Autopsia: niños migrantes guatemaltecos murieron por infecciones tratables

COMPARTE

Créditos: Sepelio de Jakelin Caal el 25 de diciembre de 2018. Foto Rax Kok
Tiempo de lectura: 3 minutos

01 de abril 2019

Jakelin Caal, de 7 años, y Felipe Gómez Alonzo, de 8, fallecieron en Estados Unidos el año pasado, bajo la custodia de la patrulla fronteriza de ese país. Las autoridades de Guatemala recibieron hace pocos días el informe de la autopsia realizada a los menores. Ambos fallecieron por infecciones no tratadas adecuadamente; para el caso de Jakelin, este dictamen contradice la versión policial de diciembre, donde la menor había muerto por hambre y deshidratación.

Tuvieron que pasar 4 meses para que Estados Unidos entregara el informe de las autopsias de los dos niños migrantes guatemaltecos bajo la custodia de la policía fronteriza.

Sepelio de Jakelin Caal el 25 de diciembre de 2018. Foto Rax Kok

La primera en morir fue Jakelin, quien cumplió 7 años el 3 de diciembre. Originaria de Raxruhá, Alta Verapaz. Viajaba junto a su padre Nery rumbo a Estados Unidos, huyendo de la pobreza propiciada por factores como la desigualdad y la falta de tierra para la agricultura, debido a los masivos cultivos de palma africana en esta región. El 6 de diciembre Jakelin y su padre, junto a  160 migrantes más, fueron detenidos en el desierto por las autoridades y trasladados a un centro de detención de migrantes en Nuevo México. Durante todo el trayecto la niña presentó vómitos y malestar, cuando ya presentaba convulsiones y fiebres altas fue trasladada a un hospital de El Paso, Texas, donde falleció el 8 de diciembre. La policía fronteriza informó ese día que la niña murió por deshidratación, pero ahora la autopsia dictamina que fue por una severa infección bacteriana irrigada en sus órganos vitales.

Las autoridades aún no logran determinar si esta bacteria la adquirió en su trayecto a través de México o estando detenida en la frontera norte. Según el New York Times, al padre de la niña le hicieron firmar un papel donde indicaba que su hija ya estaba enferma al ser detenidos, sin embargo, los abogados de Caal señalan que Nery desconocía el contenido del documento, escrito en inglés.

Las causas de la muerte de la niña Caal ponen en jaque las políticas fronterizas de Estados Unidos y el trato brindado a los menores detenidos, pues una infección de tal magnitud es notable debido a los síntomas pero una respuesta temprana de parte de la patrulla fronteriza podría haber prevenido el lamentable desenlace.

El viernes 29 de marzo, cuando las autopsias se hicieron públicas, Donald Trump dijo: “la niña no bebió agua durante mucho tiempo, de hecho el padre admitió su culpa” y elogió el trabajo de su administración. Sin embargo, desde diciembre Nery Caal había declarado que su hija había comido y bebido normalmente durante todo el trayecto; también fue alimentada por la patrulla fronteriza, pero desde que fueron detenidos ella comenzó a sentirse mal.

La muerte de Jakelin, y la de Felipe Gómez —que llegaría dos semanas después en plena Navidad—, desnudaron la deficiencia y negligencia de los centros de detención de Trump, que hace una semana comenzaron a liberar migrantes detenidos, debido a la falta de capacidad para albergar a la gran cantidad de familias que llegan huyendo de los países del triángulo norte.

https://prensacomunitaria.org/trump-amenaza-al-gobierno-mexicano-con-cerrar-la-frontera/

Felipe —originario de Yalambojoch, Huehuetenango—, había cruzado a Estados Unidos junto a su padre, Agustín Gómez, el 18 de diciembre. Ese mismo día fueron detenidos. Falleció el 25 de diciembre, bajo la custodia de la patrulla fronteriza. En su caso, la autopsia entregada este lunes confirmó que murió debido a una influenza B que se complicó y no fue tratada adecuadamente.

COMPARTE