Autoridades K’iche’ continúan batalla legal por derecho ancestral sobre la ciudad de Quetzaltenango

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Créditos: Gilberto Escobar
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Gilberto Escobar

Autoridades ancestrales de Quetzaltenango continúan el proceso legal para recuperar el poder de decisión sobre el uso de la tierra, pese a que autoridades municipales celebran la suspensión amparo provisional y aseguran que ya pueden otorgar permisos de construcción sin la consulta al pueblo K’iche’.

El 16 de octubre las autoridades ancestrales de Quetzaltenango en conferencia de prensa en el Valle de Palajunoj, rechazaron la postura de la municipalidad altense que celebró la revocatoria de un amparo provisional de la Sala Cuarta de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil, Mercantil y de Familia, como si todo ya estuviese escrito y la disputa por el derecho ancestral del común de Quetzaltenango para participar en la toma de decisiones sobre el uso del territorio ya hubiese terminado.

La finca 13,645 de 283 caballerías de tierra donde se asienta la ciudad de Quetzaltenango, está inscrita en el segundo registro de la propiedad en favor del “común de Quetzaltenango” es decir a nombre de la población K’iche’ del municipio, sin embargo la Municipalidad históricamente ha decidido sobre la tierra sin tomar en cuenta a las autoridades ancestrales.

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En el Valle las mujeres deben caminar kilómetros para conseguir agua.

A principios de octubre, la Sala Cuarta de Apelaciones se retractó y revocó el amparo que había dado en favor de la población K’iche’, el abogado Francis Peña, representante lagal de la municipalidad de Quetzaltenango, en una entrevista con el medio local La Voz de Xela, dijo que con la decisión judicial la comuna ya no tiene limitaciones para hacer uso del territorio. “La municipalidad ahora ya puede otorgar, ceder, donar tierras” recalcó Peña.

“Existen ilegalidades en el proceso y existe mala fe de parte del juzgado y de la municipalidad. La comuna está engañando a la población con esta adelantada celebración” fue la respuesta que detalló José Luis Ramírez del Consejo Maya K’iche’ de Quetzaltenango.

Juan Carlos Peláez abogado que da el acompañamiento a las autoridades Ancestrales, indica que la municipalidad incurriría en un delito si inicia a ceder terrenos,“Solo quitaron un amparo provisional y eso no es un éxito” relataron las Autoridades Ancestrales quienes señalan que la sala cuarta de la corte de apelación del ramo civil mercantil y familia realizaron mala práctica jurídica, pues la tierra sigue registrada a favor el común de Quetzaltenango y no de la Municipalidad, además el 9 de octubre la revocatoria del amparo no fue notificado a la dirección correcta.

Las autoridades Ancestrales recomendaron a la población quezalteca “no dejarse sorprender y manipular por la falsa información, nadie perderá su tierra, todas y todos mantendrán la tierra donde viven, cultivan y desarrollan actividades económicas, académicas, religiosas, deportivas, incluyendo la institucionalidad del Estado; entre otros”.

Las autoridades hacen énfasis en pedir a la población “no dejarse engañar” ya que la versión oficial que el alcalde Fernando López ha manejado en medios de comunicación durante la batalla legal, es que un pequeño grupo de autoridades ancestrales buscan quedarse con la propiedad del territorio de la ciudad, cuando en realidad el reclamo se trata de un derecho ancestral para no ser obviados cuando se otorgan permisos mineros, de construcción y de cualquier proyecto que pueda perjudicar a las comunidades.

Las autoridades ancestrales señalan que se ha configurado de forma arbitraria, fraudulenta e ilegal el despojo “al común de Quetzaltenango”, iniciando de esa manera los siguientes abusos por parte de diferentes administraciones municipales: Desmembraciones Ilegales y usufructos, aval de explotación minera, autorización insalubre de basurero a cielo abierto, deforestación y tala inmoderada de árboles, instalación de torres y antenas radiactivas de telecomunicaciones, implementación ilegal de un Plan de Ordenamiento Territorial sobre un territorio ajeno y articulado, la población del Valle Palajunoj son comunidades “rurales” sin servicios públicos.

Don Salvador y el origen de la batalla por el territorio

Salvador Cruz Cupil, es de Llanos del Pinal es líder indígena, camina lento, y camina seguro pese a ser víctima de señalamientos y amenazas por defender el territorio. Un grupo de personas lo escuchan y ponen atención a cada frase que dice. El testimonio de Don Salvador es el ejemplo ideal para entender porque se busca la recuperación del territorio y en que consiste.

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Don Salvador es parte de las autoridades que luchan por la recuperación de la tierra.

Don Salvador como le llaman sus compañeros, es una de las personas que presentaron el 12 de octubre de 2018 una acción constitucional de amparo, ante la Sala Cuarta de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil, Mercantil y de Familia del Departamento de Quetzaltenango para reclamar el territorio.

“Todo esto empezó en defensa y la lucha por el territorio” mencionó Cupil, “en 2016 se realizó una acción para pedir a la municipalidad mejorar las condiciones de vida de la población del Valle del Palajunoj, pero no fuimos escuchados por las autoridades de la municipalidad. Cerramos el paso a los camiones de basura durante 9 días, el alcalde puso una denuncia en el Ministerio Publico (MP) por dicha acción, pero lo primero que le pidieron fue la escritura del terreno para proceder y demostrar que la propiedad le pertenecía a la municipalidad, pero ellos no tenían escritura” narra Cupil.

En el Valle de Palajunoj uno de los últimos retazos rurales del municipio de Quetzaltenango, se cultiva la mayoría de la hortaliza que abastece a la población Quezalteca “el frio pega fuerte aquí” dice Cupil que agrega que a pesar del clima y la escasez de agua que sufren, aún tienen buenas cosechas.

El olor a basura es fuerte, “se están comiendo los cerros y nos están dejando sin agua”, dice don Salvador mientras se acomoda el sombrero y detalla que a poca distancia del valle, está el basurero a cielo abierto de la Ciudad de Quetzaltenango; el olor a basura y la poca agua disponible trae molestias y enfermedades en los menores de edad. Del parque central de la ciudad de Quetzaltengo al Valle de Palajunoj los separa pocos kilómetros pero la brecha de desigualdad es enorme.

Las condiciones precarias son una constante en las comunidades indígenas del municipio de Quetzaltenango, la casi nula respuesta de las autoridades municipales que incluso han desconocido a las autoridades ancestrales, es parte toral del porque se decidió llevar adelante esta batalla legal basada en aquella inscripción que sus antepasados hicieron el 22 de noviembre de 1899, donde consta que el municipio altense le corresponde a todo el pueblo K’iche’ y no a la municipalidad exclusivamente.

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