Créditos: Diario Digital
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Por Miguel Ángel Sandoval

“El robo legalizado al amparo de lo privado, de la mierda privada”

Un amigo fue o quiso ir al hospital del parque la industria. En la puerta le dijeron, mejor vaya a un centro privado. La primera lección es que el hospital gallo está desabastecido, la segunda, que al gobierno le vale veinte la salud pública, en donde “te queda la ardua tarea de morir” como decía en un poema Otto Rene Castillo. Y la tercera. Es que no hay muchos guatemaltecos que paguen por entrar a los hospitales privados, dejando un depósito de 100, 200, 300 mil quetzales o más. Son datos que circulan por las redes sociales.

Esto es dramático. Es la mierda del sistema privado y el horror del sistema público.

Llegamos a un punto en donde la única pregunta es: Dónde se muere uno, en lo público o en lo privado.

En lo público es casi seguro. En lo privado cambia un poquito pero igual, te mueres de infarto al recibir la cuenta por un par de días, dos ivermectinas y cuatro paracetamoles. Es de nuevo la mierda privada. Advierto es una expresión de la RAE. No exagero nada.

Es por eso que Irlanda puso al servicio de la salud de los irlandeses, lo público y lo privado en la misma dirección. Que hubo intervención del estado, por supuesto que la hubo. Que la salud nacional lo amerita. Por supuesto que sí. Y esto es una opción de un gobierno y una sociedad que sean capaces de mirar por el bienestar de la comunidad, no por los bolsillos de los corruptos de bata blanca y por los corruptos de cuello Blanco.

Si no estoy mal informado, el congreso aprobó unos 20 mil o 30 mil millones para la salud en época de pandemia. Se ejecutó a la fecha, un 10% o algo así. En resumen se ejecutó una mierda. Mientras que en los hospitales privados, se dedican a hincharse la bolsa de plata de forma vulgar, miserable. Pues eso son los cobros por un día de cama y una transfusión de sangre o dos aspirinas. El robo legalizado al amparo de lo privado, de la mierda privada, hay que decir.

Pero hay algo más. Los hospitales privados tienen pruebas de covid19 producto de donaciones o de transferencias que el gobierno de los corruptos ha hecho. Y con este origen, los hospitales privados cobran millonadas impúdicas e indecorosas por el tratamiento de pacientes con covid19. Como siempre, aún en condiciones de emergencia nacional, la impudicia hace presencia de la mano de hospitales que nos ofrecen como solución a la enfermedad que asola al mundo, la mierda de servicios médicos. El horror.

No pongo en cuestión la propiedad privada, los negocios privados. Lo que pongo en cuestión es la visión de la salud tan mierda que tienen los hospitales privados. Es eso, nada más. Pues la salud no es una mercancía. Razón tenía Fidel Castro cuando afirmo que la salud era un derecho de la gente, del común, antes que un Ferrari de lujo.

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