Planificar y prevenir: ¿Está preparado el gobierno ante la llegada de Iota?

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Créditos: Credito: Carlos Ernesto Choc
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Regina Pérez

La llegada de la tormenta tropical Iota a Guatemala, prevista para este miércoles, vuelve a poner en el centro de la discusión sobre si el gobierno de Alejandro Giammattei está preparado para responder ante este nuevo fenómeno natural, tras el paso de Eta que dejó miles de damnificados.

Hasta el sábado pasado, cuando se previó que el fenómeno Iota afectaría Guatemala, el presidente Giammattei dejó en manos de Dios el desvío de la tormenta, que posteriormente se convirtió en huracán de categoría 5 y que pasó a 1. Eso no implica que los riesgos hayan disminuido.

Hasta ahora, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) ha emitido avisos dirigidos hacia los gobernadores y municipalidades, así como a la población, para prepararse para evacuaciones y “autoevacuaciones”. También han iniciado las primeras evacuaciones en departamentos como Izabal.

Juventino Gálvez, investigador de la Universidad Rafael Landívar, señala que la percepción que hay es que el gobierno ha reaccionado a la ocurrencia de los eventos, ante lo cual se moviliza con las capacidades humanas y físicas con las que cuenta.

“Lo que sí puedo indicar con certeza es que la institucionalidad pública con mandos en la gestión de riesgo no está pensando en los riesgos, no existe una cultura institucional asumida e internalizada y no se han hecho las previsiones de capacidades humanas necesarias para prevenir”, indicó.

Según Gálvez, eso ilustra la manera en que se hacen las cosas.

“Eta recuerda esta lógica instalada en el país, que ha ocurrido de la misma manera como con el Huracán Mitch de 1998”, dijo.

No obstante menciona que la diferencia es que la capacidad de respuesta de las instituciones en aquel entonces era más alta que ahora y afirma que ha habido un deterioro institucional sostenido en los últimos 20 años.

“Las capacidades son menores, lo que es paradójico, hoy tenemos capacidades tecnológicas sostenibles como para modelar el desenlace de ciertos eventos atmosféricos como esto”, menciona.

Riesgo concatenado

La investigadora María Fernanda Rivas señaló que al analizar el riesgo no se puede concentrar en un momento de respuesta sino hay que tomar en cuenta todas las acciones que se han tomado en el fortalecimiento de todas las instituciones, no solo de la Conred.

“En los últimos años no ha habido avance en ese sentido, el tema de riesgos queda rezagado y solo sale a la luz cuando ocurren estos eventos, como la erupción del volcán de Fuego o el terremoto en San Marcos”, manifestó.

Para Rivas el tema de Iota no se puede ver a nivel aislado sino como un riesgo concatenado con lo de la pandemia de la covid-19 y la tormenta tropical Eta.

La investigadora menciona que las capacidades de las instituciones son limitadas y estas fueron restringidas más durante la pandemia, sumado al acceso a los lugares donde están los afectados.

Además señala que los indicadores de la región no son alentadores, por el tema de pobreza y otros factores, por eso es que no se puede pensar en un solo evento sino hay que analizar el resto de factores.

A esto Rivas agrega que no existe la cultura de realizar ejercicios de simulacros y no se tiene una organización comunitaria fortalecida con líderes locales para poder tomar decisiones oportunas.

“Esperar que las decisiones lleguen de los altos mandos hasta las localidades no es eficiente, por eso se tiene establecido un sistema escalonado pero todos deberíamos ser parte de él”, mencionó.

Crear institucionalidad con cultura de gestión de riesgo

Para Gálvez asumir que Guatemala es un país de riesgo, en donde ocurren todo tipo de fenómenos naturales, es el primer paso para abordar esta problemática.

Crear una institucionalidad con una cultura de gestión de riesgo requiere de acciones de largo plazo y asumir que permanentemente hay que estar pensando en la posibilidad de que haya desastres, indica.

El experto añade un elemento técnico adicional, que el riesgo a desastres implica al menos dos aspectos: la vulnerabilidad y las amenazas, que son los fenómenos como Iota.

En el caso de la vulnerabilidad se explica en cuatro ámbitos, la vulnerabilidad económica, las de aspecto socio cultural, la relacionada con la realidad ambiental y la derivada de las capacidades institucionales.

Además ilustra que en Guatemala por lo menos la mitad del territorio es de vulnerabilidad muy alta o alta.

Cuando la amenaza se une con la vulnerabilidad existente, es cuando ocurre el desastre. El riesgo es esa posibilidad latente. Cuando la amenaza se manifiesta ya ocurre el desastre, ahí está la clave, puntualiza.

*Juventino Gálvez es investigador de la URL y es presidente de la Junta Directiva del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza con sede en Costa Rica.

María Fernanda Rivas es investigadora con experiencia previa trabajando en CONRED.

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