Guatemala será tercer país seguro, aunque a nadie le guste

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Créditos: David Toro.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Carlos Fernández

12 de julio del 2019

La posibilidad en este momento de que Jimmy Morales firme un acuerdo para hacer de Guatemala un “tercer país seguro”, no es una decisión tomada a la ligera, aunque así lo parezca. Dar un paso tan arriesgado, tiene raíz en el análisis estratégico para la toma de acciones en el marco de la seguridad nacional. Además, es muy probable que existieran reuniones privadas entre la élite económica y política del país para analizar los impactos políticos y económicos de dicha acción, para aprobar y concretar la suscripción del convenio. 

Morales está concluyendo su período presidencial y el desgaste que supone la firma del acuerdo, no le afecta en términos concretos. Sus niveles de popularidad están por los suelos y avanzar con este tema, es imperativo desde la lógica de colocar a Guatemala en una mejor posición geopolítica, en el marco de las decisiones de la administración de Donald Trump, referente al endurecimiento de la política migratoria.

México, gobernado por el connotado líder de izquierda Andrés Manuel López Obrador -AMLO- cedió a las presiones de la administración Trump y accedió a fortalecer la presencia militar norteamericana en la frontera norte con Estados Unidos y la Sur que colinda con Guatemala. El presidente mexicano tuvo que “flexibilizar su postura” ante la amenaza de Trump de subir los aranceles a los productos mexicanos. Al mismo tiempo, hizo lo propio para salvaguardar los intereses de sus connacionales. En este sentido, el gobierno mexicano dio pasos firmes para el “corrimiento” simbólico de la frontera norteamericana. Ahora en términos prácticos, la frontera sur de Estados Unidos está en Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán. Nuestro país ha quedado detrás del cerco, pero no por mucho tiempo. 

En términos políticos, no es lo mismo estar dentro de la frontera simbólica que detrás de ella. Los apoyos militares, financieros y políticos fluyen de mejor manera cuando se hace sinergia con el imperio. Además, firmar el acuerdo permitirá correr el cerco más al sur, es decir a la frontera con Honduras y El Salvador, donde muy probablemente, se incremente la presencia de militares guatemaltecos y norteamericanos, así como la disposición de refugios temporales para la acogida de migrantes quienes tendrán que hacer el proceso de solicitud de ingreso a los Estados Unidos desde la frontera.

Mucho se discute de los posibles impactos de la decisión de Jimmy Morales en relación con la firma del acuerdo y sus implicaciones para el país. Pero la realidad es que Morales concretará el acuerdo a pesar de las críticas, porque existe un pacto de élites al respecto. Además, es necesario tener presente que la relación del gobierno de Guatemala con Estados Unidos ha sido de apoyo recíproco y al firmar el acuerdo, es muy probable que las líneas de ayuda financiera en diferentes temas se incrementen y otras se generen.  

El muro que Trump está construyendo para contener el flujo migratorio podrá no ser de hormigón, pero al menos de momento, logrará tener un impacto en el número de personas que intenten iniciar la aventura para ingresar a su territorio, independientemente de los impactos que esta política pueda tener en México o Guatemala.  

La decisión está tomada, falta ver los impactos en el corto y mediano plazo. Sea Alejandro Giammatei o Sandra Torres quienes se hagan de la presidencia, recibirán una bomba de tiempo o una herramienta para potenciar el desarrollo con el apoyo financiero norteamericano. Todo dependerá de su pericia y capacidad de manejo político. En este punto el futuro, es incierto, pero lo seguro es que Guatemala comprará boleto para estar dentro del acuerdo para ser tercer país seguro, nos guste o no.

Como dice la canción de Ricardo Arjona: “♫ Las barras y las estrellas se adueñan de mi bandera ♬”

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