La persecución a homosexuales y el ‘álbum del terror’ de la Policía

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Créditos: Archivo
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Javier Estrada Tobar

La Policía Nacional (PN) se encargó de documentar cómo sus agentes persiguieron, criminalizaron, humillaron y detuvieron ilegalmente a homosexuales y lesbianas, solo por su apariencia física o su preferencia sexual, durante tres décadas del conflicto armado interno.

Carlos fue detenido al menos 9 veces por la Policía, entre marzo de 1957 y diciembre de 1963. En cada ocasión lo acusaron de diferentes delitos, desde participar en riñas y robos, hasta provocar lesiones y usurpación de personalidad. Pero la verdadera razón de los arrestos tenía que ver con que Carlos era homosexual. Y se hacía llamar Gladys.

Era moreno y de labios gruesos, usaba pendientes grandes y un tocado en el pelo. Además, usaba ropa de mujer. Era fácil de reconocer y por eso fue un blanco constante la PN, uno de los aparatos estatales de represión y control social más importantes de los gobiernos militares durante el conflicto armado interno.

Detalle de la ficha de Carlos al momento de su detención.

La misma PN se encargó de documentar el caso de Carlos y de otros homosexuales y lesbianas, detenidos solo por su orientación sexual. Los agentes les decían ‘huecos’ y los humillaban durante capturas, pero la persecución contra la comunidad LGBTI no era un problema aislado, sino más bien parte de la visión institucional de la Policía.

Álvaro era un salvadoreño de 22 años, detenido en septiembre y en noviembre de 1980. Los delitos en su contra fueron tenencia de marihuana y extranjero indeseable. El informe de la PN advierte que ‘al momento de su detención vestía prendas de mujer, estableciéndose que es homosexual’.

En noviembre de 1983 le volvieron a detener supuestamente por un caso relacionado con propaganda subversiva, pero ante la falta de pruebas para demostrarlo, le capturaron con la excusa de consumo de marihuana. Y tres meses después, en febrero de 1984, se le capturó por ‘ebriedad, escándalo y ejercer la homosexualidad´.

El caso de Adolfo, capturado en 11 ocasiones, fue diferente al de Carlos y Álvaro. Los policías le detuvieron el 13 de enero de 1967, pero sin la necesidad de inventar una excusa. Se le capturó por cometer ‘actos inmorales’ y ‘homosexual’, aunque el segundo no fuera un delito.

Adolfo fue una víctima particular de abuso policial y humillación porque, ya detenido, fue obligado a participar para en una sesión fotográfica para los policías. Las fotografías lo exhibieron posando con un vestido y una chalina en la cabeza.

Esos tres casos solo ilustran una parte de la persecución a la diversidad sexual en una de las épocas más oscuras de la historia reciente de Guatemala, caracterizada por la represión y persecución de las minorías.

Álvaro frente al lente de la PN

Una persecución sistemática

Los registros del Archivo Histórico de la Policía Nacional, donde se conserva buena parte de los documentos de esa institución, evidencian que unas 156 personas homosexuales y lesbianas fueron perseguidas sistemáticamente por la Policía; en algunos casos, los agentes consignaron ‘homosexualidad como agravante de delitos, y en otros, directamente como un delito.

Ese es el principal resultado de la investigación ‘La criminalización de la población LGBTI en los registros policiales 1960-1990’.  El proyecto estuvo a cargo del Archivo Histórico de la Policía Nacional, con el apoyo de la Embajada de Alemania y las agencias de cooperación de Alemania y de Cataluña, y el acompañamiento de organizaciones LGBTI guatemaltecas.

‘Las descripciones de las personas por su orientación sexual en los registros fotográficos y en fichas evidencia la estigmatización que puede promover la homofobia y la discriminación’, indica el informe.

Agrega que ‘la criminalización de personas por razones de género y orientación sexual se da dentro del marco de represión y conflicto armado’. Y eso significa que podría haber más actores involucrados en la persecución hacia homosexuales y lesbianas.

Los operativos se realizaban en bares, cines y otros puntos de encuentro de la comunidad LGBTI, muchas veces, donde había policías encubiertos vestidos de civil. Y en otras ocasiones, las capturas se realizaban por denuncias de personas que se quejaban de los homosexuales.

Adolfo, fue capturado simplemente por ser homosexual.

El álbum del terror

El Archivo Histórico de la Policía Nacional, uno de los centros de documentación más grande y completo de Guatemala y América Latina acerca de una institución de seguridad, fue descubierta el 5 de julio de 2005. A partir de entonces, con la ayuda de la cooperación internacional, empezó la recuperación y procesamiento de miles de archivos que durante décadas permanecieron en el olvido y que tiene información valiosa sobre las personas que estuvieron en contacto con la Policía.

Entre los documentos de la PN está el ‘Álbum Fotográfico de Delincuentes’, un compendio de 38 libros que resguardan unas 80,000 fotografías de personas que fueron detenidas o fichadas por la Policía. Y a partir de ahí surgieron los indicios para dar con los casos de persecución hacia LGBTI.

En cada libro aparecen las fotos de las personas detenidas, su nombre, fecha de detención y el supuesto motivo de su captura. En el pie de varias fotos aparecen comentarios con implicaciones políticas y de identidad, como ‘subversiva’, ‘guerrillera’, ‘prostituta’ u ‘homosexual’.

El equipo del Archivo identificó las detenciones en los que se mencionaba a homosexuales y lesbianas, y a partir de una investigación documental, individualizó a las víctimas de persecución por su condición de género u orientación sexual.

En la mayoría de los 167 casos se consigna ‘homosexualidad’ como delito, pero en otros se utilizaron otros delitos para justificar las capturas, como ´pederastia’ o ‘proxeneta’, ‘ebriedad y escándalo’, ‘hurto’ o ‘riña’.

La investigación se fundamenta en los archivos de la misma Policía, que en sus propios documentos dejaba evidencia de sus acciones basadas en prejuicios y discriminación. Pero las personas detenidas eran enviadas a juzgados y cárceles, y de su paso por esos centros de detención no hay registros, por lo que se desconoce su paradero.

via Nómada


Prensa Comunitaria hace visible el trabajo de siete periodistas que abordan el fenómeno de la violencia contra la mujer. Con la finalidad de apoyar la amplificación de está temática, compartiremos 24 piezas periodísticas publicadas en el medio digital Nómada.

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