Créditos: AP
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por David Toro

24 de julio 2019

En un albergue para migrantes en Tijuana, México, está Milagro de Jesús Henríquez Ayala, una niña salvadoreña de 16 años junto a su bebé de 2 meses. Milagro migró en noviembre en una caravana masiva de centroamericanos, ahora su esperanza está puesta en conseguir una visa mexicana para tener una nueva vida en la frontera sur de los Estados Unidos.

La historia de la joven salvadoreña Milagro, que quedó embarazada durante el trayecto en la caravana de migrantes, y que ha pasado por muchas dificultades huyendo de la violencia de las maras de su país y enfrentando los peligros de la ruta migratoria, fue contada por la periodista estadounidense Jule Watson de la agencia de noticias AP.

Milagro llegó en noviembre a la ciudad de Tijuana, luego de salir en una caravana de El Salvador junto a su hermana de 13 años huyendo de amenazas de pandilleros. Milagro quedó embarazada del que era su novio durante el trayecto de la caravana y hace dos meses dio a luz al bebé en la ciudad fronteriza.

La joven pasó un embarazo conflictivo por el temor a ser deportada. Tuvo fuertes dolores abdominales, según el reportaje de AP. Estuvo a punto de tener un aborto por las precarias condiciones en las que se encontraba. Cuando tenía cuatro meses de embarazo sobrevivió a base de alimentarse con galletas, y a los siete meses tuvo que trabajar junto a su hermana en un hotel donde le pagaban con alojamiento y un poco de comida. Un día en ese lugar, en una de las habitaciones, encontró un cadáver acribillado por balas.

Estando en el albergue de Tijuana, la joven de 16 años se salvó de ser víctima de un traficante de personas que se hizo pasar por migrante he intentó convencerla de cruzar la frontera hacia Estados Unidos con un cargamento de drogas. Milagro relató a AP que está preocupada por otra joven que se fue con el contrabandista y no volvió a saber nada de ella.

Según la periodista Watson, en este albergue hay muchos centroamericanos que quedaron en un limbo con las nuevas disposiciones del presidente Donald Trump, que cambió la dinámica para solicitar asilo en Estados Unidos por medio de una reforma federal, que imposibilita a los migrantes centroamericanos para optar por el procedimiento de adquirir el estatus de refugiados, si están en México.

Milagro cría a su pequeño hijo Alexander en el refugio mientras se preocupa por conseguir una visa que le permita permanecer en Tijuana y trabajar, pues a puesto el sueño americano en pausa por el momento.

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