En Santa María Tzejá comienzan a encontrar soluciones por ocupación del Cerro Cantil

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Créditos: Santiago Boton
Tiempo de lectura: 5 minutos

Por Santiago Botón

Recientemente en Santa María Tzejá, un grupo de personas que ocuparon el Cerro Cantil acudieron ante la asamblea de la comunidad para pedir una disculpa por la ocupación del cerro, con esta acción se abrió una posibilidad de respaldo para que en el proceso penal se pueda resolver el problema a través de un Criterio de oportunidad. La comunidad tuvo que acudir ante la justicia en Cobán porque las personas que ocuparon el cerro en 2013 se negaron a resolverlo vía la comunidad que protege los bienes naturales.

Casimiro Ralios Mejía, Encarnación Ralios Alonso y Fidel Pacheco López, se presentaron ante la asamblea comunitaria el día domingo 15 de diciembre, para pedir una disculpa pública, porque inicialmente formaron parte del grupo que invadió el Cerro Cantil el 04 de marzo del año 2013, según expresaron.

Cada uno de los tres habitantes reconoció públicamente el error de haber integrado por algún tiempo el grupo de invasores, a su vez, pidieron disculpas insistentemente a la comunidad por desobedecer los acuerdos internos de conservar la reserva natural del Cerro Cantil “somos humanos, cometimos un error, disculpen” se les oía decir constantemente.

Piden perdón y apoyo a la comunidad

Asimismo, solicitaron a la asamblea comunitaria que admita y, en su momento, respalde una propuesta de criterio de oportunidad; es decir, que les permitan reparar los daños en la misma comunidad, a cambio de no seguir con el proceso penal en el Tribunal de Sentencia en Cobán, Alta Verapaz.

Los tres habitantes relataron que, decidieron acudir ante la asamblea comunitaria, porque dicen que, si bien es cierto, inicialmente chapearon algunas cuerdas, pero las abandonaron desde hace seis años. Así lo argumentó Casimiro Ralios Mejía, quien testificó que se retiró del grupo a raíz de los resultados de la Consulta Comunitaria del 10 de agosto del año 2013 y por presiones de su familia, aseguró.

El 08 de diciembre reciente, Casimiro Ralios, informó a los integrantes del COCODE que, en aquel entonces, Ramón Cux García, al ver las dos cuerdas chapeadas que quedaron abandonadas, decidió ocuparlas y para compensar el equivalente de dos jornales de trabajo, le reconoció unos cien Quetzales, afirmó Casimiro.

Mientras que Encarnación Ralios Alonso, relató que la comunidad es testigo, que enfermó de gravedad hace más de dos años y cuenta que desde entonces, abandonó el grupo; cuyo retiro es del conocimiento del resto de invasores y dice sentirse molesto con dicho grupo, porque a pesar de su enfermedad y de su deserción, lo involucraron en la denuncia, agregó una de sus hijas quien la acompañó.

En cambio, Fidel Pacheco López, tiene en su poder la copia de un conocimiento suscrito por la alcaldía comunitaria del año 2013, donde constata que se comprometió ante la autoridad comunitaria de abandonar para siempre las seis cuerdas en el Cerro Cantil; una promesa que, según él, ha cumplido a la fecha.

Las disculpas llegaron tarde, la comunidad espera que sea la justicia la encargada de resolver el problema

A pesar que Fidel Pacheco, cuenta con un conocimiento de la Alcaldía Comunal a su favor y a pesar que en las múltiples asambleas comunitarias, a lo largo de los seis años que lleva el proceso sobre el Cerro Cantil, se ha reiterado y exhortado para que los invasores recapaciten de sus acciones anómalas y se reintegren a la comunidad; pero esta vez, cuando los tres llegaron a pedir las disculpas publica, de entrada, recibieron un duro guantazo.

En este sentido, el habitante Pedro Chom Tum, expresó que ya es muy tarde, porque el caso ya está en manos de la justicia y que a la comunidad ya no le corresponde resolver. Igualmente, Juan Lux Santos, reclamó por qué no se presentaron en su oportunidad cuando la comunidad pretendía resolver internamente este caso.

