Tiempo de lectura: < 1 minutos
Por: Saúl Paau / representante de AHF Guatemala.
Valentín Matul, presidente del consejo comunitario de desarrollo (Cocode), narra que la comunidad es habitada por 46 familias, y unos 32 niños recibían clases en la escuela que quedó completamente destruida porque se desbordó el río Usumacinta que arrastró el edificio aproximadamente unos 50 metros hacia la orilla de la laguna, así mismo unas 26 viviendas también quedaron destruidas.
Dos meses después del paso de las tormentas Eta e Iota las familias de esta comunidad aún pernoctan en casas improvisadas sin atención de parte de las autoridades municipales ni nacionales.