“El compromiso médico es con los pacientes no con el alcalde ni el presidente”

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Créditos: ejercito
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Alva Batres y David Toro

El departamento de Izabal tiene 1 066 casos confirmados de COVID-19, un Hospital Nacional de Puerto Barrios con apenas cinco ventiladores para pacientes en estado crítico, los médicos laboran en condiciones deplorables mientras el alcalde Hugo Sarceño felicitó  al presidente Giammattei por reabrir  la economía.

Puerto Barrios es la salida al Océano Atlántico, la calurosa y húmeda ciudad caribeña con 100 mil habitantes se encuentra en números rojos por casos de COVID-19. El departamento de Izabal inició julio con apenas 200 casos y ahora en la primera semana de  agosto registran 1 066 contagios confirmados.

El municipio se encuentra en alerta roja en el sistema de semáforo aprobado por el gobierno del presidente Alejandro Giammattei, que inició el 27 de julio, ese mismo día el alcalde municipal Hugo Sarceño, durante una rueda de prensa en el mercado de la localidad agradeció al mandatario por abrir la economía, “gracias al presidente por dar este gran paso de abrir el país, hay riesgo de más casos pero es necesario y debemos cuidar a la población”, declaró. 

Sobre el estado de la red de salud pública de Izabal encontramos dos versiones, la de las autoridades de Salud, que argumentan estar haciendo todo lo que está a su alcance; y la versión de una doctora del Hospital Nacional de Puerto Barrios, que sostiene que luchan contra el virus en medio de deficiencias de insumos, con poco oxígeno y únicamente con cinco ventiladores para ayudar a respirar a pacientes críticos. 

En los cinco municipios de Izabal hay un total de 32 puestos de salud, ocho centros de salud, tres Centros de Atención Materno Infantil (CAIMI) y el Hospital Nacional de Puerto Barrios. Al respecto, Vivian Cordón, directora del Área de Salud informó que cuentan con unas 74 camas hospitalarias en todo el departamento. 

Hasta el 29 de julio el departamento había realizado 1 917 pruebas de COVID-19. Según la directora Cordón la mayoría son pruebas rápidas que pueden ser analizadas en el departamento y otras deben ser enviadas a la ciudad de Guatemala para que las analice el Laboratorio Nacional de Salud (LNS). 

La disponibilidad de pruebas es de 800 pruebas rápidas distribuidas en los ocho centros de salud. “Tenemos 13 ambulancias pero ninguna está equipada al 100 % para casos de COVID-19 y tenemos una lancha para trasladar pacientes de Livingston a Puerto Barrios vía marítima”, señaló Cordón. 

Asimismo, el Área de Salud autorizó a ocho laboratorios privados del departamento realizar pruebas de coronavirus, “ya las estaban haciendo sin reportar, pero cumplieron con los requisitos establecidos y ya reportan sus resultados”, aseguró Cordón. 

Esta misma institución, recibió Q 5 093 000 para la emergencia. La directora Cordón aseguró que parte de este presupuesto es para contratar personal exclusivamente para pacientes con COVID-19. “Necesitábamos tres médicos pero solo pudimos contratar uno, contratamos 10 auxiliares de enfermería y necesitábamos 15”, indicó Cordón y además agregó que muchos trabajadores de salud no quieren atender la pandemia en primera línea por temor a ser contagiados. 

Cordón asegura que no hay deficiencia de equipo de protección para el personal médico, pero la ginecóloga Grisela López, que labora en el Hospital Nacional de Puerto Barrios, señaló que solo les dan una mascarilla N-95 y una quirúrgica por cada seis días de turno. 

“Nuestro compromiso es con los pacientes no con el presidente” 

La doctora López dice ver a diario pacientes con COVID-19 que son enviados a su casa porque en el hospital solo atienden a aquellos pacientes que presentan un estado crítico, “casi ninguno se recupera de esa condición crítica, el oxígeno es insuficiente, los ventiladores que están en el área COVID deben ser compartidos con pacientes que tienen otros cuadros clínicos”. 

Según López solo hay cinco ventiladores y en el hospital necesitan al menos 25 nuevos, ya que diariamente ingresa uno o dos pacientes con insuficiencia respiratoria, “Es difícil estar en esta lucha, para que sobreviva nuestra gente en un país donde siempre han habido ineficiencias en el sistema de salud  y hoy queda demostrado que no existieron estrategias”.

La doctora López dice sentirse cansada de la situación, “cada vez que he llevado propuestas a las autoridades del hospital se han burlando de mí, pero el compromiso de un médico es con los pacientes no con las autoridades locales ni el presidente”. Según López, el área de intensivo de Puerto Barrios no tiene buenas condiciones ya que ni siquiera existen separadores para ofrecer un espacio individual a cada paciente.

La atención médica para niños con COVID-19 

“Gracias a Dios los niños no se están infectando tanto como los adultos”, dice el doctor Mynor De León, director del Hospital Infantil Elisa Martínez de Puerto Barrios. En este centro habilitaron un área con seis camas, pero hasta el momento solo han detectado un caso de COVID-19 en menores de edad y han realizado 40 pruebas, ese mismo caso fue enviado al Hospital Temporal de Estanzuela en Zacapa por medida de prevención.

De León indicó que tiene problema con el abastecimiento de agua, como en toda la ciudad de Puerto Barrios, y deben comprarla a empresas privadas al menos dos veces a la semana. También indicó que hasta el momento no cuentan con medicamentos establecidos para atender a niños con COVID-19, “el protocolo cambia constantemente y como esto es un área pediátrica la situación es aún más compleja”. 

“Cada ventilador cuesta más de Q 100 000 y de presupuesto el Área de salud nos dio Q 1 000 000, vamos a comprar cinco ventiladores porque tenemos 10 en el intensivo pero son para pacientes de otras patologías”, detalló De León. 

Guatemala llegó a agosto superando los 50 000 casos positivos de COVID-19 y 2 000 personas fallecidas. Bajo esas condiciones, el país inició una reapertura económica en medio de una crisis sanitaria que se refleja en casos departamental como el de Izabal, donde la red nacional de salud sigue sin la capacidad suficiente para controlar la pandemia.

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