Rogelio Hernández León, también recordó las múltiples ocasiones que el grupo de invasores ignoró los llamados al diálogo y que, a cambio, al día siguiente la arremetían con más fuerza a la tala de árboles en el Cerro Cantil, lo que pareció una burla a la comunidad, refutó.

Mientras que Emiliano Panjoj Pérez, expuso que la asamblea general no debería de respaldar ninguna petición de esta índole. En seguida, propuso que, en todo caso, la alcaldía comunitaria debería de realizar una inspección en el lugar y que las personas muestren los lugares donde ocuparon para determinar si existen árboles talados o no existen daños, para que la asamblea pueda tomar una decisión, “de repente hay árboles talados” sentenció.

El comunitario Rolando Guillén, retomó los testimonios de los tres habitantes donde afirmaron que abandonaron el Cerro Cantil desde hace seis años y que posiblemente otros habrían talado árboles, lo que la inspección no favorecía a los peticionarios.

Brotaron las voces de la reconciliación

Cuando parecía que este caso ya no tendría más “remedio”, intervino el habitante Carlos Canil Mendoza, quien con palabras emotivas valoró la valentía de los tres pobladores que se atrevieron a reconocer sus errores públicamente y que, de manera personal, no encontraba inconvenientes de aprobar que se les otorgara el beneficio de proponer el criterio de oportunidad, toda vez, que así lo decidiera la asamblea comunitaria.

La ex presidenta del COCODE 2018 y periodista Rolanda García Hernández, también abogó por el criterio de oportunidad y sugirió que de acuerdo a su experiencia, que las decisiones y planteamientos de la comunidad tienen su propio peso y que por procedimientos legales, se debe de consultar a la abogada de la comunidad, para no afectar el proceso penal en curso.

Lenta y tibiamente, empezaron a surgir otras opiniones similares hasta que se convirtió una cadena de opiniones que valoraban y reconocían la valentía de las tres personas que estaban apostadas al frente de la asamblea comunitaria y de hablar sobre un hecho que ha preocupado a la comunidad durante mucho tiempo. 

Asimismo, la profesional en materia de Derecho, Encarnación Ralios Mejía, citó las declaraciones recientes de Pedro Rolando Ixchiu García de la Unidad de Asuntos de los Pueblos Indígenas del Organismo Judicial OJ, donde expresa que las comunidades a través de sus autoridades, tienen las facultades de resolver toda clase de conflictos y delitos en sus jurisdicciones, siempre que no se hayan elevado ante el sistema de justicia estatal.

En este caso, según Ralios Mejía, que ya se encuentra ante un juzgado, lo que decida la comunidad, servirá como una herramienta auxiliar para el sistema de justicia oficial y la escancia de un criterio de oportunidad, es justamente que las personas reconozcan que cometieron un delito, tal como ha ocurrido con los tres comunitarios, que además de reconocer la culpabilidad ante la asamblea, también expresan la buena voluntad de reparar los daños en la comunidad, contrario al primer grupo que pretendían aplicar el criterio de oportunidad en la cabecera municipal, donde no ocurrieron los daños, expresó Encarnación.

Bajo la conducción oportuna y objetiva de las autoridades comunitarias integrada por Hugo Randolfo Quinilla Us, presidente del COCODE y del alcalde comunitario Hugo Reyes Argueta, finalmente la asamblea comunitaria aprobó que aceptaría la propuesta del criterio de oportunidad.

Mientras tanto, corresponderá a los abogados defensores de las tres personas, recopilar los argumentos legales, presentarla en una próxima asamblea comunitaria, consensuarla con el Ministerio Público y la Procuraduría General de la Nación, con el fin de reparar los daños en la comunidad y detener el curso del proceso a debate oral y público que posiblemente se programaría en un Tribunal de Sentencia en Cobán Alta Verapaz.

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