Trump busca dejar el peso de la crisis migratoria en hombros de un incapaz gobierno guatemalteco

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Créditos: John Moore/GettyImages
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por David Toro

27 de junio del 2019

Niños detenidos en centros migratorios bajo condiciones deplorables y la desesperación al ver colapsada su agencia migratoria, llevan al gobierno de Donald Trump a buscar un convenio que convierta a Guatemala en “tercer país seguro”.

Estados Unidos toca puertas en los gobiernos de los países del sur para conseguir una salida que garantice el funcionamiento de su política anti migratoria, que se caracteriza por la cero tolerancia para aquellos que huyen de países como Guatemala, El Salvador y Honduras. Política manchada por el mal trato que han recibido los niños detenidos. Prueba de ellos son lo cinco niños guatemaltecos fallecidos bajo la custodia de las autoridades norteamericanas en los últimos siete meses.

Reunión entre ministros de gobernación del triángulo norte y Kevin Mcaleenan Secretario de Seguridad Nacional de EEUU. Foto: Prensa Libre

El 26 de junio Kevin McAleenan, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en su segunda visita a Guatemala en menos de un mes, se reunió con los ministros de gobernación de los países del triángulo norte. El ministro Enrique Degenhart declaró a la prensa que de momento no descartan que Guatemala se convierta en un Tercer País Seguro, pero que este convenio será analizado. Además, se negó a dar detalles hasta que se haya llegado a acuerdos con el gobierno de Trump.

¿Qué es un tercer país seguro y por qué México se negó?

La idea de “tercer país seguro” es parte de los convenios alcanzados en materia de refugiados en los acuerdos de Ginebra, Suiza en 1951. Prácticamente esta figura legal le permitiría a Estados Unidos rechazar a migrantes provenientes de cualquier parte del mundo que busquen refugio y enviarlos a un tercer país que teóricamente pueda ofrecerles buenas condiciones mientras su situación es solventada.

Estados Unidos probó de forma abierta presionar a México con aumentar el cobro de aranceles si no cooperaba con la detención de migrantes. El gobierno mexicano recibió por escrito la propuesta de convertirse de inmediato en tercer país seguro, pero el canciller mexicano Marcelo Ebrard rechazó la aprobación de este convenio el 11 de junio, pues no estaban interesados y además para aprobar ese tipo de acuerdo necesitarían la aprobación del Senado mexicano.

Si en un escenario futuro el gobierno de Jimmy Morales aceptara convertir a Guatemala en tercer país seguro tendrá que prepararse para atender a los migrantes de El Salvador y Honduras mientras se dilucida si Estados Unidos les da refugio o no y según el convenio debería garantizarles: derecho a vivienda, seguridad social, servicios médicos, empleo y educación. 

Centro de detección de migrantes. Foto: AP

El mal trato a los niños migrantes y la desazón de las autoridades migratorias

Mientras la administración estadounidense discute en la mesa de negociación con los gobiernos centroamericanos en busca de una salida rápida para la crisis migratoria que le incomoda, el escenario más crudo se vive en sus centros de detención a lo largo de la frontera. El pasado 21 de junio un grupo de abogados denunció las condiciones traumáticas y peligrosas en las que niños centroamericanos permanecen detenidos en dos estaciones fronterizas del estado de Texas.

El centro de detención de la pequeña ciudad de Clint, Texas es un edificio que no tiene ni siquiera ventanas, la comida que se les proporciona a los niños se encuentra congelada, a veces podrida y se cuidan entre ellos mismos, declaró para el medio de comunicación Times el abogado Warren Binford, que junto a un equipo jurídico entrevistó a 60 migrantes detenidos.

Los abogados que realizaron esta visita también destacaron que en el Centro de detención de la Patrulla Fronteriza ubicado en McAllen, Texas, todos los niños estaban enfermos, 10 de ellos en cuarentena.

Estas paupérrimas condiciones denunciadas recientemente fueron provocadas por varios factores, que van desde el aumento desmedido de migrantes llegando a Estados Unidos hasta el incumplimiento de las leyes migratorias en materia de menores de edad por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) porque en teoría debe trasladar a los niños migrantes a la oficina de reasentamiento de refugiados en menos de 72 horas pero muchos de los niños han pasado hasta tres semanas en las estaciones fronterizas de McAllen y Clint, según constató el grupo de abogados y profesores universitarios que realizaron las visitas. En su defensa las autoridades federales han asegurado que llegaron a un punto de quiebre donde no saben donde poner a tantos niños.

A pesar de las denuncias de abogados expertos en derechos humanos y migración que recorrieron los centros de detención, la canciller de Guatemala Sandra Jovel dijo en una conferencia de prensa el pasado lunes 24 de junio que los niños detenidos se encontraban en buenas condiciones.

Los centros de detención que están a cargo de la patrulla fronteriza son los que presentan las condiciones más críticas. Según el medio estadounidense New York Times estos centros no están sujetos a normas estatales de salud y seguridad a diferencia de los centros privados para niños migrantes administrados por oenegés y contratados por el gobierno de Estados Unidos.

La renuncia del encargado de la patrulla fronteriza

El jefe de la CBP, John Sanders, anunció su renuncia el pasado martes y el 5 de julio dejará su cargo de forma definitiva. Su dimisión llegó horas después de que se hiciera público que los niños que estaban en los centros bajo su cargo pasan hambre, no tienen donde bañarse, tampoco ropa o un buen lugar donde dormir.

Los medios estadounidenses destacan que durante las últimas semanas Sanders era presionado por el gobierno central para expandir las instalaciones de detención temporal, de hecho, en el congreso norteamericano se está discutiendo una ampliación presupuestaria para la patrulla fronteriza y sus centros.

Este jueves Mark Morgan fue nombrado nuevo jefe de la Patrulla Fronteriza. Morgan trabajó para el gobierno de Barack Obama, y la agencia de noticias EFE lo calificó como un veterano a favor de la mano dura en contra de la migración.

Mientras aún no se visualizan pasos reales para la solución de la crisis, el presidente Donald Trump aseguró que en dos semanas iniciará con las deportaciones masivas que había anunciado para el sábado 22 de junio pero que no se ha realizado a la espera de que se encuentra una salida política a la situación.

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