Cada 4 años existimos

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Créditos: Prensa Comunitaria.
Tiempo de lectura: 4 minutos

“Yo que me encuentro tan lejos
Esperando una noticia
Me viene a decir la carta
Que en mi patria no hay justicia
Los hambrientos piden pan,

Plomo les da la milicia, sí”.
Violeta Parra

Por Gilda Ramírez

Desde la distancia veo con dolor que las cosas en mi matria-patria no han cambiado. Me causa indignación ver cómo golpean y torturan a mi pueblo por protestar contra las injusticias. El derecho a manifestarnos está garantizado en el artículo 33 de nuestra Constitución Política de la República de Guatemala. Derecho que ha sido ganado con sangre por siglos. Unos dirán que es manifestación pacífica, pero quien ha empleado las armas contra a su pueblo son las fuerzas del orden.

Las veces que hemos despertado, nos han mandado a callar, como “bien” lo saben hacer los dueños de nuestro país. La vez que dijimos que no nos gustaba como vivíamos, que no queríamos más dictaduras, que las tierras eran expropiadas a sus legítimos dueños. Nuestros antepasados eligieron libremente gobiernos que pensaron en su pueblo y tuvimos la “primavera guatemalteca”, que duró poco, se quiso la reforma agraria y a los intereses extranjeros no les pareció buena la idea, que un país pequeñito fuera ejemplo al mundo.

Nos dieron un golpe militar, impusieron 36 años de conflicto armado interno entre el ejército y la guerrilla, que finalizó y no estábamos todos, nos faltaban 200 mil que fueron asesinados, 50 mil que todavía no sabemos dónde están, millones en el exilio, entre ellos muchos cerebros y otros miles huyeron por las montañas, se desplazaron a las grandes ciudades y barrios marginales.

El deseo que tuvieron y han tenido los dueños de Guatemala de exterminarnos como pueblos indígenas, luchadores/as sociales, se evidenció más adelante con informes como el de la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH, 1996) y el de la Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI, 1998) y se sigue viendo.

Algunos/as tenemos la memoria frágil y también en muchos casos, los medios de in-comunicación se encargan de lavarnos el cerebro, nos repiten todos los días, lo que a los opresores les conviene que escuchemos, nos ponen programas de farándula y nos dejan boquiabiertos. También por muchos quetzales lavan la imagen de algunos políticos corruptos y nos lo creemos.

Tenemos muy arraigado el machismo, el racismo, el clasismo, pues nos enseñaron a odiarnos entre nosotros, a avergonzarnos de nosotros y hay cosas que creemos normales. Somos una gran masa de la población, sumergida en la pobreza, la falta de oportunidades, la desesperanza y todavía en pleno siglo XXI analfabeta. Claro, les conviene que no sepamos leer y escribir, porque así nos manipulan fácilmente.

Ellos nos recuerdan que cada cuatro años les debemos dar el voto, nos hablan del paraíso con sus cancioncitas, para que después ellos hagan y deshagan en la presidencia y en el Congreso.

Desde que tengo memoria recuerdo algunos hechos que traigo a la luz hoy: cuando Portillo se postuló para candidato, salió el caso de los dos jóvenes universitarios Gustavo Cabrera y Arturo Visoso asesinados a balazos por Alfonso Portillo en Chilpancingo, Guerrero, México, ambos estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de Guerrero. Y qué nos decían en la campaña electoral “ese es bien macho, así como se defendió, así va a defender a los guatemaltecos/as”. Rigoberta Menchú aspiró un día a ser presidenta, la desprestigiaron lo que se escuchaba era: “cómo nos va a gobernar una ‘india’, es una mujer resentida”. Acaso no es triste ver que maten a toda tu familia, que quemen vivo a tu padre. Se le inventaron muchas cosas y muchos las creyeron. Otto Pérez con Baldetti ganaron la presidencia, sabíamos del actuar de “Tito” en el área Ixil durante la guerra. Este lugar fue de las mayores masacres y asesinatos cometidos contra el pueblo maya. Y llegó Giammattei y nos decían “así como limpió Pavón, así va a limpiar Guatemala”. Bla, bla, bla…

En las próximas elecciones

Cuando votemos, pues, es una de las instancias democráticas que tenemos. Pensemos que un lío de láminas, una bolsa de comida, una gorra, una caja de pollo para el día de las madres, una pelota, una playera o 300 quetzales por un voto, nos aguantan un día o una semana, pero los otros cuatro años, nos tenemos que aguantar que ellos sigan endeudando a Guatemala, que sigan comiendo del pueblo, los niños desnutridos, las escuelas sin pupitres, los centros de salud sin medicamentos, la luz por las nubes.

Elijamos personas que sean como nosotros/as, que conozcan lo que es caminar en calles de tierra, que sepan lo que es comer tortilla con sal y macuy, que sean personas comprometidas con el pueblo, no nos dejemos llevar por espejitos, porque es canche, porque tiene dinero y poder. A nosotros nos han gobernado presidentes con orígenes españoles, hondureños, salvadoreños, italianos, alemanes, ya será tiempo que nos gobernemos nosotros mismos.

Quitémonos de nuestro lenguaje: “él es rico y no va a robar cuando sea presidente”. Mentira. Claro que lo va a hacer, pues ya tienen el poder económico y solo necesitan el poder político, para seguir haciendo leyes que les beneficien a ellos, sus carteras y seguir haciendo negocios.

A la clase política y económica de Guatemala les digo: aún están a tiempo de tomar opción por el pueblo y renuncien a sus privilegios, porque no puede ser que una minoría viva con todo y una mayoría sin nada.

Nos gusta copiar, pues copien el ejemplo de Alemania que aprendió de sus errores del pasado y avanzan, superando sus diferencias, con el objetivo de engrandecer un país, tanto la Alemania Democrática y la comunista.

Se que otra Guatemala es posible y la estamos construyendo día a día, dentro y fuera de las fronteras, nos tocará recuperar la autoestima colectiva, como pueblo diverso, libre como el ave nacional. Ayudémonos unos a otros, porque como dicen en las ollas comunes en Chile: “solo el pueblo salva al pueblo. Y que la dignidad se haga costumbre”. 

#GuatemalaTeQuieroLibre

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