Créditos: Fabricio Alonzo
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Fabricio Alonzo

Los jóvenes se reúnen todos los días en la casa de Mariano Mez líder comunitario quien su familia fue víctima del conflicto armado cuando el ejército asesinó a su padre en 1983 en la comunidad San Marcos Panzos, Alta Verapaz. El presta un pequeño rancho a niños y jóvenes originalmente para los nietos de las abuelas pero luego se fue abriendo para todos en la comunidad. Se reúnen para realizar las rutinas, canciones, diálogos y trucos que han practicado en los últimos meses, y que presentarán el próximo 26 de febrero.

A través de conciencia corporal, baile, acrobacia, música, break dance, zancos, teatro de títeres y actividades recreativas y pedagógicas varios profesionales han trabajado de cerca con la comunidad de Sepur Zarco el tema de prevención por medio de una formación “artística pedagógica”, cuenta Selvyn Suruy Psicólogo que trabaja con la comunidad. Se creo el programa “Juventud artística por la memoria del valle del Polochic y Sierra de las minas” los  jóvenes Awineleb (sembradores) y los niños T´zunun (colibris)  en el que a través del arte cuentan la historia de las abuelas.
“Trabajamos el componente de la identidad y memoria, se comparte con niños y jóvenes la lucha de las abuelas, así como fortalecer los círculos de convivencia entre los jóvenes de la comunidad”, dijo  Suruy.

“Trabajamos el componente de la identidad y memoria, se comparte con niños y jóvenes la lucha de las abuelas, así como fortalecer los círculos de convivencia entre los jóvenes de la comunidad”, dijo  Suruy.

 “Mi abuela me conto lo que sufrió en esos años que asesinaron a mi abuelo en la calle, no sabemos hasta este día donde se encuentra, nunca lo enterramos se quedo tirado como cualquier basura. Me gusta venir a este grupo a compartir con mis amigos y me siento feliz porque al participar en este grupo estoy haciendo feliz a mi abuela y ayudó a que lo que le sucedió a ella no se vuelva a repetir, se hizo justicia a lo que le hicieron a mi abuela”, expresa Wilmer Oswaldo Choc Juc de 19 años nieto de Carmen Xol Ical.

Wilmer Oswaldo Choc Juc.
Fotografía: Fabricio Alonzo.

ONG´s ayudaron a que se hiciera justicia
Quince mujeres q´eqchi fueron víctimas de violación sexual, esclavitud doméstica y sexual, en el destacamento militar Sepur Zarco en el Estor, Izabal, entre los años 1982 y 1983. Los acusados: el coronel retirado, Francisco Estellmer Reyes Girón encargado del destacamento militar Sepur Zarco y Heriberto Valdez Asig, ex comisionado militar del destacamento, quienes se encuentran en prisión preventiva desde  junio del año 2014, ambos fueron condenados a 120 y 240 años de prisión el 26 de febrero de 2016.

Mural del pintor Kevin Merida dedicado a las abuelas de Sepur Zarco cerca de la iglesia de la aldea. Fotografía: Fabricio Alonzo.

La búsqueda de justicia empezó a finales de los años ochenta cuando las abuelas a través de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (Conavigua) empiezan a recibir apoyo, luego recibieron ayuda de la Organización de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial (ECAP) quienes brindaron charlas y terapia psicológica sobre lo que habían vivido, también la organización  Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG) les brindó ayuda y orientación sobre el tema de Derechos Humanos, a través de estas dos últimas organizaciones buscaron abogados para llevar el caso a un juzgado y lo logran a través de la Organización Mujeres Transformando el Mundo (MTM). Dentro de las medidas de reparación se encuentra la mejora de la infraestructura de la escuela y las otras tres comunidades aledañas, además de construir un centro de salud que tenga hospitalización, instalar un centro de educación media bilingüe y continuar  con el trámite de regularización de la tierra.


De las 16 medidas de reparación digna que el Estado tiene que cumplir solo se ha cumplido una y no se ha cumplido a cabalidad pues el centro de salud de la comunidad es una clínica movíll. Los proyectos se han quedado estancados porque el gobierno no puede construir  infraestructura en tierra que no es del Estado, ya que las 30 caballerías donde está instalada Sepur Zarco y los otros 44 poblados pertenecen a personas particulares que no han querido negociar.

Hay Justicia pero la vida sigue igual

Fotografía Fabricio Alonzo.

El próximo  26 de febrero  se cumplen 4 años de la sentencia firme del caso conocido como Sepur Zarco, nombre de la pequeña comunidad q´ueqchi ubicada a 296 kilómetros de la ciudad de Guatemala en el Valle del Polochic que se encuentra preparando varios homenajes a las 15 abuelas que lucharon por buscar justicia a los terribles hechos a los que fueron sometidas durante el conflicto armado.

Para llegar a esta comunidad se puede hacer a través de la ruta a Cobán Alta Verapaz o por Morales Izabal, antes de llegar a Sepur Zarco se puede ver kilómetros de cultivos de Palma Africana de la empresa Natura aceites, al llegar es un camino de terracería y una comunidad bastante humilde con casas de madera y lamina, en la aldea pocas personas hablan español la mayoría solo habla idioma q´eqchi.

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