque no queríamos abandonar nuestras tierras y para defender nuestra libertad y nuestros derechos, porque no queríamos quedar sometidos bajo el control militar ni estar en las patrullas civiles y aldeas modelo que formó el ejército e impuso a la fuerza a nuestros pueblos desde 1982.

Actualmente, ya tenemos 9 años de estar resistiendo en la montaña. Durante este tiempo hemos pasado muchos sufrimientos y necesidades: hambre, enfermedad, la lluvia, el lodo, el frio, los insectos dañinos, la falta de ropa, medicinas y demás recursos. Hemos seguido sufriendo la represión, pues el ejército nos ha perseguido constantemente con sus criminales ofensivas militares, han capturado, torturado y asesinado a muchas de nuestras familias. Han quemado nuestros ranchos, trojas, ropa y demás cosas que encuentran. Han comido y matado nuestros animales. Han arrasado nuestras siembras y cosechas. Nos han bombardeado y ametrallado con aviones y helicópteros, nos han cañoneado con obuses de 105 milímetros que lanzan desde sus destacamentos.

El ejército y gobiernos anteriores y actuales, han negado y ocultado nuestra existencia ante nuestro pueblo y los demás pueblos de mundo y no nos reconocen como población civil que somos. Nos han mantenido en un cerco militar con sus destacamentos que tienen en el área y con patrullas civiles. Nos han aislado en lo político, económico y social del resto del país.

Toda esta situación no ha cambiado nada durante estos nueve años y hasta la fecha actual el ejército continúa actuando igual contra nuestras comunidades y siguen violando todos nuestros derechos.

Nosotros hemos hecho muchos esfuerzos y sacrificios para poder sobrevivir en medio de todas las dificultades y la represión criminal del ejército. Al inicio, no sabíamos cómo vivir en la montaña, pero poco a poco nos fuimos uniendo y organizando nuestras comunidades. Nos organizamos para poder defender nuestras vidas, nuestras comunidades y para poder trabajar y mantener nuestras familias.

Los que estamos en la CPR del Ixcán, somos población civil campesina, hombres y mujeres, niños y ancianos, que antes vivíamos en nuestros parcelamientos y localidades que son los siguientes: Xalbal, Mayaland, Pueblo Nuevo, La Unión Cuarto Pueblo, Los Ángeles, Zunil, Ixtahuacán Chiquito, Mónaco, Samaritano, Finca la 10, Malacatancito, Santa Agustina, Piedras Blancas, Kaibil, San Juan Ixcán, Santa María Tzeja, San Antoni o Tzeja, San Lucas, La Catorce, San José la 20, Santa María Dolores del municipio de Ixcán, departamento de Quiche; Sinlac, Piedras Blancas, Centinela, Xoxlac, del municipio de Barillas, departamento de Huehuetenango, Ixquisis, del municipio de San Mateo, departamento de Huehuetenango y otros procedentes de la zona Ixil.

Así que somos de todos esos lugares del Ixcán que hemos mencionado los que estamos aquí en la resistencia por causa de la represión y la injusticia del ejército y el gobierno. El ejército ha tratado de acabarnos pero nos hemos defendido y nos mantenemos firmes en nuestra resistencia y en nuestra lucha.

Con nuestra resistencia y lucha, no solo hemos logrado sobrevivir, sino que hemos aprendido cosas nuevas muy importantes y positivas. Hemos logrado desarrollarnos en los distintos aspectos de nuestra vida:

Antes nuestras comunidades estaban muy dispersas. Para poder defender nuestras vidas tuvimos que unirnos más y hemos ido creando y mejorando nuestro sistema de autodefensa manteniendo la vigilancia en nuestras comunidades y trabajaderos. Aprendimos a defendernos de los bombardeos construyendo nuestros refugios y cocinando de noche para no hacer humo de día. Hemos aprendido a salir organizadamente de nuestras comunidades cuando llega el ejército y a esconder nuestras cosas `para que no las destruye.

Antes teníamos mucho miedo, tapábamos la boca de los niños para que no hicieran bulla y algunos se ahogaron, ahora se nos ha ido quitando el miedo y estamos más tranquilos porque ya tenemos más experiencia para defendernos y por eso no hemos dejado de resistir.

Tenemos comunicación entre nuestras comunidades y nos avisamos cuando viene el ejército.

Hemos aprendido a organizarnos para elegir y formar nuestras propias autoridades que nos dirigen.

La autoridad que nos representa a todas las comunidades es el Comité de Parcelarios del Ixcán que se constituyó el 11 de diciembre de 1983. También tenemos Comités de Comunidades y Comisiones de Trabajo: Producción, Salud, Educación, vigilancia, Vida Social, Recursos y Alimentación, en donde también participan las mujeres.

Nosotros hemos hecho nuestras leyes de convivencia y resolvemos nuestros problemas con buenas ideas y no con cárceles. Entre nosotros no hay represión ni discriminación, hay democracia porque hay igualdad, todos podemos opinar y tenemos derecho a todos los servicios.

Nosotros no estamos bajo el control militar porque no estamos en aldeas modelo ni en las patrullas civiles

Antes pasamos hambre, comíamos frutas, raíces y yerbas que hay en la montaña y que se pueden comer, ya que el ejército destruyó nuestras siembras y nos quedamos sin alimento. Cuando nos unimos, nos organizamos y aprendimos a trabajar en colectivo, este es la raíz de todos los logros que ya tenemos, pues solo así hemos podido defendernos y trabajar para poder vivir.

El trabajo colectivo nos permitió sembrar y aumentar nuestra producción de maíz, frijol, etc. Y crianza de animales.

Compartimos el fruto de nuestro trabajo entre todos, de manera que se sostiene las personas que sirven a la comunidad y las viudas, huérfanos y ancianos no pasan hambre, hemos desarrollado la solidaridad y la hermandad, como lo hacían los primero cristianos. Hechos de los Apóstoles 2, 42-47.

Todos trabajamos consciente y voluntariamente en la producción y todos los servicios de la comunidad, ninguno recibe paga, no existe la explotación entre nosotros.

Cuando nos metimos en la montaña, por la represión del ejército, se nos terminaron nuestros recursos: ropa, botas, medicina, etc. Pero por medio del Comité de Parcelarios del Ixcán, hemos logrado la ayuda de la Solidaridad Internacional que nos ha resuelto algunas de nuestras necesidades.

La distribución de los recursos que llegan a nuestras comunidades es justa y colectiva.

En nuestra vida social hemos logrado vivir unidos aunque somos de distintas etnias y religiones.

Hombres y mujeres participamos en las actividades recreativas, deportivas y bailes que hacemos con marimba.

Somos libres de practicar nuestras religiones.

Hemos logrado que algunos hermanos de la solidaridad vengan a visitar.

A pesar de estar en una situación difícil por la persecución y represión del ejército, nuestros niños han aprendido a leer, escribir y hablar en castellano, manteniendo siempre el respeto e impulsando el desarrollo de nuestras lenguas maternas. Practican actividades recreativas y deportivas, participan en el trabajo colectivo.

Tenemos un equipo de educación que prepara aquí mismo a nuestros alfabetizadores y los niños reciben clases hasta el 4º grado, también hay alfabetización de adultos.

Por medio de la solidaridad hemos conseguido algunos recursos para la educación. Antes escribíamos con carbón en pedazos de tabla.

Tenemos la Comisión de Educación que contribuye al estudio de los niños y vela para que se utilicen bien los recursos escolares.

Hemos mejorado bastante en la salud, antes se morían muchos niños y adultos por enfermedades curables, porque no había medicinas ni atención, pero ahora hemos podido capacitar algunos promotores de salud que nos atienden, nos dan las medicinas que se consiguen por medio de la solidaridad. Además, en las comunidades hay parteras y comisiones que velan por la higiene y la construcción de letrinas.

Por todo esto que hemos logrado y después de haber realizado una consulta popular con toda nuestra población, manifestamos las razones de nuestra resistencia y al mismo tiempo reafirmamos que estamos dispuestos a seguir resistiendo y luchando porque:

1. Estamos en nuestra tierra, nuestra patria, aquí nacimos, aquí hemos vivido y aquí tenemos nuestras siembras.

2. Mientras el ejército y el gobierno sigan con su criminal represión y masacre, porque no hay garantía para nuestras vidas, él es el culpable de tanta muerte, dolor y miseria en nuestro país.

3. No queremos estar bajo control del ejército, ni en las aldeas modelo, ni patrullas civiles, no queremos que nos obliguen a manchar nuestras manos con la sangre de nuestros hermanos, ni queremos que violen a nuestras mujeres; nosotros ya vimos que podemos vivir sin el ejército.

4. No queremos que los ricos nos sigan explotando y discriminando en las fincas y la ciudad.

5. Los logros obtenidos en estos 9 años de resistencia nos han costado mucho sufrimiento, esfuerzos y sacrificios y la sangre derramada por nuestro pueblo en los asesinatos y masacres, no la olvidaremos y no puede ser en vano.

6. Creemos que hemos pasado momentos muy difíciles y no podemos perder lo que hemos aprendido y conquistado y se morimos, nuestros hijos lo seguirán defendiendo.

7. Es necesario para mejorar nuestra actual situación y lograr una vida nueva para nosotros y nuestros hijos.

8. Tenemos derecho a la resistencia y mientras estemos vivos, seguiremos organizándonos más.

9. Nosotros los indígenas que somos la mayoría en las CPR, estamos resistiendo desde la llegada de los españoles hace 500 años.

10. Las CPR son un ejemplo y semilla de la nueva sociedad esperanza del pueblo pobre de Guatemala.

No nos entregaremos, seguiremos resistiendo y defendiendo nuestras vidas hasta que haya paz y justicia verdadera en nuestro país.

Por lo tanto, manifestamos ante el gobierno de Jorge Serrano Elías y el ejército de Guatemala nuestras exigencias y demandas:

1. Que nos reconozcan como población civil, trabajadores campesinos, parcelarios del Ixcán que tenemos nuestras familias, que somos guatemaltecos, cristianos y no animales.

2. Que retire su ejército de Mayaland, Pueblo Nuevo, Mónaco, Cuarto Pueblo, Xalbal y toda la área del Ixcán, que no nos sigan persiguiendo, bombardeando, ametrallando, cañoneando, ya que las bombas de 500 libras que tiran están arruinando nuestras montañas, nuestras siembras y están dañando la santa tierra.

3. Nosotros los niños de las CPR, pedimos al gobierno que queme las armas del ejército para que no nos mate, que los soldados se vayan a sus casas, que se acabe la guerra, que haya paz porque se están muriendo los hijos de nuestro pueblo.

4. Que no sigan arrancando y macheteando nuestras siembras, matando nuestros animales, quemando nuestros ranchos y nuestras cosas.

5. Que respeten nuestra vida, nosotros no tenemos ningún delito, queremos vivir en paz para trabajar tranquilos, desarrollarnos y cubrir nuestras necesidades.

6. Que respeten nuestros derechos: que nos den libertad de movilizarnos hacia oros lugares para visitar nuestras familias que están en nuestros pueblos, para vender nuestros productos y comprar nuestras cosas.

7. Que no sigan poblando el Ixcán porque nosotros somos los dueños de las parcelas juntos con otros hermanos que están refugiados, repatriados o desplazados.

8. Que nos permitan dialogar con los refugiados, repatriados y desplazados que son parcelarios del Ixcán, para poder discutir y decidir sobre el futuro de nuestras cooperativas.

9. Que vayan creando las condiciones necesarias para que nosotros podamos salir a vivir en lo claro y que se cumplan las peticiones de los refugiados para que puedan regresar, ya que muchos de ellos son nuestros familiares, paisanos y parcelistas del Ixcán.

10. Que reconozcan todos los daños que nos han hecho y que se castigue a los responsables de los asesinatos y masacres.

11. Exigimos que nos entregue a los que han sido capturados, secuestrados y desaparecidos a lo largo de estos 9 años de resistencia, que nos digan dónde los tienen, si están vivos o muertos.

12. Que nos pague o reponga todo lo que el ejército nos destruyó a lo largo de estos 9 años: casas, siembras, animales, cosas, documentos personales y títulos de la tierra de nuestras cooperativas, que quemaron, porque los necesitamos para movilizarnos y para hacer valer nuestros derechos.

13. Que autorice la entrada de comisiones, delegaciones, tanto de la iglesia, de Derechos Humanos, de la Solidaridad Internacional y otras organizaciones humanitarias que vengan a visitarnos y a darnos atención y comprobar que existimos y que sean testigos de las violaciones de nuestros derechos humanos.

14. Que no siga la represión, secuestros y asesinatos en nuestro país, que se respeten los derechos humanos, la vida de los ancianos, viudas, huérfanos y niños.

15. Que en el nuevo gobierno haya democracia, que cumpla sus promesas de dar tierra a los campesinos, que paguen salarios justos, que el pueblo tenga libertad para organizarse y opinar, el pueblo quiere dialogo, no bombas, que cumpla con dar la paz que prometió.

16. Queremos que el ejército no compre armas con dinero que el gobierno recibe en nombre del pueblo, sino que lo usen en servicios para la población.

17. Que el ejército no use sus armas en contra del pueblo para defender los intereses de los ricos, pues la mayoría de los soldados también son pobres.

18. Que desaparezcan las patrullas civiles y polos de desarrollo, que no siga el reclutamiento forzosos para el ejército, los jóvenes quieren una vida y un futuro mejor.

Que el gobierno y el ejército atiendan el dialogo con la URNG para resolver el problema de la guerra en nuestro país.

Así mismo, pedimos al pueblo de Guatemala, a los gobiernos y pueblos del mundo:

1. A las Organizaciones Populares, al pueblo de Guatemala, a los pueblos del mundo, que nos apoyen y se solidaricen con nosotros para exigir y presionar al gobierno a que cumpla con nuestras demandas.

2. A las Organizaciones Humanitarias, nacionales e internacionales y a las Iglesias, que nos reconozcan que somos población civil campesina y que envíen comisiones a vernos y a darnos atención. Que nos den ayuda económica y recursos para nuestro desarrollo. Que cuando seamos reconocidos vengan a vivir con nosotros para que se respeten nuestras vidas. Que nuestro comunicado se dé a conocer a los demás pueblos del mundo.

3. A los gobiernos de otros países, que no le sigan dando ayuda al gobierno de Guatemala, porque lo utiliza para reprimir más al pueblo.

4. A las organizaciones populares, el pueblo de Guatemala, particularmente a los desplazados, repatriados y refugiados, que no desmayen, que nos unamos en un solo puño para luchar juntos contra la injusticia, por el respeto de nuestros derechos y por la unificación de la familia guatemalteca.

Estos son nuestros pensamientos, anhelos, exigencias y demandas y esperamos una respuesta positiva a nuestros planteamientos.”

¡MIENTRAS HAYA INJUSTICIAS, HABRÁ RESISTENCIA!”

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